martes, 8 de septiembre de 2015

EL RITUAL DE LAS MUERTES POR "ACCIDENTE"

 

REPORTAJE ESPECIAL

EL RITUAL DE LAS MUERTES POR "ACCIDENTE" 
http://elgritocontenido.blogspot.com/p/mas-crimenes-debido-que-la-seccion.html
(15 casos con 31 asesinados)
En cuanto a los asesinatos selectivos ejecutados por la dictadura trujillista, se recurría a diferentesmodus operandi para eliminar a un gran número de individuos inconvenientes, ya sea por su oposición al régimen, por saber demasiado, por no resignarse o por resistirse a algún atropello o despojo, por ser pariente cercano de algún antitrujillista o por no hacerle las debidas reverencias al enorme ego de Trujillo o a algún miembro de su familia.
En algunos casos, ni siquiera trataban de ocultar la ejecución, matando a la víctima en su propia casa frente a la familia, en plena luz del día o en la calle frente a testigos. Esto lo hacían cuando también querían difundir el terror en la población. Estos burdos asesinatos políticos o caprichosos en público fueron más comunes en la etapa inicial de la dictadura. Con el tiempo la dictadura, ya consolidada, trató de refinar los métodos de eliminación para no socavar la legitimidad del régimen establecido, especialmente ante el cuerpo diplomático y la opinión pública internacional. De hecho, hasta los diplomáticos en RD de dictaduras como las de Somoza y Franco habían manifestado su estupor ante las atrocidades arbitrarias que se cometían en la patria de Duarte bajo esa dictadura sin ejemplo. 

Uno de los métodos más socorridos fueron las desapariciones puesto que con esto no tenían que dar explicaciones ni llevar a cabo las investigaciones forenses de rigor sobre el móvil, el cuerpo de la víctima, el lugar de los hechos y la manera en que fue asesinado, cuando el verdadero culpable había sido algún sicario del propio gobierno.

Por cierto, muchas desapariciones a menudo iban precedidas por un período de tiempo en la cárcel (invariablemente con tortura) antes de soltarlos. Este recurso fue tan común durante los 31 años que los presos políticos sabían que cuando el régimen de repente los soltaba sin ninguna explicación (en realidad, para desligarse del inminente asesinato), se trataba de su condena a muerte, de tal forma que lo primero que hacían cuando los soltaban era tratar de asilarse o de esconderse antes de que los desaparecieran. Debido a esta astucia de los condenados a morir, en los últimos años el régimen prefería hacer que los presos escribieran y firmaran una carta agradeciéndole a Trujillo el perdón y su libertad para luego poder decir, con documento en mano, que no sabían nada de él porque lo soltaron en tal fecha. Poco después de firmar la carta, ejecutaban al preso en la cárcel y desaparecían su cuerpo. 

Otro método conveniente, aunque más engorroso que la desaparición, era el “accidente” de carretera. Al igual que en las desapariciones, en el “fortuito percance” el gobierno tampoco tenía que dar explicaciones y por ser menos misterioso que una desaparación, se suponía que resultaba menos sospechoso. En casi todos los casos de estos accidentes fabricados trataban de que no quedara ningún testigo ocular ni un sobreviviente que pudiera dar declaraciones, lo que explica por qué los choferes nunca sobrivían al accidente. 

Una clara señal de que manos del régimen estaban involucradas en estos accidentes era que a pesar de que había inconsistencias garrafales en el montaje del “accidente”, las autoridades del régimen (policía, fiscal y tribunales) rara vez iniciaban una investigación ni abrían un expediente sobre la probabilidad de una mano criminal u otra explicación aparte de ser un extrañísimo accidente. Naturalmente, las preguntas lógicas sobre las inconsistencias y contradicciones de la versión oficial tampoco eran planteadas en público por la prensa ni por los familiares, a menos que éstos estuvieran dispuestos a correr la misma suerte del fallecido.

También es importante señalar que los accidentes de carro fatales no eran muy comunes en esas décadas principalmente porque había muchos menos automóviles circulando que hoy. De hecho, los que vivimos durante la Era recordamos que los reportajes de accidentes fatales eran eventos raros y las veces que se oía una noticias de éstos a menudo tenían fuertes connotaciones políticas por tratarse de personas que tenían problemas con el régimen o que eran destacadas o importantes. Siempre llamaba la atención que en el 95% de los casos se trataba, convenientemente, de caídas por un precipicio o un barranco, no choques fatales puesto que este tipo de accidente era complicado porque se necesitaban otros vehiculos y otras victimas para completar la escena. Además, la causa de muerte por caída por un despeñadero -golpes múltiples al azar- era mucho más fácil de simular dándoles garrotazos a las victimas que tratar de fabricar golpes mortales por choque en que las heridas tenian que ser consistentes con el punto de impacto y con la intensidad del choque. Si no había consistencia, se confirmaban las fuertes sospechas de la población.

A continuación  presentamos algunos ejemplos de los “accidentes” que sufrieron los “inconvenientes”. Estos fueron los casos más conocidos o comentados (en voz baja) en su momento durante la dictadura, algunos de los cuales cobraron notoriedad internacional como fueron los casos de las hermanas Mirabal y las muertes relacionadas con el caso Galindez. Hubo otros “accidentes” políticos de personalidades menos destacadas tales como el accidente del Ing. Octavio (“Trene”) Pérez Garrido (7 de julio, 1949, miembro del Frente Interno), el del Lic. Diógenes del Orbe, el del doctor Fernandez Tavares, como también el del un oficial del SIM después del tiranicidio (ver secció CRIMENES IV) ya que el accidente fue un recurso bastante usado por la dictadura. Sin embargo, no los hemos incluido todavía entre los 31 asesinados por falta de detalles en estos momentos.

 Las muertes por simulacro de accidente que analizaremos en esta subsección son:

- Porfirio Ernesto Ramírez Alcántara, su chofer, seis pasajeros y 2 crimenes  
  asociados (10 asesinados)
- Otto Smolensky y su esposa (2)
- Jorge Alejandro Nin y su chofer (2)
- Donato Bencosme y su chofer (2)
- Ing. Fausto E. Rodríguez Pérez y su chofer (2)
- Ramón Marrero Aristy y su chofer (2)
- Dr. Enrique Washington Lithgow-Ceara (1)
- El alferéz Jesús María Boñuela (1)
- Varios accidentes en el caso Galindez (Martínez Jara, Ana G. Viera, Antonio Rúa, (3)
  D. Jackson y su padre Wesley (mencionados, no incluidos en los 31 casos por no   
  estar seguros) 
- Juan de Dios Ventura Simó (accidente de avión) (1)
- Jean Awad Canaan (abordamos también el caso de Pilar Baez) (1)
- Las Hermanas Mirabal y su chofer (4)

Como en la mayoría de estos casos nos limitamos a hacer un resumen del caso, invitamos a los lectores que tengan interés por conocer más detalles a que investiguen cada accidente por su cuenta puesto que en la red hay diversos artículos y otras publicaciones sobre la mayoría de estos casos.

Porfirio Ernesto Ramírez Alcántara, su chofer y seis pasajeros más

(La masacre de "El Número") - Total de 10 asesinatos

En la cabina del camión de Porfirio Ernesto “Prim” ese 1 de junio, 1950 iban dos choferes (Juan Rosario y “Califón”) y el propio Porfirio Ernesto. Encima de la cama del camión iban tres ayudantes conocidos como “Los Cibaeños”, una mujer embarazada a quien por su tamaño le decian "La cosita" y el comerciante de pollos Zenón Alcántara. El camión siempre viajaba por la misma ruta por lo que fue facil planear el crimen.

Porfirio Ernesto "Prim" fue ultimado a balazos, seis pasajeros fueron asesinados a garrotazos por un comando militar y luego sus cuerpos fueron lanzados dentro del camión por un despeñadero conocido como "El Número". Como el camión se atascó y no cayó al fondo, se vieron obligados a incendiarlo para encubrir cualquier evidencia de asesinato. El séptimo, el chofer Juan Rosario, sobrevivió porque se hizo pasar por muerto. A pesar de sus serias heridas de quemadura y hematomas, éste logró caminar unos ocho kilómetros. Luego, fue recogido por un samaritano transportista que lo llevó al hospital de Baní donde Juan describió la emboscada, los garrotazos, el fuego y las súplicas de la mujer repetidas veces a las enfermeras, doctores y después al propio hermano de Porfirio Ernesto, el Dr. Víctor Manuel Ramírez AlcántaraHoras después, el chofer Juan Rosario fue asesinado de noche en el propio hospital por unos desconocidos.

Como si fuera poco, también asesinaron a otro testigo que se atrevió a confesar. El historiador Santiago Estrella Veloz nos relata:

"El doctor Ramírez Alcántara tuvo que tomar el camino del exilio. Sin embargo, antes de eso y cinco días después del crímen, a su consultorio se presentó el sargento de la Policía Alejandro Méndez, quien le contó con detalles todos los pormenores del asesinato de Prim y sus compañeros, detalles que conocía perfectamente pues había recibido una orden del coronel Teodoro Noboa Martínez de participar en una "misión especial" con miembros del Ejército.

"Horas después de su encuentro con el doctor Ramírez Alcántara, el sargento Méndez fue arrestado y trasladado al Palacio de la Policía, en Ciudad Trujillo. Esa misma noche entregaron el cadáver a su esposa, a quien comunicaron que el sargento se había ahorcado". 

Pero aun no termina esta secuela de muertes. En su libro Trujillo: La herencia del Caudillo (págs. 152-153), el ex-jefe del SIM región norte, Victor A. Peña Rivera, también relata esta masacre y contribuye con un detalle interesante. La mujer que iba en la cama del camión estaba embarazada y era esposa de un sargento de la policía destacado en San Juan de la Maguana: “Para evitar complicaciones el jefe inmediato de ese policía recibió órdenes de arrestarlo incomunicado. Y luego decidieron ponerle una inyección de veneno, explicando que se había muerto del corazón. Este sargento llevaba muchos años en la policía, era un leal servidor y su hoja de servicios era excelente”. 

Debido a que se trata de una vil masacre de siete personas (incluyendo a una mujer) más el asesinato de dos testigos y un asesinato como secuela, decidimos incluir más abajo el relato detallado que hace Juan Bosch sobre este acto canallesco bajo el titulo de Una orgía de sangre en la tierra de Trujillo, escrito el mismo año en que ocurrió la masacre.

¿Qué motivó esta sanguinaria acción premeditada y bien coordinada en contra de Porfirio Ernesto Ramírez Alcántara en que también eliminaron a los siete testigos más a un militar y un policia?

El hermano de Porfirio Ernesto, el general Miguel A. Ramirez Alcántara, se habia hecho enemigo de Trujillo desde 1930. En la expedición de Cayo Confites de 1947, fue el comandante de uno de los batallones, aunque esta invasión fue abortada por traición. También acaudilló, junto al general Juancito Rodríguez, la expedición de Luperón. Su hermana Cristina, quien vivía en Nueva York, también era enemiga jurada del dictador. Miguel A. Ramírez además se destacó militarmente como miembro de la Legión del Caribe en la guerra civil costarricense, siendo general de las tropas de Figueres, un líder demócrata crítico de Trujillo. Después de mudarse a EEUU, jugó un papel destacado entre el exilio dominicano. Por la compra de armas para una nueva acción militar contra Trujillo, fue condenado a prisión en EEUU. Todo esto fue más que suficiente para comprometer la vida de los hermanos que todavía vivían en Santo Domingo, Porfirio Ernesto apodado "Prim” y el Dr. Víctor Manuel Ramírez Alcántara. Prim era un próspero empresario transportista. Con la puntualidad que caracterizaba a la dictadura a la hora de eliminar a un inconveniente, su destino marcado por el delito imperdonable de llevar la misma sangre de un antitrujillista le llegó inexorablemente a Porfirio Ernesto. Poco después, el Dr. Víctor Manuel Ramírez Alcántara y varios miembros de esa familia se asilaron en diversas embajadas para salvar sus vidas.

También mataron a un cuarto hermano, a Ángel Darío Ramírez Alcántara (“Unito”), quien fue secuestrado y desaparecido en La Habana, Cuba (ver seccióCRÍMENES III).

Como el profesor y escritor Juan Bosch nos relata en detalle este cobarde y sangriento caso en que quisieron simular un accidente en masa (ocho personas), remitimos al lector al artículo del profesor: Una orgía de sangre en la tierra de Trujillo.
El hecho de que tuvieran garrotes en las manos demuestra la intención desde el principio de simular un accidente (los golpes en el cuerpo serían debido a la caída por el precipicio). Esto es posible cuando a la víctima se le puede matar facilmente con unos cuantos garrotazos. Como Porfirio Ernesto era un hombre grande y fuerte, y como opuso formidable resistencia, la cantidad de golpes que habría recibido para poder doblegarlo sería inconsistente con los golpes por accidente. Probablemente por eso y porque para poder matarlo tendrían que darle muchos golpes más, decidieron ejecutarlo a tiros y por eso no arrojaron el cuerpo de Prim dentro del camión junto con los otros siete sino que tuvieron que desaparecer su cuerpo perforado de balas.

Los lectores deben recordar que durante la dictadura el pueblo dominicano estaba casi completamente desarmado. Las armas estaban completamente prohibidas y al que le descubrían un arma ilegal terminaba en un centro de tortura. Casi todos los militares y policías tenían que dejar el arma en los cuarteles cuando se iban a sus casas. Unicamente los oficiales de confianza de Trujillo podían llevar el arma las 24 horas. En cuanto a los militantes antitrujillistas, algunos lograban apoderarse de un arma con mucho trabajo y la mantenían bien escondida hasta el momento absolutamente necesario de usarla. Por lo tanto, cuando la dictadura quería eliminar a alguien en la calle sin que se supiera que fueron esbirros del gobierno, recurrían principalmente a los garrotazos, a las cuchillas o la estrangulación porque muerte por disparo en un pueblo totalmente desarmado significaba necesariamente que murió a manos de militares. Cuando los mataban a tiros, entonces desaparecían el cuerpo, a menos que quisieran escarmentar a la población local.

Naturalmente, como siempre, si el pueblo se escandalizaba el Benefactor alegaba total inocencia respecto a lo ocurrido y prometía justicia pronta y segura. Repetimos lo que han señalado los que conocían muy bien la doblez natural del dictador. La simulación de Trujillo de estar totalmente al margen de estos asesinatos era conocida por todos los que lo rodeaban y por la población la cual estaba cansada de ver siempre el mismo melodrama de inocencia e indignación cuando no podian ocultar el crímen

Ningún oficial de rango medio o alto que valorara su propia vida y que le tuviera alergia a las horripilantes torturas en su propio cuerpo iba a incurrir en una masacre de esta magnitud por su propia cuenta, sin la orden de la más alta jerarquía. Era plenamente conocida la facilidad con que Trujillo eliminaba a sus propios esbirros. Además, el hecho de que quien encabezó este comando criminal fuera el propio jefe de la aviación militar, algo inusual, indica que la orden venía directamente desde muy arriba. Como si lo anterior no bastara, también hay que remarcar que esta masacre estuvo bien planeada pues de antemano la comandancia le había pedido a Porfirio (Prin) que transportara a unos ocho soldados, quienes serían sus propios asesinos (de él y de los siete pasajeros) y que los del comando en el jeep fueron preparados con garrotes para matarlos a palos y con esto poder simular un accidente.  Además, había otros militares esperando de antemano en las alturas de “El Número” para ayudar con el montaje del “accidente”.

Siete asesinados para silenciar a los testigos y para que el accidente fuera creible
Más un militar asesinado por hablar.
También el esposo de una de las victimas para que no investigara
Todo eso para poder matar a un solo hombre, a Porfirio Ernesto "Prim"
Sencillamente porque era hermano de un militante antitrujillista en el extranjero

Pueden leer más detalles sobre este caso en el artículo de Juan Bosch Una orgia de sangre en la tierra de Trujillo. El link es: http://identidadsanjuanera.blogspot.com/2011/01/una-orgia-de-sangre-en-la-tierra-de.html

Tambien pueden leer otro articulo sobre esta masacre en este link: http://www.diariolibre.com/noticias/2010/04/26/i242895_sisal-azua-campo-exterminio-antitrujillistas.html


También pueden leer sobre otras masacres en las secciones CRÍMENES I CRÍMENES III yCRÍMENES IV.


Otto Smolensky y su esposa, la baronesa belga Marie Louise 

El periódico propiedad de Trujillo La Nación informó en una breve esquela que se encontraron los cuerpos de esta pareja en su carro, accidentado en un lugar aislado entre La Vega y Ciudad Trujillo. Como en casi todos estos accidentes por conveniencia, el informe no ofreció detalles sobre las causas del accidente, ni el tipo de heridas ni las circunstancias. La prensa no volvió a mencionar el fatal accidente a pesar de que la pareja de extranjeros era bastante conocida en la alta sociedad de Santiago.

Esta pareja que portaba ciudadanía polaca, refugiados de Europa (él era un ferviente anti-nazi de padres alemanes, ella era de ascendencia judía), había vivido en la República Dominicana desde 1937 en su finca ganadera llamada “El Ranchito” en La Vega. En un viaje que la esposa hizo en 1947 para visitar a su madre e hija en Europa, les expresó que Dominicana no era un lugar seguro para vivir y que ella tenía esperanzas de volver a vivir en Europa pronto. En 1948, ya terminada la guerra mundial en Europa, el señor Otto Smolensky y su esposa "Lali" decidieron vender su propiedad y sus pertenencias para mudarse a Estados Unidos donde tenían familia. El 15 de marzo de 1948 finiquitaron varias transacciones para liquidar sus activos con miras a abandonar el país. Ese mismo día la pareja le vendió la finca “El Ranchito” a Virgilio Trujillo Molina, hermano mayor del dictador (conocido por robar tierras bajo amenaza), quien le pagó con un cheque certificado de un banco de Ciudad Trujillo. Tras firmar los documentos de la venta, la pareja retiró todo su dinero de su cuenta bancaria en La Vega y también las joyas de la esposa. 

En esos años se podía viajar por avión con grandes sumas de dinero sin límites de tal forma quecon todo su capital encima, las joyas y sus maletas, la pareja salió en carro destino a la capital con el fin de cambiar el cheque de Virgilio Trujillo, despedirse de un amigo europeo que vivía en la capital y tomar un avión para abandonar el país. Nunca llegaron a la capital. Varias horas después de su salida de La Vega, un conductor vio el carro en el fondo de un despeñadero y lo informó a la policía. Un grupo de rescate encontró los cuerpos, pero nunca se habló de dinero alguno ni de las joyas. Sin embargo, los amigos, socios y empleados sabían sobre todas esas actividades de la pareja en sus últimos días y sabían que planeaban salir del país con su capital y las joyas de la esposa. 
Como lo explicamos más arriba, el informe se limitó a una breve esquela en uno de los periódicos del dictador y la prensa no volvió a hablar del accidente. Sin embargo, acostumbrados a sospechar cuando la prensa evitaba dar detalles de un accidente fatal por caída por un precipicio y cuando la policía no daba mayores explicaciones, la población fue acumulando información y detalles sobre las circunstancias del accidente por medio de las redes paralelas de información. 

Se llegó a saber que cuando un miembro de la familia Trujillo (posiblemente el mismo Virgilio, hermano casi tan deshonesto como Petán) le informó a Petán Trujillo que la pareja Smolensky se aprestaba a abandonar La Vega llenos de dinero en efectivo y joyas, Petán no pudo contener sus acendrados instintos naturales de asaltante de camino de su juventud y mandó a un pequeño grupo de sus matones más allegados, encabezado por su esbirro de confianza, José Cepeda, con la misión de que interceptaran a la pareja, que la eliminaran y que se apoderaran del dinero y las joyas.

A pesar de la misión cumplida a cabalidad, el siempre listo Petán no tuvo la oportunidad de disfrutar del botín puesto que cuando su hermano Rafael Trujillo, el Jefe, quedó informado del atrevimiento de Petán sin su consentimiento (éste desafiaba el poder de Trujillo) lo obligó a que le entregara el botín. Con el dinero y las joyas en su poder, el Jefe declaró el caso cerrado. No valieron las indagaciones de Nonny, la hija biológica de Marie Louise e hija adoptiva de Otto, sobre sus padres y su herencia en RD (incluyendo la finca ganadera cuyo pago nunca recibió) ni valieron las presiones de varias representaciones diplomáticas en el país. El dinero y las joyas aparentemente quedaron a buen resguardo en manos del Benefactor. El cheque de Virgilio Trujillo nunca se canceló y la finca quedó en manos de los miembros de la familia Trujillo. En esos días, a la hija, quien vivía en Suiza, le aconsejaron no ir a RD por ser un país demasiado peligroso, por lo que contrató abogados internacionales, pero éstos no obtuvieron ningun resultado. La versión que les dieron fue que la pareja se accidentó cuando regresaban a casa del mercado y de esta manera no tenían que dar explicaciones sobre la alta suma del dinero que llevaban encima ni las joyas. Los bienes de la pareja, según escribiría Nonny años después, fueron confiscados por el "Estado". Los cuerpos nunca aparecieron. Décadas después, en los años sesentas y setentas, la hija visitó varias veces el país tratando de dar con los restos de sus padres pero nunca pudo encontrarlos, por lo que colocóuna piedra simbólica en el lugar del accidente.

Los lectores se preguntarán cómo fue que los Trujillos se atrevieron a cometer semejante crimen y despojo en contra de una pareja europea de cierto estatus social. No hay que olvidar que estas personas eran refugiados y que, por tanto, no contaban con el apoyo de un gobierno establecido que pudiera velar ni reclamar por sus vidas ni sus bienes en una isla distante. Para 1948, Europa era un continente devastado por la gran guerra, en medio de una confusa transición política y económica, con urgentes problemas de hambre y falta de vivienda y con un posible conflicto en sus territorios entre los dos ejércitos victoriosos (el de EUA y el de la URSS). El país del cual eran nacionales, Polonia (con su capital completamente en escombros), se encontraba bajo la ocupación militar del Ejercito Rojo y era la principal manzana de la discordia entre EEUU y la URSS. Lo que menos le interesaba en esos momentos a un país devastado y ocupado era el paradero de una pareja insertada en una remota isla del Caribe de cuya existencia probablemente ni siquiera se habían percatado y en el cual ni siquiera tenían una embajada debido a la guerra y a la total ausencia de intercambio comercial. De ese aislamiento y abandono de la pareja estaban muy conscientes los Trujillos quienes, como los viejos delincuentes callejeros o asaltantes de camino que habían sido en su juventud, sabían olfatear por instinto natural el momento y el lugar en que su futura víctima se encontraría más vulnerable.  (Ver foto de esta pareja en RD en la secciónPRESENTE.)

Dr. Jorge Alejandro Nin y su chofer  

En 1945 el joven abogado Dr. Jorge Alejandro Nin perdió la vida junto al chofer quien, por una extraña casualidad, era un inquieto líder sindical de choferes que se había ganado la antipatía de las autoridades. Según la esquela del periódico, el accidente de carretera ocurrió cuando Nin se dirigía a su ciudad natal de Barahona a asumir el puesto de fiscal. El carro, naturalmente, cayó por un barranco, matando a los dos pasajeros. Dejó una viuda, Altagracia Velásquez, y a tres pequeñas hijas: Ivonne, Brenda y Bertha. Siempre hubo dudas sobre si el sindicalista era en realidad su chofer o, lo que era más probable, si simplemente decidieron eliminar a dos pájaros inconvenientes de un solo tiro. 

Lo que no reportó la breve noticia es que dos días antes de que se publicara el "accidente" en el periódico, la policía secreta había detenido a Nin en su bufete para interrogarlo. Nin compartía el bufete con otro abogado que después se exilió en Estados Unidos. Pocas horas antes del accidente, Nin les había manifestado a personas de confianza su preocupación por su vida. Los cargos en su contra constaban de que Nin simplemente había dicho en una fiesta que Trujillo le había robado a su padre la mina de sal en Barahona, apropiación ésta bien documentada posteriormente por los historiadores. Su padre era un exitoso empresario, gran exportador y líder cívico que financiaba obras en beneficio de la municipalidad de Barahona. Después de la caída de la dictadura, fue declarado “Benemérito de la Ciudad de Barahona”, ciudad que hoy ostenta su busto en el parque central. 

No tiene ningún sentido que a Jorge Nin lo nombraran fiscal de Barahona justo después de ser detenido por la policía secreta y no debe sorprender, entonces, que lo accidentara antes de que pudiera llegar a ejercer un cargo para el cual realmente nunca estuvo destinado.  Esa era una estrategia típica de Trujillo para despistar cualquier asociación entre el régimen y el accidente puesto que se supone que ese nombramiento era una prueba de la buena relación entre la victima y el gobierno por lo que el régimen no tendría nada que ver con el percance. Según José Almoina (Una satrapia en el Caribe, pág. 126), a Jorge Nin lo apuñalaron en la fortaleza Ozama y después anunciaron el accidente. No se sabe ni dónde ni cómo mataron al chofer. La familia de Nin pudo ir a recoger el cuerpo ya en el ataúd en la Fortaleza Ozama para llevarlo al cementerio, pero no le permitieron ver el cuerpo, sólo la cara.  

Donato Bencosme y su chofer– Una muerte anunciada

Conocidos como los "Guapos de Moca", ciertamente los Bencosme dieron pruebas de valentía y firmeza. En su familia se cuentan siete muertes violentas por su resistencia a la dictadura de Trujillo, desde su padre, Cipriano Bencosme y sus hermanos hasta un hijo y primos (Cipriano, Sergio, Donato, Alejandro, Boil, Ramon Camilo y Toribio Bencosme, todos perdieron la vida por su resistencia).

Donato Bencosme, de familia rica en tierras y bienes, no escondía su menosprecio hacia los Trujillos y en varias ocasiones demostró ese desprecio que sentía hacia El Jefe. En una ocasión se burló públicamente de Trujillo y en otra, contaba su hijo Cipriano, “Trujillo lo nombra gobernador de la Provincia Espaillat, que no podía rechazar porque hubiese sido su muerte. Estando en esa posición, Pipí Trujillo (hermano del dictador) comienza a venir a los campos de Moca a buscar los mejores mulos y caballos dizque para la Hacienda Fundación (propiedad de Trujillo), mandando a buscar el cheque a la gobernación, que nunca aparecieron porque esos eran robos de Pipí. Papá, valientemente, envió una carta a Trujillo diciéndole que daba pena que su apellido rodara por el suelo porque su hermano, un vulgar cuatrero, despojaba a los campesinos”.  (Ver referencia más abajo). Además, Donato fue objeto de críticas varias veces en el Foro Público, lo que ya era un lúgubre augurio.

El fatal desenlace de la vida de este valiente personaje Donato Bencosme nos lo cuenta la prestigiosa periodista Ángela Peña:

"A los pocos meses, añade, una guagua del Ejército perseguía a Donato, lo destituyeron del cargo y, aunque lo repusieron a los siete meses, continuó el acoso que él denunció en una carta pública. Lo acusaron de atentar contra la paz y la seguridad del Estado y lo condenaron a un año de prisión y 250 pesos de multa pero, el 23 de diciembre de 1957, Trujillo le concedió la libertad, le entregó su pistola y le advirtió: “Tu vida se respeta desde La Cumbre hasta Santo Domingo. De La Cumbre para allá eres hombre muerto, tienes muchos enemigos en el Cibao”. Se sabia que este tipo de advertencia de Trujillo de que se cuidara de "otros" era sencillamente una amenaza solapada de Trujillo. Donato se hospedó en el hotel Comercial, pero al poco tiempo regresó a Moca y cuando reabren los trabajos de la judicatura decide: “No quiero estar suelto por indulto, no he cometido ningún delito y es verdad que me andan buscando para matarme”. Apeló. La causa fue fijada para el 17 de febrero de 1957.

Nunca llegó al tribunal a defender su honra. Cuando iba a presentarse “lo detuvieron en Piedra Blanca junto a su chofer Rafael Camacho, lo desarmaron y trasladaron al Palacio de la Policía, en Santiago. Allí, asegura Cipriano, se juntaron Ludovino Fernández, Jaffet Cabrera, Pipí Trujillo, a esperar la autorización de Trujillo para matarlo. El día l8 le dicen: mira Donato lo que vamos a hacer con tu chofer, y le clavaron un estilete en el cuello. A papá lo mataron a palos el 18 en la noche, entre todos, lo metieron en un saco y el carro Opel en que andaba lo lanzaron a La Cumbre, de Puerto Plata, en un precipicio de 800 metros donde todavía está el vehículo”. La familia Bencosme conoció estos detalles por un militar que participó en los hechos, contó Cipriano. La prensa de entonces atribuyó el “accidente” a la rotura del guía.”

Para leer toda la historia de la lucha entre Donato Bencosme y el régimen pueden referirse al artículo de la prestigiosa periodista Ángela Peña en el diariolibre.com Donato Bencosme: La muerte anunciada de un coloso… También se encuentran muchos artículos en la red sobre la destacada y valiente familia Bencosme.
El ingeniero Fausto Enrique Rodríguez Pérez y su chofer
El 31 de agosto de 1960 el Ing. Enrique (Quique) Rodríguez Pérez y su chofer, Ramón Antonio Guante, sufrieron un accidente fatal “al precipitarse el vehículo por un precipicio en el sitio denominado 'Los Cuatro Vientos' entre Barahona y Azua." La noticia en El Caribe, periódico propiedad de Trujillo, comentó que: “las circunstancias en que ocurrió el accidente permanecen desconocidas por no haber sobrevivido nadie y por falta de testigos oculares.”

Sin embargo, el montaje fue completamente incompetente al dejar los asesinos los cadáveres en la carretera mientras que la camioneta en que viajaban se encontraba en la parte alta de un precipicio de unos cuarenta metros, donde estaba atajada con una débil mata de bayahonda. No sólo no estaban los cadáveres en el carro sino que el casi inexistente daño que presentaba la camioneta indica la imposibilidad de que el “accidente" fuera capaz de ocasionar la muerte de ambos. Al examinar los cuerpos, los testigos concluyeron que habían muerto a garrotazos con un palo o una barra de hierro. Los asesinos también lo despojaron de RD$400.00, su anillo de matrimonio y de un cheque de RD$1,000.00 del Ayuntamiento de Pedernales para el cual el Ing. Rodríguez ejecutaba un proyecto.

Se puede contar entre los móviles detrás de este accidente el parentesco que tenía el joven Quique Rodriguez (29 años de edad) con el general Juan Rodríguez García (Juancito), el más importante e influyente enemigo de Trujillo en el exilio. Este multimillonario, considerado uno de los dominicanos más ricos de la época, ayudó a organizar y financió parcialmente las expediciones de Cayo Confites y la de Luperón, además de que les brindaba albergue y apoyo a los exiliados antitrujillistas en Venezuela. Ser pariente de don Juancito Rodriguez era un estigma en la Era de Trujillo. Además, nos cuenta el historiador Santiago Estrella Veloz que Pablo Rodríguez Salcedo, el padre de Quique Rodriguez, “nunca le aceptó un cargo a Trujillo. Era partidario del general Horacio Vásquez y en 1930, siendo Comisario de Moca, metió preso a Petán Trujillo, hermano del Jefe, acusado de robar vacas y emitir un cheque sin fondo en perjuicio de Delio Almánzar, residente en Guanábano, Moca. Cuando Trujillo pasó de Jefe del Ejército a Presidente de la República, en 1930, Petán estaba envalentonado al verse ahora uniformado como oficial de alto rango. Cada vez que visitaba a Moca, Pablo Rodríguez tenía que esconderse para no perder la vida”.

Como si esto fuera poco, el Ing. Quique Rodríguez había expresado varias veces que se oponía al régimen y en un par de ocasiones expresó brevemente sus sentimientos antitrujillistas en la presencia de un pariente lejano que había sido calié de la dictadura. Su situación empeoró cuando un par de veces se negó rotundamente a incurrir en ciertas irregularidades solicitadas por representantes de Petán. Por otro lado, el padre de Quique había tenido un altercado con el jefe inmediato de Quique en la Liga, el Dr. José G. Sobá, médico particular de Trujillo. Algunos historiadores han concluido que éste fue el autor intelectual del crimen, naturalmente con el beneplácito o la orden de los hermanos Trujillo, puesto que nadie se aventuraba a este tipo de asesinato por su cuenta, especialmente de una persona con la posición y el estatus del Ing. Rodriguez, sin la aprobación del régimen. El mismo Quique Rodríguez presentía su muerte violenta, además de que compañeros de trabajo y amigos ya lo trataban de lejos para no "contaminarse" pues lo consideraban un futuro cadáver. No hay que olvidar que Trujillo era obsesivo y vengativo por lo que a menudo una familia entera pagaba cualquier afrenta que alguien le hiciera a Trujillo. Una de las obsesiones de Trujillo era el general Juancito Rodríguez y sus actividades en el exilio. Ademas, cuando este partio, Trujillo se había apropiado de sus fincas y su ganado, pero peor aún, le había matado a varios hermanos y empleados de su finca y, ahora, al nieto de un hermano. 

Para más detalles sobre este “accidente” y el juicio en los tribunales después de la caída del régimen, pueden leer El asesinato del Ingeniero Quique Rodríguez por Santiago Estrella Veloz en diariolibre.com y otros artículos en la red.

Ramón Marrero Aristy y su chofer
Siendo Secretario de Trabajo, Marrero Aristy murió junto a su chofer, Luis Concepción Belén, en un accidente de carretera el 17 de julio, 1959. Su cuerpo fue encontrado dentro de su automóvil en un precipicio de la carretera que une a Santo Domingo con Constanza.

El propio estudiante de medicina que recibio el cuerpo de Marrero Aristy comentó tiempo después que éste no había muerto debido al accidente. Lo mismo dijo el secretario personal de Aristy y pariente de éste quien fue designado como la persona que debía ir a reconocer el cuerpo y supervisar su preparación para el funeral al dia siguiente.
Los investigadores todos coinciden en que fue un simulacro de accidente, pero no se ponen de acuerdo sobre el móvil de este crimen. Marrero Aristy era una persona gregaria hasta el punto de ser demasiado indiscreto en semejante régimen. Era un hombre que se identificaba con los intereses de los obreros y que, según algunos en los círculos de poder, no encajaba dentro de la cultura autoritaria y exclusivista del Palacio. Otros sostienen que al presentir el final del régimen, Aristy estaba rompiendo con la lealtad al Jefe y que se estaba preparando para desempeñar un papel protagónico en el nuevo gobierno, probablemente como presidente del país ya que contaba con popularidad entre los trabajadores. En realidad, Marrero Aristy fue colocado en el cargo por conveniencia del dictador en su trama calculada de proyectar una imagen de apertura y participación popular en las más altas esferas del gobierno cuando los vientos democráticos y liberales soplaban en el continente. De ahi que Marrero Aristy siempre fue una pieza que no calzaba en la cultura autoritaria del palacio. 

La versión más concreta sobre el motivo señala lo que todos los del Palacio sabían: Que Trujillo lo responsabilizó por una publicación que apareció el 12 de julio en The New York Times que acusaba al gobierno de Trujillo de corrupción. Se sabe que Trujillo lo regañó con zaña en el palacio dado que algunos oyeron los gritos de Trujillo frente a Aristy. Otros presentan la excusa de que, si bien Trujillo estaba enfurecido con dicha publicación, su muerte fue causada por un disparo hecho en el Palacio por uno de los escoltas de Trujillo quien creyó que Aristy iba a sacar una pistola del bolsillo para matar al Jefe. Pocos creen esta versión, especialmente porque los periodistas hasta ahora no han encontrado a ningún funcionario del palacio que recuerde haber oído un disparo en el palacio en esos años, además de que Font Bernard dice que lo vio salir del Palacio caminando ese dia, aunque visiblemente nervioso (ver más abajo).

Sea cual fuere la razón principal, todos coinciden en que el accidente fue simulado, máxime que seaccidentó en una zona en que se acababan de registrar enfrentamientos militares con los expedicionarios de Constanza y todavía era una zona muy inestable. Un grupo de guerrilleros (el de Delio Gomez Ochoa) fue apresado el 11 de julio y ya el 17 de julio, aún cuando no se sabía si había más guerrilleros en la zona o si habría otros enfrentamientos, Marrero Aristy supuestamente se fuea Constanza dizque a relajarse en un hotel de la montaña. 

Todo parece indicar que el encargado de su muerte fue Johnny Abbes con quien Aristy habia tenido ciertas asperezas, por lo que Abbes estaria muy interesado en cumplir la órden de asesinarlo. De lo que no hay duda es que nadie se atreveria a matar a un alto funcionario del gobierno sin la anuencia expresa o la orden directa de Trujillo. La destacada periodista Angela Peña se refiere brevemente a este caso:

"El 17 de julio de 1959, se informó que el escritor había perecido junto a su chofer Luis Concepción Belén, al caer su vehículo por un precipicio. En cuanto a que lo eliminaron en el Palacio, dice Manuel Javier en Mis 20 años en el Palacio Nacional junto a Trujillo y otros gobernantes dominicanos que esta afirmación “es dudosa y objetable. Es un hecho casi cierto, de toda certeza, que fue en la prisión de La 40 donde lo asesinó la gente de Johnny Abbes”.

En Trujillo, aproximación al hombre y su tiempo anota Fernando Infante (trujillista, por cierto) que Marrero “fue asesinado a palos en la cárcel La 40…”

"Marrero era secretario de Trabajo cuando cayó en desgracia por supuestamente ofrecer durante un viaje informaciones adversas al régimen al periodista Tad Szulc que las publicó en The New York Times. Al regresar  fue a entrevistarse con Trujillo que 'lo ultrajó de palabras'. Afirman que el escritor, nervioso, “fue a sacar su pañuelo para secarse el sudor y un oficial del ejército, creyendo que iba a esgrimir un arma, lo mató de un balazo. Pero en el Palacio Nacional nadie recuerda haber escuchado un disparo en esa tarde negra… hay quienes opinan que Trujillo, después de vejarlo, ordenó su muerte al jefe del SIM y éste lo trasladó a La 40”, apunta Javier."
Las dos caras de Angelita Trujillo
Por Angela Peña
13 de marzo, 2010
hoy.com.do 

R. A. Font Bernard es uno de los que más información directa nos puede dar sobre la muerte de Marrero Aristy por ser un funcionario del Palacio en esos días, porque intercambiaba opiniones con Marrero Aristy y por su conversación con el joven que recibió el cadáver de Aristy.

Font Bernard (también trujillista) refuta claramente a aquellos que han querido convertir el asesinato en una especie de simple accidente por el mal juicio de un agente de seguridad en el Palacio (los que la difunden nunca se han ocupado de decirnos de dónde proviene dicha versión) quien supuestamente pensó que Aristy iba a sacar una pistola de su bolsillo para matar a Trujillo y no un pañuelo cuando el Jefe lo increpaba, por lo que le pegó un tiro y lo mató. En contradicción con la versión anterior de que Aristy era ya un cadáver cuando lo sacaron del Palacio, Font Bernard dice que él vio a Aristy salir del Palacio, visiblemente perturbado (probablemente por el argumento con Trujillo), el mismo día en que Aristy desapareció. Al día siguiente Font Bernard asistía al funeral de su compañero de Palacio. Por cierto, en las exequias no faltó la corona de flores de parte de Trujillo con la inscripción que decía ““A mi amigo y  colaborador Ramón Marrero Aristy. Generalísimo Trujillo”. (Leer: El asesinato de Marrero Aristy por R.A. Font Bernard, provinciasdominicanas.org).

A esto se le suman las declaraciones del señor Wilfredo Mejía Alvarado, quiencolaboró estrechamente con Aristy por mucho tiempo, era pariente suyo y quien fue a reconocer el cuerpo en la morgue de Bonao y a supervisar la preparación del cuerpo para el funeral. Declaró por escrito años después que el cuerpo mostraba golpes en la cabeza pero que no vio ninguna herida de bala. También examinó el lugar del accidente, el carro volcado de cerca y determinó que éste fue empujado por el precipicio, que no fue por accidente.

Por falta de espacio y porque el articulo es muy largo, invitamos a los lectores a leer las  declaraciones hechas en 2003 por Wilfredo Mejía Alvarado en su extenso articulo Origen humilde de Marrero Aristy despertó enconos de aristocracia trujillista por Wilfredo Mejía Alvarado, Hoy.com.do (6/7/2003).

Dr. Enrique Washington Lithgow Ceara
En una escueta nota, el Listín Diario del 3 de octubre, 2010 recuerda brevemente este caso:
1949. Muere aparentemente asesinado por sicarios de Trujillo el doctor Enrique Washington Lithgow Ceara. Se informó que murió ahogado cuando su carro se precipitó al río Ozama. Unos atribuyen su muerte a comentarios hechos por él sobre la supuesta enfermedad prostática de Trujillo y otros a un informe de Anselmo Paulino sobre la inconformidad pública del doctor Lithgow Ceara cuando se le ordenó que moviera su automóvil de la avenida George Washington donde estaba estacionado y por donde paseaba con frecuencia en horas de la tarde el generalísimo”.

Otros investigadores de la dictadura igualmente habían recogido la versión que había emanado desde los propios pasillos del poder en el sentido de que Lithgow había sido eliminado por sus imprudencias.

El doctor Enrique W. Lithgow Ceara había pasado años estudiando en EEUU donde se especializó en urología. Todavía entrañaba en su personalidad la cultura americana de poder expresar inconformidad con el gobierno y hasta de burlarse de los altos funcionarios sin repercusiones. Eso explica que en forma tan ingenua haya cometido esas “imprudencias”, máxime cuando se trataba de la salud y vida del Jefe Supremo en momento en que era uno de los medicos consultados sobre los problemas de salud que El Jefe estaba padeciendo. El propio Balaguer se refiere en su obra Los carpinteros al mordaz y fatídico comentario del Dr. Lithgow sobre la salud de Trujillo, una audacia que sorprendió a todos los presentes.

Si los lectores se resisten a creer que por tales nimiedades el doctor Lithgow hubiera sido asesinado, una vez más les recordamos que ser eliminado por decir cualquier cosa que insinuara una crítica o burla del dictador o su familia (o una afrenta) era la norma, causa suficiente para ser detenido, torturado o eliminado. Los dominicanos lo sabían muy bien y por eso se cuidaban mucho de lo que decían respecto al gobierno, en especial respecto a cualquier miembro de la familia Trujillo y sus allegados. Aparentemente, el Dr. Lithgow no se habia "aclimatado" a la cultura extremamente opresiva que imperaba. Como ejemplos de estas muertes por una frase inoportuna, pueden leer sobre el joven Colón Piris y Rafael Yepez en la seccióCRÍMENES III  y leer el siguiente caso del alferez Boñuela.  

Según el investigador y periodista Edwin Disla, el Dr. Lithgow Ceara fue asesinado por asfixia antes de ser lanzado en su Buick al río Ozama. Una reciente publicación ofrece una razón concreta por este asesinato. Nos referimos al libro Ayer, el 30 de Mayo y después  de Fernando Amiama Tió, alto funcionario del régimen trujillista por muchos años (Canciller, Director de Pasaportes, Secretario de Estado de Trabajo, encargado de los asuntos haitianos, también hermano del héroe nacional Luis Amiama Tió). Sin embargo, no tenemos acceso al libro, pero la reconocida periodista Ángela Peña, quien sí leyó el libro detenidamente, escribió un artículo (La verdadera historia del ajusticiamiento) sobre este libro en que dice que el documento también narra con pormenores “las causas concretas del crimen contra Lithgow Ceara” y otras víctimas. Aunque lamentablemente la periodista no nos ha transmitido cuáles fueron las causas concretas, claramente lo califica de crimen con base en lo narrado en el libro.  

A pesar de que el Dr. Lithgow no tuvo tiempo en nuestro país de desarrollar una prestigiosa carrera en su especialidad, después de la caída de la dictadura le cambiaron el nombre al hospital Marión por el nombre del Dr. Lithgow Ceara en honor a este joven médico.
El alferez Jesús María Boñuela   

Otro accidentado por cometer el error de decir una “imprudencia”, esta vez un simple comentario de dos palabras “Qué barbaridad”, al presenciar los repugnantes y macabros actos a que fue sometido el cuerpo de José Messón (tanto vivo como ya muerto), después de pasar días bajo tortura. Por esas dos palabras "que barbaridad" pagó con su vida este alferez originario de España.

A continuación reproducimos los tres párrafos que describen brevemente las circunstancias de estecaso tomados del artículo El asesinato de José Messón. El lector puede leer el artículo completo más abajo.

Antes debemos explicar que el autor del artículo dice que éste fue “el más salvaje, sádico y cruel realizado en un recinto de la Marina de Guerra dominicana”, no porque este tipo de crimen macabro fuera algo totalmente fuera de lo común en el país como todos ya sabemos, sino simplemente porque la Marina de Guerra tenía poco que ver con la represión en tierra que ocurría practicamente a diario durante la larga dictadura, pues la labor de represión en la isla les correspondía al SIM (Servicio de Inteligencia Militar) y al Ejército, los que siempre tuvieron las manos más sucias por sus torturas, atropellos y asesinatos. La labor de la Marina era principalmente resguardar las costas y pasear a los miembros de la familia Trujillo en sus yates de lujo. Suponemos que también eran los encargados de lanzar los cuerpos al mar, aunque no participaran en los asesinatos ni en las torturas.

Para cuando llevaron a José Messón al recinto de la Marina para ultimarlo frente a sus antiguos compañeros de la Marina, ya Messón había sido sometido a despiadadas torturas en La 40 durante días, incluyendo fuertes electrochoques en la silla eléctrica. 

A continuación los tres párrafos relativos al poco conocido alferéz Jesús María Boñuela:
"El prisionero [José Messón] con su mirada perdida, apenas sosteniéndose sobre sus pies, intentó hablar inútilmente. Germán Bello lo derribó de una bofetada. En el suelo, le colocaron un lazo al cuello, de una soga que colgaba discretamente de la robusta rama del mango, y halaron a Messón. En el pináculo lo retuvieron un minuto y lo dejaron caer contra el suelo asfaltado. Tras repetir esta acción cuatro veces, soltaron la soga y el ya cadáver se precipitó a tierra. A seguida el cabo barbero Rossó Piña, con un enorme y  filoso cuchillo le cercenó los órganos genitales y le dividió el cuerpo en cuadritos.
El oficial de mesa alferez Jesús María Boñuela, de origen español, indignado comentó a media voz: '¡Qué barbaridad!' Este comentario le costó la vida: a los tres días lo asesinaron valiéndose del muy usado método trujillista de “accidentarlo” en un automóvil.
El barbero Rossó Piña, continuando con su macabra tarea, arrastró por la soga el cadáver, tiznando de sangre el asfalto del patio, y se lo mostró a los militares presos por faltas disciplinarias para que les sirviera de escarmiento. Finalmente, junto a varios de sus compañeros, con las culatas de fusiles le destrozaron la cabeza  para su introducción en un saco de henequén, el cual con rocas y piedras en el fondo lanzarían al mar"

Por cierto, como ocurría a menudo, al saber de la ejecución de José Mesón, su hermano y algunos miembros de su familia se asilaron en embajadas por temor a sufrir consecuencias.

Mencionamos de paso que el fotógrafo del SIM, Pedro Aníbal Fuentes Berg (Chichi), fue quien tomó la famosa foto de José Messón en la silla eléctrica (ver foto en sección PRESENTE). Sensible al sufrimiento que presenciaba mientras fotografiaba a las victimas, le sacó copia al negativo de esta foto junto con unas cuatro fotos más de los torturados. Su hermano, Gilberto Fuentes Berg, las sacó del país para que se publicaran. De hecho, el caso de José Messón se hizo notable no porque fuera un caso fuera de lo común, sino simplemente debido a esa foto puesto que eran contadas (unas 5 fotos) las imágenes de los torturados en los centros de tortura de la dictadura, esto gracias a los hermanos Fuentes Berg.

Por esta audacia de estos dos hermanos, al ser informado Johnny Abbes de este filtraje, los hermanosAníbal y Gilberto Fuentes Berg fueron detenidos y desaparecidos. Hasta hoy no se sabe del paradero de sus cuerpos. Algunos creen que también fueron torturados. Para más detalles sobre el caso de los hermanos Fuentes Berg, pueden ir a la seccióCRIMENES III (BREVES).

Como todo en ese demencial reino de terror, increíble pero cierto.

Varios accidentes en el caso Galíndez

Muchos conocen del secuestro de Jesus de Galindez, de la supuesta riña en que el piloto Murphy es empujado al mar y desaparece y que después Tavito de la Maza se suicida en su celda. Pocos saben que además murieron en supuestos accidentes de tránsito la mujer que hacia de enfermera acompañando al paciente Galindez en el avión y su novio, también partícipe del secuestro. A eso se le suma el accidente fatal que sufrió el suegro de Tavito de la Maza. Tampoco se pueden dejar de mencionar el accidente fatal de la avioneta piloteada por otro testigo y el suicidio del médico que inyectó a Galindez en Nueva York.

Al planear el secuestro de Galíndez, Trujillo nunca contó con que la desaparición de Galíndez fuera a crear tanto alboroto en Washington y en la prensa norteamericana. Esto ocurrió, efectivamente, porque Galindez resultó ser ciudadano norteamericano y además agente de la FBI y de la CIA, dos cosas que Trujillo no sabía y razones por las que el gobierno de EEUU movilizó a sus agencias para investigar el caso (pretendiendo no saber nada del asunto), con la acompañante campaña de asedio en la prensa. Esto obligó a Trujillo a iniciar una cadena de asesinatos para silenciar a los participantes. Pero al hacer desaparecer también al piloto Murphy, la situación empeoró porque Trujillo tampoco contaba con que el congresista por el estado de Oregon (Charles Porter), de donde era el piloto Murphy, resultaría ser un sujeto tan obstinado y activo en la investigación sobre el caso Murphy en que llegó al punto de exigir una investigación del Congreso y audiencias sobre la desaparición de Galindez y Murphy, lo cual efectivamente decidieron que se llevaría a cabo. A las investigaciones de la FBI, de la embajada y de la prensa, se sumaron las audiencias del Congreso. El caso Galíndez era para entonces tema de primera plana en los periódicos de EEUU y del continente.


En honor a la objetividad, debemos señalar que investigaciones recientes del investigador y publicista Aquiles Julián (y otros) señalan que, aprovechando el instinto criminal de Trujillo, su irracionalidad y su impulsividad caprichosa, éste fue manipulado por dos poderosos funcionarios del gobierno norteamericano (los hermanos Dulles) para que se deshiciera de Galindez. Le hicieron saber que Galindez estaba por publicar su tesis exponiendo la corrupción, inmoralidad y atropellos del régimen de Trujillo. Estos altos funcionarios tenían interés en hacer desaparecer a Galíndez por razones de un cambio de política hacia Franco al que Galíndez se oponía. Estas recientes revelaciones de Aquiles Julián y otros podrían explicar los atentados y “accidentes” que ocurrieron fuera de la isla en conexión con el caso Galindez (sobre dichas muertes y atentados, ver más adelante). Por otra parte, se dice también que lo que más enfureció a Trujillo de todas sus acusaciones fue que Galindez expresara que Ramfis no era su hijo biológico.

Hay que tomar en cuenta que las agencias e instituciones de Estados Unidos no estaban organicamente integradas ni coordinaban bien sus tácticas y estrategias y esto explica como fue que la embajada, el Congreso, buena parte de la prensa norteamericana y hasta los niveles medios y bajos de la FBI tampoco supieran de las manipulaciones de los hermanos Dulles sobre Trujillo, por lo que desempeñaron cabalmente el papel que les correspondía sin percatarse de la manipulación. Mucho de lo que ocurre a ese alto nivel de los servicios de inteligencia es sólo conocido por pequeños círculos de poder. Esa manipulación, naturalmente, no exculpa moralmente a Trujillo de la planeación y ejecución del crimen, además de que sin lugar a dudas fue la dictadura la que se encargó de eliminar dentro del país a todos los que estuvieron involucrados en la desaparición de Galindez, unas seis o siete personas, motivado Trujillo por el escándalo en la prensa internacional en relación al secuestro y por las investigaciones de la FBI y la embajada. Por su estilo visceral de gobernar, Trujillo fue incapaz de percatarse de que la fuente del revoloteo que lo "obligó" a hacer una limpieza interna (y posiblemente externa) probablemente fue la misma fuente que lo manipuló para que secuestrara a Galindez. 

A varios investigadores siempre nos pareció exagerada, y por ende sospechosa, la coordinada y estridente reacción en EEUU al secuestro de Galindez en comparación con otros asesinatos en el exterior (Almoina, Requena, Bencosme, etc.), especialmente porque Galindez, antes de su secuestro, era tan desconocido en la prensa internacional como las demás víctimas de Trujillo en el exterior. Sobre la trama pueden leer los recientes artículos de Aquiles Julián titulados La conspiración perfecta de los hermanos Dulles y El hombre a cargo de secuestrar a Galíndez, además, Cómo Galindez pasó de informante aliado a enemigo
Volviendo a la secuela de asesinatos dentro del país, en su libro La palabra encadenada, Joaquín Balaguer (al igual que varios investigadores) narra que el agente de Trujillo Francisco Martínez Jara (alias El Cojo), un agente español de Franco al servicio de Trujillo que participó directamente en el secuestro de Galíndez, fue eliminado en agosto de 1956. El gobierno anunció que Martínez Jara había fallecido en un accidente de tránsito, pero nunca revelaron el cuerpo, ni el carro, ni el lugar preciso del accidente.

Días después en ese mismo mes de agosto, Ana Gloria Viera (21 años de edad), una hermosa agente secreta (fungía como enfermera) que acompañó en el avión a un Galíndez inconsciente, novia de Martínez Jara, también murió en un accidente de tránsito en la carretera Duarte a la altura de la Cumbre de Bonao, 12 días después de dar a luz a su hijo Manuel. Encontraron su cuerpo detrás del timón del carro. Lo extraño era que todos sabían que Gloria Viera no sabía manejar y que nunca la habían visto detrás de un timón.

Semanas después de esos dos accidentes, también pensaron en presentar la muerte del pilotoGerald Lester Murphy como un accidente.  Luego, optaron por culpar a Tavito de la Maza ya que Tavito tenia una cuenta pendiente por el homicidio de un hermano del esbirro Felix Bernardino, uno de los mejores amigos de Trujillo. Acusaron a Tavito de la Maza de haber matado a Murphy en una riña en una carretera paralela al mar. El cuerpo de Murphy supuestamente cayó al mar. A su vez,Tavito de la Maza, después de ser detenido por el presunto crimen, se “suicidó” en su celda. Los investigadores de la embajada americana que examinaron la celda dijeron que el frágil tubo de donde supuestamente se colgó de la Maza jamás hubiera podido soportar un cuerpo de un hombre, además de otras inconsistencias materiales. 

En cuanto a la decisión de eliminar a Murphy, los investigadores señalan varias razones, además de ser simplemente el próximo en la lista fúnebre con el fin de eliminar toda huella. Entre éstas, que Murphy ya estaba hablando demasiado con amigos sobre el misterioso vuelo, que Murphy se rehusó a bombardear la Habana (entonces Trujillo organizaba una invasión a favor del presidente depuesto Prío Socarrás en contra de Batista) y que Murphy, al ver que los que habían participado en el secuestro de Galíndez estaban sufriendo accidentes fatales, de repente puso un anuncio en Ciudad Trujillo para vender sus pertenencias, clara señal de que planeaba abandonar la isla, razón por la que fue interceptado y eliminado.


Salvador Cobian Parra, coronel de origen cubano, había sido designado por Trujillo jefe del Servicio de Inteligencia en 1956 y fue uno de los ejecutores del secuestro de Galindez. Cobían fue asesinado a balazos en su oficina. El caso fue presentado primero como un suicidio y después como una riña e intercambio de balas en que también el otro oficial murió.

Por otro lado, el médico dominicano Miguel Rivera, encargado de drogar a Galíndez en Nueva York, supuestamente se “suicidó” con cianuro en su casa de Ciudad Trujillo.

Varios investigadores sostienen que también el suegro de Tavito de la Maza fue eliminado en un "accidente" dado que él estaba profundamente indignado por el "suicidio" de su yerno y estuvo activamente involucrado en las indagaciones de su muerte. Sobre este caso, el periodista Sócrates L. Peguero nos resume: 

"Antonio Rúa, padre de Marusa Rúa, la esposa de Octavio de la Maza. Al señor Rúa sentir repulsa y manifestar su descontento por la muerte de Tavito, planificaron su muerte. Aprovechando que el señor Antonio Rúa era comisionista y tenía que viajar periódicamente hacia el interior del país, decidieron esperar el que fuera su último viaje y le tiraron un Catarey encima en la vieja carretera del Este. Catarey era un enorme camión (marca Mack) que se usaba para el tiro de caña de azúcar".

Como se trata de un choque con un camión y no tenemos otros detalles, no podemos afirmar ni negar que fuera un accidente fabricado, pero les recordamos a los lectores que expresar descontento con el régimen y tener la audacia de ponerse a indagar sobre un asesinato del régimen eran motivos suficientes para terminar fatalmente "accidentado" o desaparecido.

Murphy había hecho escala desde Long Island en un pequeño aeropuerto de West Palm Beach, Florida, atendido por Donald P. Jackson (23 años) y su padre, Wesley (el dueño de ese aeropuerto), aparentemente las únicas dos personas que atendian ese pequeño aeropuerto esa mañana. El Joven Jackson fue el que atendió el avión de Murphy esa mañana del 13 de marzo, 1956. Su padre Wesley también se encontraba en el aeropuerto. Cuando el Congreso de EEUU empezó sus investigaciones, había citado a Donald Jackson a que compareciera en las audiencias como testigo, pero convenientemente seis días antes de su cita con el comité del Congreso el joven y su padre se mataron al estrellarse su avioneta privada en un vuelo a Texas. Por suerte, Donald Jackson había sido entrevistado por la estación de radio de Miami, WGBS, antes de morir en que había declarado que cuando entró en el avión para llenar los tanques extras que llevaba el avión, él vió un cuerpo en una camilla dentro del avión de Murphy y había detectado un extraño olor a droga en el fuselaje del avión. Aunque no se puede decir a ciencia cierta que este fatal accidente en que murieron padre e hijo fue inducido, resulta muy sospechoso que ocurriera justo antes de su cita en las audiencias, donde hubiera revelado que efectivamente Murphy llevó a un “paciente” a RD en esos días. Esto naturalmente conectaba la desaparición de Galindez con República Dominicana y la complicidad de Murphy, algo que Trujillo negaba rotundamente.

Igual de conveniente fue la muerte del guardián de seguridad, Robert Smith, del pequeño aeropuerto Zahn’s en Long Island, NY, único testigo cuando esa noche del 12 de marzo, 1956 montaron en el avión de Murphy al “paciente” en una camilla. El guardián sufrió un infarto fatal días antes de poder hacer sus declaraciones oficiales. Naturalmente, no se puede concluir que este ataque fuera inducido, pero llama la atención que todos los testigos e involucrados en el sonado caso Galíndez quedaron eliminados poco después de los hechos o poco antes de sus citas para comparecer ante los investigadores.

En estos dos últimos casos hay que recordar que los agentes de Trujillo siempre mantenían contacto con redes de matones del bajo mundo, nacionales de los países en que Trujillo tenía algún interes con el fin de poder contar con sus servicios de apoyo logístico a las operaciones del Jefe en cada país. Los investigadores americanos han documentado, por ejemplo, las conexiones entre los agentes de Trujillo y las mafias de EEUU. 



Pantolín de Castro Beras fue militar, parte del Cuerpo de Ayudantes Militares del propio Trujillo. En la página 65 de sus memorias, Trujillo y mis vivencias, se refiere al siguiente caso: “…la profesora Graciosa Bobadilla Beras fue espectadora en la Universidad de Columbia del secuestro y anestesiamiento del profesor Galíndez y llena de pánico expresó: ¡Ay! ¿Y qué es lo que le están haciendo a ese pobre hombre? 

No podía quedar ningún testigo de este caso y de ello se encargó una prominente embajadora también oriunda de El Seibo, la que hizo una cordial invitación a una recepción en la sede de las Naciones Unidas, de la que formaba parte, y así con una copa de veneno terminó la existencia de mi infortunada profesora”. (fin de la cita). La diplomática, pertenecia al íntimo círculo de confianza de Trujillo. Era una soplona, hermana de un famoso matón y fanático trujillista. Estamos buscando otras fuentes que confirmen este caso. 

Además, la esposa del editor chileno, Alfonso Naranjo Urrutia, quien estaba por publicar el libro de Galíndez La Era de Trujillo (libro que Trujillo quería evitar que se publicara a un alto precio en oro y en sangre) en la Editorial del Pacifico, sufrió un atentado de secuestro en Los Ángeles casi simultaneamente con el secuestro de Galíndez. Salvador E. Morales Perez en su libro Almoina, un exiliado gallego contra la dictadura de Trujillo (pág. 249) nos cuenta: 

“Martha Vargas Urzúa, se hallaba en estudios especializados en Pasadena, California. Un grupo de individuos no identificados la atacó y golpeó en la cabeza con ánimos de secuestro el 13 de mayo, de ese mismo año de 1956. No hay duda, de que la agresión tenía el objetivo de chantajear o amedrentar al esposo para evitar la impresión. No obstante, no lo lograron y finalmente se imprimieron 15,000 ejemplares de la obra”. 

Los lectores pueden descargar gratis el libro de Salvador Morales en: http://www.agn.gov.do/sites/default/files/publicaciones/volumen_74_2.pdf.

Estos atentados e intentos de secuestro contra inocentes familiares de los inconvenientes o “enemigos” del dictador eran algo común en RD y algunas veces ocurrían en otros países. Otro ejemplo es el caso de otro intelectual español que también sería eliminado por escribir en contra de Trujillo, José AlmoinaSu hija menor Helena casi fue secuestrada por hombres que la llamaron desde un carro de lujo. Cuando ella se acercó, trataron de meterla a la fuerza en el carro (la niña se había salido del apartamento sin permiso). El secuestro no se logró ya sea porque la niña era muy flaquita y pudo escurrírseles a sus captores o porque éstos sólo hicieron un falso intento para aterrorizar a Almoina.

Este incidente con la niña de Almoina ocurrió en medio una campaña de fuertes e incesantes advertencias, amenazas y presión de parte de agentes y “diplomáticos” dominicanos en México y Cuba en relación a la información sobre el régimen que Almoina pensaba publicar y que ya había difundido a sotto voce en círculos diplomáticos. 

Por cierto, el caso Almoina podría quedar incluido en esta sección ya que a Almoina lo eliminaron arrollándolo con un carro en México, pero también con disparos. Sin embargo, decidimos incluirlo en la sección sobre asesinatos en el exterior (ver CRÍMENES III) y no aquí

En resumen, sobre el caso de la desaparición de Galíndez, el saldo de muertes fue:

6-7 muertes para silenciar a los involucrados en la desaparición del profesor español 
Una muerte (el suegro de Tavito de la Maza) por criticar y por ponerse a investigar
Posiblemente las tres muertes en EEUU de los que atendieron el avión y un atentado fallido.

Juan de Dios Ventura Simó
Fue un piloto de la Fuerza Aérea Dominicana que desertó el 30 de abril, 1959 en un vuelo de rutina y voló su avión a Mayaguez, Puerto Rico donde pidió asilo político. Debido a que el padre de su esposa era un cercano colaborador y amigo del Jefe desde hacía muchos años, Ventura Simó no estaba preocupado por posibles represalias en contra de su mujer y su familia. 

Días después de su deserción, se encontraba en Caracas bajo la protección de Rómulo Betancourt y poco después se trasladó a Cuba para colaborar con los exiliados antitrujillistas. Ingresó como piloto a las filas de los expedicionarios que salieron de Cuba en junio, 1959. Su avión aterrizó en Constanza y fue capturado por el ejército trujillista el 17 de junio. 
A diferencia de los demás capturados vivos que fueron encarcelado en los centros de tortura de Trujillo, Ventura Simó fue presentado ante la prensa y el cuerpo diplomático como un colaborador del régimen que se había infiltrado en las filas de la oposición en el exilio, especificamente en el ejército de liberación que salió desde Cuba. Fue ascendido por Trujillo con orgullo público de capitán a teniente coronel.  

Versiones contrarias a la historia oficial señalan que la deserción de Ventura Simó fue auténtica, pero que tal como ocurrió con algunos capturados, después de su captura fue obligado bajo amenaza o llegó a un acuerdo de colaborar con Trujillo para salvarse de las torturas, de una muerte segura y para proteger a su familia, lo que le permitió a Trujillo usarlo en público para burlarse y desalentar la moral de la resistencia y la opinión publica opositora.

Sobre el encuentro entre Ventura Simó y el cuerpo diplomático, los embajadores habían acudido a la cita engañados, pues el canciller dominicano les había dicho que se reunían para otro propósito. La mayoría de los diplomáticos se sintieron ofendidos con este engaño ya que, para su sorpresa, fueron fotografiados junto a Ventura Simó con fines propagandísticos, como si estuviesen celebrando su lealtad a Trujillo. A continuación, Rafael Chaljub Mejía, en su libro La Era en los días del fin, nos describe en la página 105 dicho encuentro: 

“El hecho cierto fue que, uno por uno, los representantes extranjeros saludaron a un hombre ostensiblemente vencido y demacrado, al cual el brillo del uniforme y las medallas que colgaban de su pecho no podían ocultarle las evidencias del mal momento que pasaba. Semiaturdido, sin poder reflejar el ánimo de triunfador que se empeñaba en aparentar, un gesto de sombría incertidumbre delataba la tragedia que lo estaba atormentando”.

Las sospechas del pueblo dominicano respecto a la versión del gobierno sobre la lealtad de Ventura Simó se intensificaron cuando, después de tanto barullo propagandístico, de repente no se volvió a hablar más del héroe, ni se le volvió a ver. Fue cuando la madre de Juan de Dios le pidió a Trujillo poder ver a su hijo que de inmediato montaron el accidente aéreo en que Ventura Simó se accidentaría (nunca encontraron su cuerpo)  en una exhibición de acrobacia aérea en homenaje a Trujillo, ampliamente anunciada por el gobierno con el fin de que todos presenciaran el “accidente”. En realidad no presenciaron ningún accidente sino la ausencia repentina de uno de los cuatro aviones que participaban en una acrobacia, pues el avión simplemente desapareció en el horizonte, ilusióóptica que ocurre cuando un avión vuela más allá de la linea del horizonte. Se cuenta que antes de sufrir el supuesto "accidente", Ventura Simó sufrió un largo suplicio sometido a las más horrendas torturas (algunos han dado detalles de las macabras torturas a que fue sometido) las cuales no describimos aqui para no extender este caso y porque dichas torturas siguieron casi el mismo patrón (con ciertas originalidades) que los suplicios descritos en la seccióTORTURAS de este portal.
Para más detalles sobre cómo montaron el accidente simulado de Juan de Dios Ventura Simó después de ser asesinado, preferimos que los lectores lean el artículo más abajo por el reconocido periodista Miguel Guerrero Nuevo aniversario de la gesta expedicionaria de junio de 1959 publicado en El Caribe y en El País.     

Jean Awad Canaán y el caso Pilar Baez

Recientemente se publicó un libro basado en una investigación y entrevistas sobre la muerte de esta pareja (Pilar Báez en enero, 1960 y su esposo Jean Awad en noviembre, 1960) titulado La verdad de la sangre, escrito por la investigadora forense española Eva Álvarez y la hija de la pareja Pilar Awad Báez. A los lectores que tengan interés en investigar estas dos muertes a fondo (una por una eclampsia durante el parto y la otra por accidente automovilístico), los instamos a adquirir este libro así como el libro que apoya la versión de Angelita Trujillo, Pilar y Jean. Investigación de dos muertes en la Era de Trujillo, escrito por una amiga y simpatizante de Angelita, Naya Despradel, quien le atribuye estas dos muertes a hechos circunstanciales.
No hemos leÍdo ninguno de los dos libros, por lo que los siguientes comentarios se basan en artÍculos, entrevistas y resúmenes de dichos libros los cuales, sin embargo, destacan las pruebas y argumentos más importantes expuestos en los mismos.

En su momento, en círculos de la oligarquía y la burguesía trujillista se decía que Angelita estaba muy enamorada de Jean Awad (una de sus debilidades conocidas por todos era la poderosa atracción que sentÍa por los oficiales militares buenmozos, especialmente los de la aviación) y que una enfermera había inducido una hemorragia durante el parto que mató a la joven esposa de Awad. Se decÍa que la enfermera salió rapidamente del paÍs. Se manejaba el nombre de la enfermera pero hoy, probablemente borrado por el tiempo, su nombre ya no se menciona aunque todavÍa vive en NY. Diez meses después, el propio Awad murió en un accidente automovilístico, simulado según algunas versiones, por los celos del esposo de Angelita, León Estévez, uno de los peores y más frecuentes torturadores y asesinos de los centros de tortura (ver seccióTORTURAS). Este sentia su posición en el régimen muy amenazada si se diera el caso de que Angelita procurara el divorcio para casarse con el galán uniformado que le robaba el sueño.

Además, algunos dicen que Awad también mantenía amistad con varios de los altos oficiales que habían sido identificados como desafectos al régimen y que estaba al tanto de los planes del grupo de la Maza de eliminar a Trujillo. Hay que recordar que Pilar Díaz de Awad era hija y sobrina de varios de los héroes conjurados para matar a Trujillo. Para cuando Pilar muere en la clínica, las tensiones entre los hermanos Díaz y Trujillo eran conocidas en los círculos de poder.

Se dice que ya durante cierto tiempo Awad había estado bajo gran presión y asedio de parte del régimen por diferentes razones. Su hija señala que el mismo Jean Awad manifestaba ante su familia su convencimiento de que sus dias estaban contados. Repentinamente, lo pusieron bajo el mando de León Estévez quien empezó a encomendarle misiones extrañas. En la última misión, León Estévez lo manda a recoger a un pelotero, tarea inusual para un teniente de la Fuerza Aérea, quien al oir cual era la misióéste primero pensó que se trataba de una broma. En el viaje de regreso sufren el accidente que le quita la vida. Es interesante lo que observa la escritora española Eva Álvarez en el artículo Amor adúltero:
“Este accidente fue a horas en las que aún hoy, salvo en la prensa digital, es imposible darse tanta rapidez para publicar -al menos con detalles- lo acontecido en los diarios. Sin embargo, al día siguiente bien temprano salió un artículo en prensa escrita que concretaba cada lesión de los otros accidentados. Hasta la última vértebra aparece descrita al milímetro. ¿No es una rapidez extrema para esos tiemposDel fallecido, sólo dijeron que estaba muerto¿Cuántos días llevaría ya escrito ese artículo? Sólo faltaría que, en pleno 1960, fuesen más rápidos que ahora a la hora de diagnosticar desperfectos en el propio cuerpo y extender certificados a los medios de comunicación".

Agrega Pilar Awad Baez, co-autora del libro La verdad de la sangre y participante en las investigaciones forenses realizadas para documentar el libro: 
“Para comenzar, esa reseña periodística no fue firmada por un corresponsal del pueblo o la localidad, como se acostumbraba en la época, sino que fue escrita extrañamente por la entonces Aviación Militar Dominicana, dirigida por León EstévezSe puede notar, además, que fue redactada antes de que ocurriera el tal ‘accidente’, con una ‘exactitud’ militar, detallada posibles fracturas de la 7ma y 8va costillas de los heridos y otras posibles fracturas...y del militar muerto se limitaron a mencionar que murió de golpes recibidos. Se ofrecen detalladamente los ‘traumatismos’ de todos, menos del fallecido.

Llama mucho la atención que Sención Silverio, militar que fue uno de los pasajeros y quien niega que fuese un accidente simulado, en declaraciones recientes menciona las heridas sufridas por todos los pasajeros, pero misteriosamente tampoco se ocupa de mencionar en absoluto los daños sufridos por Jean Awad. Jean era el que iba manejando por lo que las heridas del impacto del choque frontal debieron de ser calamitosas (no se usaban cinturones de seguridad ni bolsas de aire). El testigo describe:

“En el accidente, el doctor Botello, que iba en el asiento delantero derecho, sufrió fracturas de costillas y clavículas y diversos golpes en el cuerpo. Nosotros que íbamos en el asiento trasero, en el lado derecho, sufrimos fractura del hueso de la nariz y del brazo izquierdo, así como múltiples golpes en el cuerpo. Valenzuela que iba a mi lado, fue la única persona ilesa”. 

¿Por qué esta omisióselectiva precisamente en relación a la víctima más afectada y sobre la cual tantas personas tienen preguntas sin respuestas?

Otra pregunta muy interesante es ¿qué pasó con Jean Awad después del accidente? 
Un articulo reciente del Listin Diario menciona las declaraciones recientes del chofer del camión contra el cual se estrelló el carro. El articulo dice:
"Luego de más de 50 años, Montero Ramírez fue localizado por Pilar en El Cercado, San Juan de la Maguana, y su testimonio consta en el libro:

"Luego de detener el camión, vio un vehículo que se dirigía directamente hacia el camión sin hacer zigzag [sin tratar de esquivarlo], entrellándose contra éste, y que luego vio salir del carro a tres hombres, dos militares y un civil, pero que entre ellos no estaba Awad. Ninguno de ellos lo detuvo cuando él se marchó en una camioneta que se desplazaba por allí, para hacer el reporte policial.Estuvo 19 días detenido, por si se atrevía a hablar en contra de la versión del régimen. La enfermera que recibió Bella Hermida Santil, quien recibió el cadáver de Awad en el hospital de Santomé a las 8:00 de la noche, indicó que el rigor mortis estaría casi completo a la hora en que abandonaron el hospital Santomé para dirigirse al Marión de la capital. 'Si el supuesto accidente ocurrió a las 6:45 PM según la versión oficial, el cuerpo de Jean Awad no podía estar en proceso de rigidez', se sostiene en el libro y refuta la versión de accidente de ocupantes de carro".
Por su parte, el militar Sención Silverio continúa su version: “Fuimos trasladados al hospital de San Juan de la Maguana donde nos atendieron; al día siguiente llegó una comisión integrada por el coronel Alfonso León Estévez y el Ortopédico Simón Hoffiz quienes recomendaron que era conveniente que permaneciéramos unos días allí antes de trasladarnos a la capital. Nos dejaron internos  tres o cuatro días y nos trasladaron al hospital Marión, de la capital. Recuerdo que el doctor Felipe Herrera nos atendió en el hospital de San Juan de la Maguana. Cuando estaba en el hospital le pregunté qué había pasado con Jean que no lo veía y me dijo que había muerto y que estaba en la morgue del hospital".

Vale observar que Sención Valerio se contradice a si mismo y con lo que otros han declarado. En varias declaraciones hechas en otras ocasiones, Sención Valerio asegura que Jean Awad murió de inmediato, en el sitio del accidente, pero en estas declaraciones parece no saber nada en el hospital de la muerte del joven militar: “le pregunté qué había pasado con Jean que no lo veía y me dijo que había muerto y que estaba en la morgue del hospital".  No olvidemos que Sencion Valerio y los otros accidentados estuvieron mucho tiempo en el sitio del accidente esperando ayuda, más que tiempo suficiente para cerciorarse de que Awad estaba muerto, si es que en realidad iba con ellos, según la versión oficial. 

Igual de reveladoras son las declaraciones del Dr. Felipe Herrera, médico ortopeda que recibió el cadáver de Jean Awad: “Examiné el cadáver no vi ninguna herida de bala. Ni herida ni nada, ni fractura expuesta o abierta. No podía haber tenido golpes tan masivos para que un médico especializado no se acordara. Nada visible. No había ley de autopsia. El proceso de rigidez es variable pero pienso que tenía ya más de 3 horas de fallecido cuando lo vi. Eran como las 10 u 11 de la noche. No sentí ningún helicóptero allá, no sé cómo se lo llevaron, creo que fue en ambulancia”. 

Una contusión o varias tan fuertes que le causaran la muerte instantánea al conductor del carro Jean Awad, como alega Sención, tendría que dejar alguna marca en la superficie del cuerpo (cortadura, hinchazón o moretón), especialmente el conductor puesto que su cuerpo se estrellaria contra el timón y posiblemente contra el vidrio delantero. Sin embargo, varias horas después del golpe mortalel cuerpo de Awad no presentaba ninguna señal de contusión ni rasgadura. Esto indica que la víctima murió de alguna otra causa, tal como se sospechaba, probablemente por asfixia, por una inyección letal o por algún veneno. 

En contraste diametral a la condición completamente íntegra del cuerpo, la pluma que llevaba Awad en uno de los bolsillos presentaba abolladuras multiples en diferentes regiones. Resulta imposible que un objeto tan pequeño quede tan deformado como quedó por el impacto de un solo choque frontal. No olvidemos que el accidente consistió supuestamente de un solo choque mortal con un camión, el carro no se cayó por ningún despeñadero en que habria varias contuciones. Talvez, cuando machacaron la pluma, el tipo de accidente que tenian en mente era el de una caida por un precipicio y luego decidieron aprovechar el accidente con el camión, pero solo especulamos. Además, ¿cómo se explica la incongruencia entre el cuerpo íntegro de Awad y la pluma abollada en múltiples lugares por varios impactos? No olviden que Jean Awad supuestamente llevaba esa pluma consigo en la ropa por lo que las abolladuras de la misma tienen que haber sido creadas por una enorme presión entre una parte dura del carro y la parte del cuerpo de Jean Awad donde él llevaba la pluma. Sin embargo, ni el médico ni otras personas que examinaron el cuerpo de Jean encontraron ningún tipo de marca o herida en la superficie del cuerpo. Pilar Awad todavia conserva esa pluma de su padre. Un peritaje que se le hizo concluyó que esas abolladuras sólo pudieron haber sido hechas por golpes con una piedra. 

Por cierto, al señalar que “No sentí ningún helicóptero allá, no sé cómo se lo llevaron, creo que fue en ambulancia”, lo que el Dr. Felipe Herrera nos está diciendo es que él no sabe cómo apareció el cuerpo de Awad en la clínica, si lo llevaron junto a los heridos, ni tampoco sabe si provino en realidad desde el lugar del accidente. Resulta extraño que Sención Silverio y los demás accidentados tampoco se han ocupado de declarar lo que saben de cuándo, cómo ni quiénes se llevaron el cuerpo de Awad desde el sitio del accidente.  

La conclusión de todas estas incongruencias y otras ha sido que Jean Awad no murió en el accidente sino antes o después.

No hemos leído el libro, pero con base en la declaración del Dr. Herrera y las de Sención Valerio, llama muchísimo la atención que a los heridos los dejaron en la clínica recuperándose 3 o 4 días, pero varias horas después de arribar al hospital, se llevan el cadáver de Jean Awad sin que se le practicara una autopsia (aunque en RD no era legalmente obligatorio en esos años, sí era de rigor). El médico simplemente examinó la superficie del cuerpo y no encontró nada. 

Más curioso aún es que el que se apareció para llevarse el cuerpo fue nada menos que el coronel Alfonso León Estévez, asesino y torturador del régimen y hermano de Luis León Estévez, el principal sospechosoPura coincidencia. Tampoco hay documentación que indique que al cuerpo de Awad se le hiciera una autopsia en algún otro centro médico para determinar cual fue la misteriosa causa de su muerte. 

Indicios señalan que el teniente fue muerto en Guanito dado que la tierra roja de esta zona cubría su ropa y no en el lugar del accidente. No debe sorprendernos que esta vez (rompiendo con la tradición) el accidente no fuera por caída por un precipicio dado que esa carretera de San Juan de la Maguana (la única en esa dirección en esa época) pasa sólo por zonas planas, sin precipicios. También es muy posible que el accidente haya sido real y que sencillamente lo aprovecharon y lo usaron para decir que Jean Awad iba en el carro y así encubrir facilmente el asesinato.

Resulta extraño también que el pelotero que fueron a buscar, el único civil (no asociado a la estructura militar), quien por lo tanto seria un testigo imparcial, no fue interpelado para que rindiera declaraciones. Convenientemente, sólo se contaba con las declaraciones de dos testigos militares de la base aérea de San Isidro, el principal centro de poder militar de la familia Trujillo. Esto también es algo muy extraño, como señalan los periodistas, puesto que normalmente no se le encomendaba este tipo de mandado de poca importancia a militares de la principal base aérea militar del país.

Por otro lado, en su programa “Revista 110”, el prestigioso comentarista Julio Hazim reveló en 2010 tener la confidencia de un oficial del SIM de que él  había dirigido el asesinato del teniente Awad Canaán. por orden del coronel Luis José León Estévez. A pesar de la confiable reputación del señor Hazim, quien en su larga carrera nunca se ha dado a conocer como comentarista que difunde falsedades e infundios, no podemos considerar esta confesión como evidencia hasta que no se sepa quién fue ese oficial, el que estamos seguros que no confesará su participación en público yexponerse a ser procesado por asesinato. El periodista Juan José Ayuso asegura que, hasta la fecha (2013), dicho ex oficial todavia vive en Bonao. 

En cuanto al caso de su joven esposa, Pilar Baez, hija y sobrina de los futuros mártires del 30 de mayo, podemos decir que en este caso hasta ahora no hay pruebas materiales para pretender catalogarlo definitivamente como un asesinato. Los que sostienen que fue una muerte inducida por una inyección anticoagulante administrada por una enfermera conocida como Fifi (se dice que relacionada a un calie del SIM), se basan casi totalmente en "motivos pasionales" y en los antecedentes criminales de la familia Trujillo para la cual eliminar a personas inconvenientes o que fueran un estorbo para sus planes o caprichos era ya una costumbre muy arraigada. Pero esos antecedentes no son suficientes para imputarles la muerte de Pilar Baez, aunque no dejan de haber importantes detalles que llaman la atención. Veamos:

Tal como lo han señalado algunos investigadores del caso Pilar Baez, precisamente cuando tratan de convencer de que no hubo mano criminal en la muerte de esta joven esposa durante el parto, es cuando Angelita Trujillo y su hijo Ramfis Dominguez se contradicen garrafalmente, justo en el punto más álgido de la polémica. 

En el capítulo dedicado al caso de Pilar Baez en su libro Trujillo, mi padre en mis memorias (libro que Angelita Trujillo dice que duró años en escribir porque quería ponderar todo lo que escribía con mucho cuidado ya que deseaba que fuese un documento fehaciente de gran valor histórico), la hija del dictador nos cuenta:

Algunos meses después me llamó Marinita Boyrie, para darme la noticia de que Pilar había venido de la frontera para dar a luz, y que no había sobrevivido al parto, pero que la niña se había salvado. Esta noticia nos consternó a todos, de tal manera, que la recuerdo como una de las pocas veces en que vi a mi padre con lágrimas en los ojos, su padre y el mío habían sido como hermanos. A mí, particularmente, me impresionó muchísimo, pues yo le guardaba mucho cariño y porque yo llevaba en mi vientre una criaturita en gestación que al nacer nombré María de los Ángeles.

Mis padres, mi ex esposo y muchos miembros de nuestra familia asistieron al funeral, el 7 de febrero de 1960. Pero pidieron que en vista del avanzado estado de mi embarazo, no debiera exponerme a esas emociones tan fuertes. De manera que permanecí en casa. Cuando regresaron, mi papá le dijo a mi mamá que esperaba que yo no tuviera más hijos porque: “Cuando ella entra a una sala de parto yo me muero”.

Sin embargo, su hijo Ramfis Dominguez Trujillo, al defender la inocencia de su madre Angelita en este caso de Pilar Baez, salió con una versión totalmente contradictoria. Después de comentar sobre la relación entre Pilar Baez y Angelita, en la extensa entrevista con el Ing. Raifi Genao, Ramfis Dominguez asevera en forma clara y enfática:

“La muerte de Pilar consternó a mi madre enormemente, e incluso, mi mama hiso todo lo posible por conseguir unas pastillas coagulantes mediante el envío urgente de un avión expreso a Puerto Rico (ya que Pilar murió de una hemorragia incontrolada, cuadro que se presentó durante el parto), todo en interés de que pudieran salvarle la vida. Las pastillas llegaron desde Puerto Rico, pero desafortunadamente ya era muy tarde. También debemos tomar en cuenta que el hospital donde murió pertenecía a un familiar de los Báez, por lo que es imposible alegar la complicidad de esa clínica ni de su equipo en cuestión”.

Según esta versión, Angelita ya sabía de la situación crítica que estaba atravesando Pilar Baez antes de morir y hasta hizo esfuerzos por salvarle la vida mientras que en la versión de Angelita en su libro ella supo del deceso después de que Pilar había fallecido, ni siquiera sabía que Pilar había ido a la capital a dar a luz. 

Cuando menos, uno de los dos está mintiendo descaradamente. Que juzgue el lector. 

Hay, además, una segunda contradicción muy reveladora en las declaraciones que hace Angelita en su libro. En una entrevista en el programa Metrópolis, la hija de esta pareja, Pilar Awad Baez, señala esta importante inconsistencia:

“Ella dijo que no fue al entierro de mi mamá porque estaba embarazada, en 'avanzado estado' de gestación de su hija María de lo Ángeles. Sin embargo, nosotros investigamos que María de los Ángeles nació en el 1961, no en el 1960 cuando yo nací. Entonces no pudo haber sido un embarazo tan largo ni pudo haber estado embarazada del otro porque el otro hijo de ella nació en septiembre del 59. Y así hay una cantidad de pruebas, de vicios…”

Recuerden que Pilar Baez murió en febrero de 1960 y como la hija de Angelita nació en 1961, es imposible que ella estuviera en estado avanzado de gestación durante el segundo mes de 1960. Entonces, por que evito Angelita asistir al funeral de su 'amiga'?

Talvez por todas esas inconsistencias inexplicables es que los Trujillos no han vuelto a mencionar los casos Awad Canaan y Pilar Baez.

(Pueden ir a YouTube y ver esta interesante entrevista. La cita se encuentra en el minuto 18, segundo 47: https://www.youtube.com/watch?v=oQDTt3nrDoE) 

Consideramos que la relacion familiar entre el dueno de la clinica y la familia Baez no era tan estrecha como para impedir una injerencia criminal solapada de una misteriosa enfermera. El Dr. Abreu apenas era cunado del esposo de una tia de Pilar Baez. Si alguien en la clinica fue presionado para que colaborara, lo común era que el temor a las fatales represalias (especialmente en un caso tan cercano a la Primera Familia) a menudo superaba la ética profesional o la lealtad al superior. 

Tambien es curioso que a las dos semanas de la muerte de Pilar Baez y despues de ser castigado por dos anos en un lugar inhospito en la frontera, de repente Jean Awad es retornado a la capital, recibe un ascenso por parte del mismo Presidente Hector Trujillo y es asignado oficialmente al cuerpo militar del Palacio Nacional lo que lo colocaba en una posicion de facil acceso a Angelita.  

Los lectores pueden buscar el capitulo que discute el caso Pilar Baez en el libro de Angelita Trujillo, mi padre en mis memorias y pueden leer la entrevista de su hijo Ramfis con Raifi Genao en:

http://lavendatransparente.wordpress.com/2010/10/20/la-entrevista-de-raifi-genao-a-luis-ramfis-dominguez-trujillo 

Sobre este caso, el periodista Juan José Ayuso plantea las siguientes preguntas que hasta hoy no han sido contestadas: 

A pesar del testimonio de esos médicos, ¿Estuvieron ellos con la paciente todo el tiempo de internamiento que tuvo hasta su muerte? ¿Acaso vigilaron las entradas y salidas de personas allegadas y no allegadas, y de enfermeras, al cuarto de la parturienta? 

¿Cuál de esos médicos o enfermeras o personal administrativo de la Clínica Abreu podía detener a cualquier oficial del SIM que tuviera que entrar al “privado” de la señora Báez de Awad a cumplir una de las órdenes siniestras que en ese entonces se impartía?

Las preguntas del señor Ayuso no son antojadizas. Si fue un asesinato, no fue ésta la primera vez que eliminaron a alguien por inyeccióletal. Por ejemplo, el envenenamiento de Rafael Estrella Ureña en septiembre, 1945 con una taza de café envenenado por militares, bajo órdenes de Trujillo, en quienes Estrella Ureña confiaba. Como sobrevivió y fue a parar al hospital Padre Billini, allí un doctor le puso fin a su vida con una inyección letal presuntamente para “aliviarlo de su agonía”.Esto lo ha confirmado en uno de sus libros el teniente Generoso Gomez, edecán de confianza de la familia Trujillo desde 1936 hasta 1961 y trujillista hasta la tumba. 

También tenemos el caso de Francisco L. Madera (Don Panchito) de Moca, un desafecto al régimen que no escondia su repudio a Trujillo y quien además se resistía al interés que tenía Trujillo en su hija Isis. En noviembre de 1955 sufrió un atentado en su finca, los sicarios lo dejaron por muerto, pero para sorpresa suya, logró sobrevivir. Días después, agentes del SIM lo llevaron contra su voluntad a un hospital de Santiago donde le pusieron una inyección letal ocasionándole la muerte. Su hija logró salir del pais poco después (Para más detalles ver Trujillo y las maeñas en la secciónATROPELLOS)

Como ya lo mencionamos en el caso de la Masacre del Número, al esposo policia de la mujer que iba en el camión de Prim, le pusieron una inyección letal en el hospital y lo asesinaron para evitar que se pusiera a investigar. Además, en el mismo caso, a pocas horas de haber ingresado al hospital golpeado y con quemaduras, agentes del gobierno asesinaron en el hospital esa noche al chofer Juan Rosario (no sabemos con qué) por ser el único testigo sobreviviente de la masacre. 

Hay otros casos de muerte o atentados por inyección letal que estamos investigando para obtener más detalles, como es el caso de Eugenio Cabral, quien después de tratar de asilarse en la embajada de Brasil en julio de 1960 donde fue herido de bala, por exigencia de la embajada lo llevaron a un hospital. Ahi le pusieron una inyección letal de trementina (a pesar de que estaba bajo protección diplomática). Aparentemente sobrevivió y la embajada logró sacarlo del pais.

(Les pedimos disculpas a los lectores por la falta de acentos y tildes en muchas palabras en los siguientes textos. Ya Blogger no acepta correccion de acentos por estar esta pagina repleta. Sin embargo, ueden encontrar el siguiente texto con sus acentos en el Archivo del Blog correspondiente a agosto de 2015.

Las hermanas Mirabal y su chofer, Rufino de la Cruz 

Quien no sabe disimular no sabe reinar. –Nicolás Maquiavelo

(Según varios historiadores, ésta fue una de las máximas favoritas de Rafael Trujillo Molina.)

Dejamos de último el caso de las hermanas Mirabal y su chofer Rufino de la Cruz debido a que es el caso que desarrollamos más extensamente por ser un tema que todavía se discute ampliamente en los medios de comunicación.

Las investigaciones posteriores comprobaron claramente que las tres hermanas y su chofer habían sido asesinados y luego lanzados por el precipicio. Después del  ajusticiamiento de Trujillo, en 1962 se llevó a cabo un juicio en que los ejecutores confesaron haber realizado este horrendo crimen coordinado por el SIM. Declararon varias veces que la orden vino de Trujillo a traves de Pupo Roman. Por cierto, durante la Revolución de 1965, los asesinos de las Mirabal milagrosamente "se fugaron" de la cárcel. 

El motivo

Angelita Trujillo primero alegó en su libro que, por su propia iniciativa, Pupo Román dio la orden de matar a las Mirabal “talvez” para congraciarse con Trujillo como agradecimiento por un dinero que éste le había dado para que cubriera una hipoteca. Esto supone que Pupo Román estaba seguro de antemano de que Trujillo recibiría con beneplácito esta masacre de las hermanas, porque con alguien como Trujillo, nadie que lo conociera de cerca se iba a arriesgar a cometer una masacre de esta magnitud, un múltiple feminicidio de personalidades tan conocidas, por iniciativa propia, sin estar plenamente seguro de que no se estaba metiendo en un serio y peligrosísimo embrollo con el Jefe. Esto podría resultar en una destitución sumaria y un peligroso aislamiento social, en el mejor de los casos, en un “accidente” o bien, con suerte, en un juicio penal en que, sin duda, sería condenado para asegurar la inocencia de Trujillo ante la opinión pública. 

Luego, pasaron a culpar a Segundo Imbert (quien guardaba prisión por órdenes de Trujillo) de haber ayudado a planear la masacre y de haber salido de la cárcel para supervisar el crimen. En esto, secundan la misma acusación en contra de Segundo Imbert que lanzó Johnny Abbes en su libro, hombre pródigo en esparcir calumnias quien, al igual que Trujillo, sentía un perverso placer en difamar a sus victimas. Ahora bien, ninguno de los presos ni los carceleros ha comentado jamás que Segundo Imbert hubiera salido en libertad en esas semanas ni en ninguna otra. Todo lo contrario: Los sobrevivientes (Che Espaillat, el doctor Fernandez Caminero), quienes compartieron la misma celda con Segundo Imbert, han declarado que a Imbert nunca lo sacaron de prisión y lo volvieron a meter. 

Esta última versión la abandonaron los mismos trujillistas rapidamente cuando las declaraciones de la catorcista Mirian Morales cayeron como un oportuno regalo desde las alturas, a las cuales se han aferrado firmemente desde entonces.

Las declaraciones de Miriam Morales, compañera de lucha de las hermanas Mirabal, (ver artículo La última que vio a las Mirabal por Wendy Santana) en el sentido de que ella vio cuando las hermanas Mirabal y Rufino de la Cruz pasaron en el Jeep ese luctuoso día, deben ser analizadas con gran interés e imparcialidad. En la entrevista que le hizo la periodista del Listín Diario, la señora Miriam Morales declara que al parar el Jeep de las Mirabal para conversar con ella, más atrás se paró un carrito azul en que iba un general, quien aún está vivo y que es un alto oficial retirado. Luego, mas adelante en la entrevista sencillamente comenta que los ajusticiadores de Trujillo estuvieron involucrados en la masacre de las Mirabal, sin presentar ningún fundamento, sin ocuparse de demostrar cuales son los nexos o las pruebas. Esta es la versión a la que los trujillistas se han aferrado desde entonces pasando a repetir en toda oportunidad que Antonio Imbert Barrera, Luis Amiama Tio y Pupo Roman fueron los autores intelectuales de la masacre. Especificamente, han identificado a Antonio Imbert Barrera como el oficial militar de que habla Miriam Morales, el que supuestamente iba en el carrito azul y que era el "hombre del sombrero" que estaba supervisando la masacre. Es interesante, sin embargo, el detalle de que Antonio Imbert Barrera fue funcionario del régimen, pero nunca fue un alto oficial militar durante la dictadura, mucho menos general y ni siquiera funcionario del gobierno desde hacia muchos años antes de noviembre 1960. Recuerden que Miriam Morales dice que en el carrito azul iba un general (ver articulo de Wendy Santana). 

En cuanto a la supuesta relación de Luis Amiama Tio con el caso Mirabal, el libro de Angelita alega que él le dio instrucciones a Pupo Román de que matara a las hermanas Mirabal. Señala que él era el contacto entre Dearborn (cónsul y jefe de la CIA en RD) y los conjurados. En su versión, el nieto alega que fue a Antonio Imbert Barrera a quien Amiama Tio le dio dichas instrucciones, no a Pupo Roman. En lo que respecta a Amiama Tio, esto lo veremos más abajo donde discutimos la presunta condición de la CIA. 

Sentimos gran solidaridad con Miriam Morales puesto que aparentemente ella no ha solicitado ayuda material por las prohibiciones y vejámenes que padeció ya que vemos que vive humildemente, pero con un rico espíritu de libertad que expresa en los cuadros que la rodeanNo creemos que estamos en capacidad de cuestionar la integridad de la señora Morales sin discutir con ella más a fondo, pero sí debemos cuestionar los cabos sueltos tanto en su versión como en la del libro de Angelita. Hay detalles muy importantes que los neotrujillistas no mencionan sobre el "hombre del sombrero" a pesar de que le dan gran importancia a esta figura y lo repiten en toda oportunidad.

El carro y el sombrero

Por ejemplo, en el artículo Operación cumbre: El asesinato de las hermanas Mirabal publicado en 2006 (cuatro años antes que la versión de los Trujillos), anotan: "Éste [refiriéndose a Alicinio Peña Rivera] llevaba puesto un sombrero Stetson blanco de ala ancha que siempre usaba cuando andaba de civil." Los sombreros Stetson son sombreros de vaquero. Dado que Peña Rivera era el encargado de coordinar y supervisar la operación, no debería de sorprender a nadie que fuera él el hombre del sombrero que iba detrás de las Mirabal, como veremos. 

En cuanto al carrito azul que Miriam Morales dice que venía siguiendo a las Mirabal, en la pág. 230 del libro escrito por el Lic. José Rafael Vargas El final de una tiranía, publicado en 1985 (25 años antes que el libro de Angelita), leemos: 

"Todos acechaban a las Mirabal a tres kilómetros de la fortaleza San Felipe. Cuando el vehículo que las conducía se acercaba lo mandaron a detener. A Minerva y María Teresa las introdujeron en el interior de un carro azul y blanco, y Patria que trató de escapar..."

(El pdf de este libro lo pueden descargar gratis en INABIMA)

Este carro bien podría ser el mismo carrito azul (versión Miriam Morales) que seguía a las Mirabal. Por el contrario, Angelita en su libro dice que el hombre que seguía a las Mirabal iba en un carro rojo. Varios relatos mencionan el carro de Peña Rivera. Por ejemplo, el historiador Felix Gutierrez (considerado un trujillista por muchos) afirma que Alicinio Peña Rivera estaba en un Mercedes Benzrojo en el lugar de la masacre. 

Pero el que más claramente identifica el carro y el sombrero es el propio Victor A. Peña Rivera en su libro Trujillo, la herencia del caudillo (1978) cuando se refiere a las declaraciones del testigo Pascual de Jesús Espinal, empleado de Obras Públicas referente a lo que vio el 25 de noviembre (pág. 113-114). Citamos: "Momentos antes, había declarado que mientras reparaba un derrumbe ocurrido en un tramo de la carretera, vio pasar, como a las once de la mañana, un jeep en cuyo interior iban tres mujeres y el chofer, y que, posteriormente, vio pasar un carro rojo, marca Mercedes Benz, conducido por el capitán Peña Rivera, quien vestía de paisano y llevaba un sombrero grande como el que usan habitualmente los vaqueros. Manifestó que conocía bien al capitán, a quien le temía, al igual que todo el pueblo". Es muy importante notar que esto fue publicado en 1978, cuando no se preveían, ni remotamente, los alegatos sin fundamentos que hoy esgrimen los Trujillos de que el hombre del sombrero era Antonio Imbert Barreras.  

En la pág. 112 también se refiere a otro testigo, José Rafael Perez, que trabajaba en un camión de la Caja de Seguros Sociales y quien declaró que: "En la carretera vio un carro azul y blanco de cuyo interior salieron varios sujetos que interceptaron un jeep y apresaron a sus ocupantes, que eran mujeres, excepto el chofer. Aseguro que más adelante, y a varios kilómetros de distancia, estaba estacionado un automóvil Mercedes Benz de color rojo y que dentro del mismo, había una mujer en el asiento del frente, y un hombre alto, con sombrero de ganadero, estaba tomando café en un kiosko cercano." Tampoco pasemos por alto que Antonio Imbert Barreras no es un hombre de estatura alta. Pero lo más significativo es que el propio Peña Rivera no niega en sus dos libros queél fuera el hombre que llevaba el sombrero de ganadero.  

Es importante tener en mente que en lo tocante al hombre que iba dentro de ese carro, ninguno de los coordinadores, ni los ejecutores de la masacre, ni en el juicio, ni en los libros de Pena Rivera, ni en el libro de J. R. Vargas, ni en otras publicaciones antes ni después del libro de Angelita jamás han mencionado, hasta ahora, a Antonio Imbert Barreras ni a su hermano Segundo como participantes en el montaje o la ejecución de este espeluznante feminicidio múltiple, excepto Angelita y su hijo sustentados en la solitaria versión de Miriam Morales, versión que contiene fallas, tal como el hecho de que Antonio Imbert Barreras nunca habia sido un alto oficial militar antes de 1962. 

Sobre las iniciales 'AI' que supuestamente llevaba el sombrero, ellos mencionan como fuente de este dato a los propios asesinos durante el juicio en 1962. Sin embargo, en ninguno de los escritos de los últimos 52 años sobre el juicio del caso Mirabal hemos encontrado hasta ahora que hayan mencionado que en el juicio se hablara de las iniciales "AI" en el sombrero ni que los documentos del juicio hagan referencia a dichas iniciales. Ni siquiera Victor A. Peña Rivera, el más interesado en disasociarse del 'hombre del sombrero', en sus dos libros (Historia oculta de un dictador-1996 y La herencia del caudillo-1978) no menciona en absoluto ningunas iniciales en el sombrero. Como en los ultimos 5 anos los trujillistas no ha presentado los documentos del juicio que respalden tal aseveración, no se le puede dar ningún crédito en estos momentos. También han mencionado a Miriam Morales como fuente, pero en la única publicación que hemos encontrado sobre las declaraciones de Miriam Morales, ella no dice absolutamente nada sobre un sombrero con iniciales "AI" (ver artículo La última que vio a las Mirabal). Hasta ahora, en nuestras investigaciones, lasúnicas personas que hemos encontrado que se refieren a un sombrero con iniciales "AI" han sido los Trujillos. En esto también madre e hijo se contradicen puesto que Angelita declara en su libro que Segundo Imbert era el hombre  que seguia a las Mirabal mientras que su hijo dice que era Antonio Imbert. Parece que a ella no le avisaron que el nombre de Segundo no corresponde a las iniciales 'AI'. 

Trujillo el inocente

Ahora bien, para seguirles el argumento (a pesar de todo lo anterior), aún en el supuesto de que las declaraciones de Miriam Morales fueran ciertas (no cuestionamos la parte de que ella habló con las Mirabal en la calle), eso no significa necesariamente, como hemos visto, que ellos (Pupo Roman o Antonio Imbert) actuaron por su propia cuenta, sin la iniciativa, aprobación o el conocimiento de Trujillo, según lo presentan los que plantean la inocencia de Trujillo. Si acaso Antonio Imbert Barreras hubiera estado involucrado, no habría sido desde una posición de mando, dado que no poseia ninguna autoridad militar ni politica, como hemos visto. En cuanto a Pupo Román, no olvidemos que, según el libro de Angelitaél le había sugerido varias veces a Trujillo que había que matar a las Mirabal a lo que Trujillo, supuestamente, se oponía tajantemente y que, cuando de hecho se cometió el crimen, el Jefe, supuestamente, quedó furibundo. Como Trujillo, según esta versión, no le dio a Pupo Roman ninguna señal ni indicio de que deseaba que las eliminaran, todo lo contrario, se oponía firmemente (supuestamente), entonces no tiene ningún sentido que Román tomara la iniciativa de eliminar a las Mirabal por su cuenta para congraciarse con Trujillo como sostiene Angelita en su libro ya que Trujillo se lo habia prohibido repetidas veces (según el mismísimo libro de Angelita). Es decir, la propia Angelita invalida su propio argumento. Ademas, aun si Trujillo no se lo hubiera prohibido, nadie que conociera a Trujillo de cerca, especialmente Pupo Roman (a quien Trujillo reganaba y humillaba por asuntos de mucha menor importancia), se hubiera atrevido a dar una orden de tal envergadura (asesinar a personalidades politicas tan conocidas, especialmente a tres mujeres de cierto status social) por su propia cuenta, sin la aprobacion de Trujillo, y exponerse a las nefastas consecuencias de un Trujillo furibundo. 

Además, como veremos más abajo, entre agosto y noviembre de 1960 Pupo Romátodavía estaba lejos de ser contactado por los conjurados del 30 de mayo para que se incorporara al complot. Por no tener Román ningún motivo propio (ni por conjura ni por halago) para matar a las hermanas, entonces la orden de matarlas solo pudo haberse originado en sus superiores, Trujillo y/o el SIM,dictada a través de él, Pupo Román, quien despiadadamente transmitió la orden al Jefe interino del SIM, capitan Candito Torres PeñaContrario a lo que nos quieren hacer creer los neotrujillistas en su afán por librar a Trujillo por completo de toda culpa en este horrendo crimen, solo porque Pupo Román estuvo involucrado en la masacre y supuestamente Imbert Barreras tambien, esto comoquiera no lava automaticamente las manos de Trujillo en la planeación de este horripilante crimen como veremos a continuación.  

Un testimonio ignorado

Pero además, en su diligente afán por "esclarecer" el crimen de las Mirabal (según los Trujillos ellos han estado investigando el caso a fondo), resulta extraño que en estos 5 años los Trujillos hayan ignorado por completo las importantes declaraciones de otro testigo sobre el montaje de este multiple asesinato. Se trata de lo declarado por escrito y publicado en marzo de 2010 por el comandante Evelio Hernández, quien fue testigo de excepción de la orden desde el comando en San Cristóbal. Evelio Hernández era miembro de la XII Compañía del Ejército Nacional ubicada en San Cristóbal, donde Trujillo pasaba gran parte de su tiempo y, por ende, segundo centro de decisiones político-militares. Dicha compañía tenía un sistema de radio que recibía órdenes confidenciales provenientes del propio Trujillo y su círculo mácercano. En la carta que le escribió al periódico El Diario Libre en marzo del 2010, Hernández declara que el 25 de noviembre de 1960 él se encontraba en la unidad de radio acompañado por el sargento mayor Darío Piña. A mediodía llamaban insistentemente al capitán Alicinio Peña Rivera ubicado en Santiago y le preguntaron: “Cuántos cocos tiene hoy la mata de cocos de Puerto Plata, y éste contestó: cuatro. Y la orden que siguió a la respuesta fue un tajante: túmbenlos los cuatro”.

Al oír al día siguiente la noticia del accidente de las hermanas Mirabal, escribe Evelio Hernández, “inmediatamente concatené lo escuchado en la radio con la muerte de las tres heroínas y el chofer (pues era coherente que éstos fueran los cuatro cocos)". 

Algo importante es que esto concuerda con lo manifestado por otros testigos e investigadores en el sentido de que Trujillo le había dado la orden a Alicinio Peña Rivera de que si iban más de 4 o 5 personas, que no ejecutaran la matanza. Suponemos que el límite se debió a que resultaría  sospechoso que de tantas personas no quedara un solo sobreviviente. Observen que la pregunta clave que hacen es "¿Cuántos cocos...?" y que al haber solo cuatro, dictan la orden tajante de proseguir. 

A pesar de que hemos parafraseado parte de lo declarado por el comandante Evelio Hernández, decidimos copiar más abajo el artículo completo para que no queden dudas y porque en el artículo hay declaraciones de otros testigos que son de interes. Este documento contradice la peregrina idea de que Pupo Román tomo la iniciativa de matarlas contraviniendo la repetida y expresa prohibicion de Trujillo (en la version de Angelita), presuntamente en coordinacion con Amiama Tio e Imbert Barreras.  

[Les pedimos disculpas a los lectores por la falta de acentos y tildes en estos parrafos. Blogger ya no acepta correccion de acentos por estar esta pagina repleta. Si desean reproducir partes de estos textos, les sugerimos que les pongan los acentos y las tildes.]

No estaban complotados

En sus declaraciones en el juicio de las Mirabal (1962) Manolo Tavarez Justo declaro (ver libro de Victor A. Pena Rivera, La herencia del Caudillo, pag. 110) que el y Leandro Guzman fueron trasladados en agosto a la carcel de Salcedo y luego a principios de noviembre a la de Puerto Plata, lo que desperto sospechas en el de que algo se tramaba. En su articulo Cuando las mariposas no volaron (25/11/2011), Tony Pina senala que los dos maridos fueron trasladados de Salcedo a Puerto Plata, mucho antes, dos semanas despues de llegar a Salcedo.  La madre de las Mirabal, parientes y amigos tambien sospecharon con ese traslado que habia una trama para un "accidente" en la montanosa carretera hacia Puerto Plata puesto que, ademas, los del SIM les dijeron a las hermanas que podian visitar a sus maridos cuando ellas quisieran, cortesia completamente inusual para los presos politicos (ver, entre otros, Biografia de Minerva Argentina Mirabal en gentequehacehistoria.blogspot.com).Hasta el mismo chofer que casi siempre las llevaba no quiso llevarlas esa vez y otros rechazaron la oferta.

Ahora bien, entre agosto y noviembre de 1960, todavía ninguno de los conjurados había hablado con Pupo Román sobre el complot para matar a Trujillo. Luis Amiama Tio, el encargado de reclutar a Pupo Román por ser su compadre, no habló por primera vez sobre el complot con el general sino hasta enero de1961 (ver, entre otros, artículo Pupo Román, ni héroe ni traidor -2007- en el Listin Diario y articulo de Chichi de Jesus Reyes Lo dijo en interrogatorio -2013- sobre las declaraciones de Pupo Roman a Ramfis Trujillo en junio, 1961) en las que dice que la primera vez que se le acercaron con la propuesta de derrocar a Trujillo fue en enero de 1961. En esa ocasión, Pupo Román se rehusó a participar en el tiranicidio pero expresó que estaría dispuesto a asumir el poder. Todavía el 16 de mayo de 1961, cuando Luis Amiama Tio le pidió en una fiesta de familia que por fin se definiera, Pupo Román le contestó que eso de dar un golpe de estado era un disparate porque no contaba con la estructura de poder que necesitaba para materializar el golpe. Finalmentte, cuando Amiama Tio le expresó que con él o sin él seguirían con sus planes, Román le dijo que estaría dispuesto a asumir el mando sólo si no mataban a Trujillo sino si sólo lo hacían prisionero. Bernardo Vega reconstruyó estos hechos para su libro Los dias finales publicado en 1999 (once años antes que las declaraciones de Miriam Morales y los Trujillos) con base en sus detalladas investigaciones y en las declaraciones de un hijo de Pupo Román y las de Fernando Amiama Tio, hermano de Luis. Por tanto, Pupo Román no tenía entre agosto y noviembre de 1960 motivaciones conspiratorias para matar a las Mirabal. Lo que hizo fue cumplir cobardemente y despiadadamenteórdenes superiores. 

Por su parte, para 1960 Antonio Imbert Barreras no había tenido ningún cargo en el gobierno, ni civil ni militar, desde hacía muchos años por lo que no tenía ninguna autoridad de mando, ni militar ni politico, para dictar una orden de esa magnitud (el asesinato de tres mujeres destacadas y admiradas) a un jefe del SIM (Candito Torres y Alicinio Peña Rivera) o a cualquier otro. De hecho, se sabía que desde que fue destituido anos atras de su cargo como gobernador y con un hermano en prisión por orden de Trujillo, su relación con Trujillo no era ni estrecha ni amistosa por lo que ningún alto jefe militar o del SIM acataría una orden suya de tal magnitud sin cuestionarla y verificarla. Repetimos, ademas, que Antonio Imbert Barreras nunca fue un alto oficial militar sino hasta despues de la caida de la dictadura.

Además, el grupo de Moca (los de la Maza) fue el primero en organizarse, luego se conectaron con los Díaz y luego con Pedro Livio y Cedeño y Estrella Sadhala a principios de 1961, siendo Antonio Imbert Barreras uno de los dos últimos (creemos que el penúltimo) en ser reclutado. Si bien Antonio Imbert Barreras estaba distanciado de Trujillo desde buen tiempo atrás (nadie ha negado eso),según publicaciones anteriores a 2010, él habló con Salvador Estrella Sadhalá sobre la necesidad de decapitar la dictadura por primera vez en enero de 1961 (deseo hecho más urgente, precisamente, por la masacre de las Mirabal, según Imbert Barrera) y con Livio Cedeño, pero no fue reclutado a la conjura del ahora grupo Díaz-de la Maza sino hasta marzo de 1961 (cinco meses después de la masacre de las Mirabal). Ver Los ultimos dias de Trujillo (2014), un extenso reportaje del veterano periodista Miguel Guerrero. Ademas, en la carta que él escribio en junio de 1961 desde su escondite (con el fin de dejar su testimonio ya que la muerte casi segura lo rodeaba) Imbert Barrera dijo que su grupo (Estrella Sadhala, Garcia Guerrero y él) hicieron contacto con los de la Maza en marzo de 1961 (Ver la carta reproducida en el articulo Imbert Barrera narra como tramaron...." de Miguel Guerrero.

Lo anterior lo confirma el historiador Frank Moya Pons en su libro Historia de la República Dominicana, Vol. II, publicado en enero de 2010 (un mes antes que el libro de Angelita), pero cuya investigación y redacción fueron mucho antes. En las págs. 501 y 502 declara, entre otros datos importantes, que los dos últimos grupos, el de la Maza (ya unido al de los Díaz) y el pequeño grupo compuesto por Estrella Sadalhá, Imbert Barreras y Amado García Guerrero, no se habían enterado mutuamente de su existencia sino hasta marzo de 1961. Como habíamos señalado, ese contacto inicial fue con Estrella Sadhalá quien despues les sugirió incorporar a Imbert Barreras, contrario a la versión que Sadhala dio en el interrogatorio del SIM para salvar su vida (ver mas abajo). Esto significa que Luis Amiama Tio (del grupo de los Díaz) no pudo haberle dado a Imbert Barreras (del ultimo grupo en conformarse) ningunas instrucciones entre agosto y noviembre de 1960 cuando no había ningunos lazos conspirativos entre los dos hombres y, ademas, en todo lo que hemos leído hasta ahora, no hay indicios de que estos dos hombres ni siquiera se hubieran tratado personalmente antes de la conjura de 1961. (Debido a que aquí ya no cabe más texto, ver copia del libro de Moya Pons en PRESENTE, abajo, dado que contiene otros detalles de interés.)

Por otro lado, consideramos que las declaraciones de Salvador Estrella Sadhala hechas en el SIM (despues de ser detenido e interrogado) estan viciadas dado que es obvio que él estaba tratando de minimizar su participación en la organización del complot con el fin de evitar muerte y tortura. Contradiciendo a todos los investigadores y participantes, él declara que despues de varias conversaciones con de la Maza en que este ultimo le hablaba a él sobre la necesidad de acabar con Trujillo, él fue finalmente reclutado por Antonio de la Maza, pero sólo despues de que Amado García Guerrero, Imbert Barreras y Pupo Roman ya era parte de la conjura, sin decir cuando estos fueron incorporados. Con esto él estaba tratando de evitar las torturas y salvar su vida, lo que es natural, presentando su rol en la conjura como un actor marginal que se incorporó superficialmente al final, ya cuando la conjura estaba plenamente organizada por los otros, no él. Les recordamos que esta versión no concuerda con todas las demás investigaciones y declaraciones, las cuales indican que Estrella Sadhala conjuraba (o hablaba de "hacer algo") primero con García Guerrero e Imbert Barreras, que fue él  quien luego sugirió que estos dos ultimos fueran incorporados a la conjura y que Pupo Román fue el ultimo en quedar "integrado", si acaso alguna vez lo estuvo realmente. Pero lo mas importante es que Estrella Sadhala le dice al SIM que la primera vez que Antonio de la Maza le insinuó la necesidad de hacer algo para acabar con el regimen fue a finales de marzo de 1961 en un encuentro casual en medio de un proyecto de construcción en el que él estaba trabajando. Tambien es importante que en sus declaraciones no dijo nada en absoluto, ni por asomo, de que ya en 1960 existiera conjura alguna.


Por su parte, durante el interrogatorio del SIM, Pedrio Livio Cedeño, quien les contestaba a los interrogadores con firmeza y coraje (como alguien que sabía que iba a morir de todas formas), declaró que Antonio de la Maza le habló de un plan de tumbar la dictadura en febrero de 1961 y dice que fue 2-3 meses antes de principios de junio, 1961 ( o sea, en marzo o abril) que estuvo en la presencia de Antonio de la Maza en casa de Juan Tomas Díaz donde se hablaba propiamente sobre un atentado en contra de la vida de Trujillo. Lamentablemente para nuestro esfuerzo, en sus declaraciones (por lo menos en las que se conocen publicamente) Pedro Livio Cedeño no menciona cuando fue que Imbert Barreras, Amiama Tio y Pupo Roman se incorporaron al complot. La mayor parte de sus declaraciones tienen que ver ya con la preparación material del asalto en la avenida. Lo importante es que él, como los demás, no dice absolutamente nada de ningun complot contra Trujillo en 1960, en absoluto. Ver dos artículos en el Listín DiarioLas declaraciones de Pedro Livio Cedeno y Arrestar a Trujillo era el plan inicial

Los Trujillos tambien alegan, sin pruebas, que a principios de junio de 1961 Pupo Roman le confeso a Ramfis Trujillo que el asesinato de las Mirabal fue una trama de los conjurados aconsejada por Amiama Tio. Nuestra pregunta es: Creen los lectores que tiene sentido alguno que Ramfis Trujillo no difundiera esta revelacion a diestra y a siniestra por todos los medios con el fin de redimir a su padre de ese horripilante feminicidio? Ramfis tuvo casi 6 meses en el pais y 7 anos en el exterior para dar a conocer esta importante revelacion que no solo hubiera lavado el nombre de su padre sino que hubiera satanizado a los conjurados que el todavia odiaba con inquina aun despues de haber matado a la mayoria (ver Memorias de Cesar Saillant). Sin embargo, hasta su muerte en 1969 mantuvo en torno a esta presunta confesion de tanta trascendencia un silencio tan hermetico que lo elevaria a leal complice y encubridor de los conjurados en la trama para satanizar a su padre. Tiene esto sentido? Como en otros alegatos, ni presentan pruebas, ni tiene logica.

¿Que nos dice sobre la conjura del 30 de mayo la sobrina de Antonio de la Maza? Si bien el relato de Isabel Rosario de la Maza no concuerda en su totalidad con las investigaciones de los historiadores y periodistas sobre la fecha del contacto entre los dos grupos (el de Moca y el grupo pequeño de Estrella Sadhala), pues ella expresa que Estrella Sadhala y Antonio de la Maza hablaron sobre la necesidad de eliminar a Trujillo a mediados de 1960, ella en definitiva señala que Antonio Imbert Barreras se integró al grupo a principios de 1961 y, no por casualidad, es el ultimo que ella menciona en integrarse. En otra ocasión, en una conferencia dictada en la Academia Dominicana de Historia (30 de mayo, 2009), dicha sobrina repite que Imbert Barreras se integró al grupo a principios de 1961 y añade dos datos importantes: Que Modesto Diaz tambien se integró al grupo igualmente a principios de 1961 (recuerden que él fue el lazo entre su grupo y Amiama Tio por ser su intimo amigo) y que en esa misma epoca tambien establecieron contacto con Angel Severo Cabral, quien ya estaba en conversaciones con los agentes americanos. Aunque sus comentarios no se deben descartar por completo, es menester señalar que por ser la única en decir que de la Maza y Estrella Sadhala hablaron de eliminar a Trujillo en 1960 (como lo decia mucha gente en voz baja para esa epoca) y por no ser ella ni historiadora ni participante en el complot, seria enteramente irracional descartar la versión compartida por todos los investigadores y conjurados con el fin de optar exclusivamente por la solitaria versión que dice lo contrario (la de la sobrina) sin ni siquiera contar con una prueba concreta que la asista. Una explicación para esta discordancia con todos los demas podria ser que su comentario fuera producto simplemente de un error en la información de que se nutre su version dado que ella no es ni historiadora, ni periodista, ni participante. Aun asi, lo mas importante es que en lo que antañe a los tres personajes que nos interesa (Imbert Barreras, Pupo Roman y Amiama Tio), su versión reitera que Antonio Imbert Barreras (según los Trujillos, el hombre clave para la trama de matar a las Mirabal) no se integró a la conjura hasta meses despues (enero, 1961) de que se formó la trama para matar a las Mirabal (entre agosto y noviembre de 1960). Además, ella señala (al igual que otros) que Modesto Diaz no se integró a la conjura sino hasta principios de 1961. Debemos recordar que Modesto Diaz era un hombre mucho mas pausado y precavido que su hermano y que, además, tenia reservas en conjurar contra el dictador dado que él, a la sazón, era funcionario del gobierno. Esto explica por que no se incorporó al mismo tiempo que su hermano. Como Modesto Diaz fue el que conquistó a Amiama Tio al complot (por ser su amigo intimo) despues de integrarse él mismo a principios de 1961, entonces Amiama Tio no empezaria a negociar con los americanos sino hasta ese mismo ano (1961). Esto significa, a menos que aparezca una prueba contraria fehaciente, que Amiama Tio no pudo haberle aconsejado entre agosto y noviembre, 1960 ni a Pupo Roman ni a Imbert Barreras a que mataran a las Mirabal para satisfacer la presunta exigencia del agente de la CIA de crear una crisis que volcara la opinion publica. Quien si habia estado en contacto con Lorenzo Berry (Wimpy) era Angel Severo Cabral a quien los Trujillos no involucran en absoluto en la masacre de las Mirabal.

Debemos aclarar que Rosario de la Maza dice que Imbert Barreras se incorporó a la conjura en enero de 1961. Sin embargo, no debemos olvidar que muchas personas confunden 'intención' con 'decisión'. Se sabe que Imbert Barreras habló con Estrella Sadhala sobre la necesidad de eliminar a Trujillo (como lo hacian muchisimas personas en susurro ya a finales de la Era), pero esto no significa, como talvez lo interpretó Rosario de la Maza, que necesariamente Estrella Sadhala le habló de la conjura a Imbert Barrera en esos momentos, ni mucho menos que les sugirió de inmediato en enero a los conjurados que incluyeran al puertoplateño, por lo que no se puede decir que Imbert ya fuera parte de la conjura en enero. Efectivamente, varios investigadores han señalado, como hemos visto, que si bien los dos hablaron sobre la necesidad de eliminar al tirano en enero, Estrella Sadhala no le sugirió a Juan Tomas Diaz incorporar a Imbert Barreras sino hasta marzo de 1961 y que este lo aceptó y suponemos, por lógica, que luego Estrella Sadhala le reveló el plan a Imbert Barreras invitandolo a unirse.
 
Vale la pena observar que en todo su relato sobre el proceso de integracion de los tres grupos, Rosario de la Maza ni siquiera menciona a Pupo Roman, apoyando con esto lo que sostienen los investigadores en el sentido de que Pupo Román en realidad no pertenecia a ninguno de los tres grupos cuando estos se conformaron cada uno por su cuenta y que él fue el ultimo en ser conquistado, es decir ya bien entrado el año 1961 (todo indica que en marzo y posiblemente despues). Ella solo lo menciona por primera vez cuando ya pasa a describir como se iba a realizar el golpe de estado justo despues del tiranicidio. Tal como supimos despues por el golpe de estado que no se dio, Pupo Roman nunca se integró de cuerpo y alma en la conjura, en parte, debido a que nunca fue parte integral de los tres grupos que complotaban. Sin embargo, sabemos que tambien hubo otros factores (fallas de comunicación, la interferencia de Espaillat, el inesperado arribo casi inmediato de Ramfis a RD, etc.) que malograron el golpe de estado.

En resumen, lo más importante en todas estas declaraciones e investigaciones (incluyendo a Rosario de la Maza) es que Antonio Imbert Barreras no aparece como complotado sino hasta principios de 1961 (posiblemenete en enero, pero más probablemente en marzo) y que Pupo Román fue el último en quedar "incorporado", si es que acaso alguna vez lo estuvo en realidad. Sobre Amiama Tio tenemos menos informacion, pero lo poco que ha surgido es que él fue reclutado por Modesto Diaz, quien, a su vez, se habia incorporado a la conjura a principios de 1961. 

Todo esto desarticula el argumento de los Trujillos de que Antonio Imbert Barreras, Pupo Roman y Amiama Tio estaban confabulados para matar a las Mirabal entre agosto y noviembre de 1960. Mientras no surja una prueba fehaciente, de peso, que contradiga todo lo anterior, esto nos dice que Imbert Barreras no pudo haber recibido ningunas instrucciones de parte de Amiama Tio entre agosto y noviembre de 1960 de matar a las hermanas Mirabal ni mucho menos Pupo Román, el ultimo en incorporarse. En pocas palabras, entre agosto y noviembre de 1960 no existía la conjura del 30 de Mayo tal como se fue consolidando a partir de enero de 1961, con base en lo que conocemoshoy. Si bien el grupo de Moca ya se había conformado a finales de 1960, ese grupo definitivamente no incluía ni a Pupo Román ni a Imbert Barreras, ni tampoco, segun parece, a Amiama Tio. En ninguno de los relatos que se encuentran en la Internet sobre el proceso de formacion del grupo de Moca mencionan, ni por asomo, a ninguno de los tres.

No olviden que en algun momento entre agosto y noviembre de 1960 la trama de la masacre de las Mirabal ya se habia empezado a preparar puesto que en agosto (ver referencia mas arriba) los esposos Leandro Guzman y Manolo Tavarez Justo fueron traslados a la cárcel de Salcedo dizque para que las esposas no tuvieran que viajar tan lejos y de ahi, dos semanas despues segun algunos y mas tarde segun otros (Pena Rivera menciona a Manolo Tavarez diciendo que fue el 9 de noviembre), a la carcel de Puerto Plata supuestamente para que identificaran a miembros del 1J4 que estuvieron involucrados en un trasiego de armas. Esto obligaria a las hermanas Mirabal a viajar por la montañosa carretera hacia Puerto Plata, zona propicia para el montaje de un "accidente". No olviden tampoco que hubo dos intentos de asesinarlas antes del 25 de noviembre (el 18 y el 22) y que no lo hicieron porque iban con niños. Ahora bien¿desde cuando los esbirros del SIM y militares se preocupaban por acomodar a las esposas de sus presos politicos? ¿Especialmente cuando ellas mismas eran activistas enemigas del regimen? Por cierto, en su articulo Minerva, Maria Teresa y Patria Mirabal fueron victimas del Trujillato, Chichi de Jesus Reyes senala, refiriendose al traslado, que "en la orden se hace constar que la medida fue dispuesta directamente por Trujillo". (Para los que tengan dudas, este veterano periodista siempre calza sus articulos con su correo electronico de tal forma que los lectores pueden consultarle facilmente sobre sus fuentes.)

Por todo lo anterior, nos parece demasiado tendencioso y retorcido alegar (aprovechándose de la desinformación actual del público) que las hermanas Mirabal fueron asesinadas por orden exclusiva de Pupo Román y/o Antonio Imbert Barreras como parte de una conjura que todavía no le había sido revelada a ninguno de los dos y, además, bajo instrucciones de Luis Amiama Tio, completamente a espaldas de la única y máxima autoridad que podía dictar una orden de esa magnitud: el propio Trujillo. Mas adelante trataremos con mas detalle a Luis Amiama Tio. 

El lapsus linguae 

Volvamos de nuevo a noviembre de 1960. 

Un incidente revelador es el desliz verbal que comete Trujillo cuando llama al Mayor Cándido Torres al día siguiente de la masacre. Trujillo empieza hablando de las "noticias" y del "accidente" de las Mirabal, pero acto seguido comete el lapsus de llamarlo "ese crimen" cuando supuestamente él sólo conocía lo que declaraban las noticias de esa mañana. Balaguer nos lo relata cuando discute lo que segúél es la insoslayable culpabilidad de Trujillo por esa masacre. Se trata del deslíz del Jefe que Julian Aquiles recoge en su artículo sobre el caso. A continuación citamos a Aquiles Julián. Ademas copiamos mas abajo parte del artículo debido a que se trata de un importante y revelador detalle:
 
El lapsus linguae, el resbalón de lengua, declara inconscientemente aquello que el perpetrante persigue ocultar. Su habla lo traiciona.
Y Trujillo, en el relato de Balaguer, incurre en uno.
Cuando le dice al Mayor Cándido Torres, mismo que había cursado la orden para asesinar a las Mirabal que provenía de él, de Trujillo “¿Y no sabe usted que las hermanas Mirabal han sufrido un accidente y que es posible que ese crimen se achaque al Servicio de Inteligencia, como ocurre cada vez que muere alguien señalado por el rumor público como enemigo del Gobierno?”, Trujillo se denuncia a sí mismo al calificar de crimen lo que él mismo antes tildaba de accidente.
Su inconsciente lo traicionó.
Balaguer recogió y preservó la conversación para la posteridad.
Y puso en ella la evidencia de la culpabilidad del propio Trujillo en el crimen, pese a su teatralidad y a su simulación.

(Hasta aquí la cita de Aquiles Julián.)

Además, un detalle importante es que, primero, Trujillo pretende no saber nada, ni siquiera de la noticia del accidente, y le pregunta inocentemente al mayor Cándito Torres ¿que hay de nuevo? Lo ideal para Trujillo hubiera sido que el mayor le diera la noticia del accidente para poder manifestar su inocente sorpresa al oír la noticia "por primera vez". Pero, al no decir el mayor nada sobre el "accidente", Trujillo se siente frustrado, no aguanta y se ve obligado a introducir él mismo el tema ("¿y no sabe  usted que...") para luego poder dramatizar ante el mayor Torres su aspaviento e indignación. La intención era que el mayor Cándido sirviera de testigo de que Trujillo ni siquiera sabía nada sobre el "accidente" (lo oyó por primera vez de la voz de Torres), pero al no salirle el diálogo como él esperaba, Trujillo se ve obligado a introducir él mismo el tema para que el dialogo llevara el curso que a el le interesaba.   

A los que llevamos años estudiando la dictadura y la personalidad de Trujillo, estas tramas y manipulaciones sutiles y no tan sutiles no nos sorprenden. Trujillo era un gato marrullero, simulador y manipulador, contrario a la personalidad pública que presentaba de ser un estadista noble, íntegro y consecuente. Aunque a menudo se dejaba llevar por el instinto y daba órdenes impulsivas, también sabía ser muy calculador cuando se trataba de eliminar a personas de gran relevancia. Ver más abajo Sobre el talento teatral de Trujillo.

Aparte de las declaraciones de la señora Morales, la cuales han sido bien aprovechadas por los trujillistas, los demás argumentos presentados por los trujillistas son simples especulaciones sin sustento, cuyo razonamiento se cae por su propio peso. A continuación analizamos todos los que hemos escuchado.

Los caprichos del Jefe

Uno de los principales argumentos que esgrime la familia Trujillo para exonerar a Trujillo del crímen es que las tres hermanas no representaban ninguna amenaza hacia su régimen y que, por tanto, Trujillo no tenía motivo para matarlas dado que no ganaba nada con eliminarlas. Esto contradice diametralmente lo que le había declarado el propio Trujillo el 3 de noviembre, 1960 a El Caribe, que a su gobierno solo le quedaban dos problemas: La Iglesia y Minerva Mirabal. (ver, entre otros articulos publicados antes de 2010, Las hermanas Mirabal, mariposas en el tiempopublicado en abril, 2009). De esta forma, Trujillo colocó a las Mirabal en el mismo plano de importancia que la Iglesia Católica. 

Pero además, a los que llevamos años estudiando la larga dictadura este argumento casi nos mueve a risa si no fuera tan ofensivo. La gran mayoría de las víctimas de Trujillo nuncarepresentaron una amenaza hacia el régimen. Motivos racionales no eran necesarios para eliminar a alguien. Son incontables las personas que el régimen mató por razones caprichosas, por resentimiento, sólo por estar emparentada la víctima a algún antitrujillista (aunque se supiera que dicho pariente no militaba), por no cederle sus propiedades o su negocio al dictador, por haber dicho una impertinencia (ver Lithgow-Ceara, Colon Piris, Rafael Yepes, etc.), por ser un empleado o chofer de un enemigo, por rechazarle un puesto u oferta y otras sinrazones más. 

Además, no olvidemos que después de haber interactuado con Minerva un par de veces en fiestas (especialmente en la última en que no pudo conquistarla y en la que ella le planteó cierto reto) Trujillo quedó obsesionado con Minerva en una forma enfermiza. De esto se ha publicado bastante. Sin plantearlo como un hecho incontrovertible, podemos mencionar el libro de Dede Mirabal (ver pág. 197 de Vivas en su jardín), en que dice que Zacarías, el chofer de Trujillo, le había comentado a Japonesa Trujillo que el Jefe no andaba bien pues varias veces de repente Trujillo le decía "Mira a esa mujer, mírala ahí, es Minerva" y que cuando él miraba, no había nadie. Con base en todo lo que hemos leído sobre la dictadura, Minerva ha sido la única persona que, al rechazarlo, le habló a Trujillo como su igual, a los ojos, sin genuflexión. Ser objeto de la obsesión frustrada de un psicópata genocida como Trujillo, sintiendose rechazado y, para colmo, todopoderoso, quien tenía que controlarlo todo y a todos, es estar bailando con la muerte.

Los trujillistas también sostienen que no tenía sentido ni lógica que Trujillo mandara a matar a estas tres mujeres puesto que semejante crimen sólo le acarrearía enorme resentimiento entre la población y mayor condena internacional, justo cuando Trujillo no lo necesitaba debido a la condena y el aislamiento regional a que lo habían sometido por el atentado contra Betancourt.

Repetimos: Plantear este tipo de argumento de 'racionalidad' en el caso de Trujillo es totalmente incongruente con su trayectoria criminal e irracional y practicamente una burla puesto que Trujillo demostró una y mil veces en sus 31 años de desgobierno que era capaz de alternar facilmente sus maquiavélicas tramas con decisiones antojadizas, irracionales, morbosas y contraproducentes, intensificadas éstas en los últimos dos años de su gobierno cuando estaba cada vez más desesperado por la incesante resistencia interna, las críticas, las presiones internacionales, la crisis economica y posiblemente por los achaques de la vejez.

¿Se preocupó Trujillo por lo que pensaría la opinión pública cuando mandó a matar a miles de haitianos? ¿Cuando a principios de 1960 dio la orden de disparar a matar indiscriminadamente a todo el que tratara de asilarse en una embajada, inclusive invadiendo  violentamente las mismas sedes diplomáticas con turbas violentas y disparos? ¿Cuando trató de matar al presidente de otro país (Betancourt) y cuando efectivamente mató al de Guatemala? ¿Cuando apenas unos meses antes de ese fatídico 25 de noviembre, bajo la orden expresa de Trujillo, la dictadura persiguió como si hubieran sido delincuentes a sacerdotes de la iglesia católica y atacó los templos después de la Carta Pastoral, incluyendo el intenso sacrilegio del templo de La Vega, con prostitutas y con turbas, cuando sus esbirros trataron de incendiar dicho templo, cuando destruyeron con una bomba el seminario de Santiago en construcción, así como los ataques y violentos desalojos de curas y obispos de sus hogares y centros? (Ver otras secciones en este portal que discuten estos casos.)

¿Es eso actuar racionalmente, con prudencia para no crear una imagen negativa que pudiera impactar adversamente a la población civil y a la opinión internacional?

Los ultimos párrafos no pretenden “probar” positivamente que Trujillo fuera quien diera la orden de matar a las Mirabal sino que los argumentos de los trujillistas de que Trujillo no tenía un motivo "racional" no "prueban" en absoluto que no fuera él quien diera la macabra orden puesto que Trujillo mataba más por motivos irracionales que racionales. Considerando sus reiterados antecedentes de dislates irracionales durante 31 años, es realmente una farsa de mal gusto pretextar el sentido de “racionalidad” y “sensibilidad” a la opinión pública como pruebas de que Trujillo no hubiera emitido semejante orden. Para los que todavía tengan dudas, lean más abajo lo que tienen que decir sobre este caso dos de sus tres más cercanos y fieles colaboradores: Joaquín Balaguer y Virgilio Álvarez Pina. 

La condición del misterioso agente

En cuanto a la conexión entre los conjurados y algunos funcionarios de la embajada y/o agentes de la CIA, eso es ampliamente conocido. Los historiadores, las Fundaciones Patrióticas y los investigadores del campo antitrujillista se han referido abiertamente en muchas ocasiones a esta conexión. Lo que está en tela de juicio es específicamente la exigencia que, según los trujillistas, les hiciera a los conjurados un agente americano (¿Plato Cox, Dearborn?, los Trujillos no aclaran) para que EUA apoyara el complot. Dicha exigencia consistía en que era necesario, según las palabras del nieto de Trujillo, que "cometieran un hecho de trascendencia que incriminara al dictador y volcara la opinión pública en su contra". Esta exigencia, según la versión de los trujillistas, fue lo que motivó el asesinato de las Mirabal.

Hasta ahora, la única documentación que han mencionado para respaldar la presunta exigencia por parte del misterioso agente americano consiste en tres fuentes. Debido a que Blogger casi no acepta más texto, no podemos reproducir los documentos aquí, pero les ofrecemos el link para que los lean directamente. Estas son las tres fuentes:

1- El informe de la famosa investigación del 94 Congreso de EUA (el Comité Church) sobreAsesinatos y atentados en contra de líderes extranjeros (1974).

De este extenso informe del Comité Church leímos la parte que se refiere al complot contra Trujillo (págs. 191-215). En esas 24 páginas, lo único que dice acerca de las condiciones del gobierno de EUA para involucrarse en el complot es lo que Henry Dearborn (cónsul en RD y luego agente de la CIA) le sugiere a la CIA. Citamos textualmente (págs. 192 y 193) lo que el informe dice sobre la solicitud de Dearborn. Se refiere especificamente a la comunicación entre las oficinas centrales de la CIA en Washington y Henry Dearborn en la embajada americana en Ciudad Trujillo:

He [Dearborn] agreed. He requested, however, that the CIA confirm the arrangement with the dissidents as being that the United States would "clandestinely" assist the opposition to 'develop effective force to accomplish Trujillo overthrow', but would not 'undertake any covert action itself against Trujillo government while it is in full control of Dominican Republic."(Cable, Station to HQ, 6/17/60). 

Lo que acaban de leer es lo único en ese largo informe de 24 páginas que se asemeja a una exigencia y lo único que dice es que EUA no tomaría acción encubierta "mientras el gobierno de Trujillo esté en control de la República Dominicana". Nuestra pregunta es: ¿En qué se asemeja esto a la exigencia específica de que (palabras del nieto de Trujillo) "cometieran un hecho de trascendencia que incriminara al dictador y volcara la opinion publica en su contra"

Entre lo que le dijo Dearborn a la CIA y la frase que el nieto de Trujillo repite incansablemente hay un abismo denotativo y connotativo tan ancho que sólo puede ser franqueado por una imaginación desbocada....o interesada.

Para los que deseen verificar lo que dice el informe, por favor lean las 24 páginas que se refieren al tiranicidio de Trujillo. Empieza en la pág. 191. Este es el link: https://archive.org/stream/allegedassassina00unit#page/n15/mode/2up

2- Un artículo de Norman Gall: How the Agency Killed Trujillo (1963). Por favor léanlo. Este es el link: http://www.normangall.com/dominicanr_art2.htm

Hay dos cortos párrafos en este artículo que hacen referencia a la relación entre los agentes y Amiama Tio, pero ninguno de los dos menciona absolutamente nada sobre ninguna exigencia. Apenas dice que Amiama Tio (grupo de los Diaz) estaba en conversaciones con Dearborn a finales de 1960 y más adelante dice que Amiama Tio estableció contacto con un agente de la CIA a finales de 1960, mencionado por el Gral. Arturo Espaillat ("Navajita") en una conferencia de prensa como Plato Cox. Ni una sola palabra sobre condiciones o exigencias por parte de la CIA o la embajada (por favor lean el artículo). De hecho, Glass nos aconseja que no debemos confiar solamente en lo que nos diga Espaillat. Es posible que esa reserva de Glass se deba a que Espaillat, agente encubierto de Trujillo, con varios asesinatos a su haber y ex jefe del SIM, no era ningun angelito incapaz de mentir en aras de una agenda oculta. El resto del articulo se refiere a los hechos del 30 de mayo y al suministro de las armas de parte de la CIA, algo que todos conocemos y que nadie cuestiona.

3- En forma tangencial y difusa, en una ocasión el nieto de Trujillo mencionó el breve comentario que hiciera el Gral. Arturo Espaillat en una conferencia de prensa, pero sólo dijo que Espaillat menciono al agente Plato Cox, nada mas. De nuevo, nada sobre ninguna exigencia. Para asegurarnos, nosotros realizamos una busqueda electronica del nombre Plato Cox en el libro de Arturo Espaillat (Trujillo, the last Caesar) que se encuentra en la red (estas busquedas electronicas no fallan) y por ningun lado encontramos el nombre Plato ni Cox, por lo que concluimos que en su libro no dice nada sobre este personaje. Si dijera algo que se asemejara a la cita del nieto, hace ratos que en estos últimos cinco años los trujillistas estuvieran repitiéndolo por todo lo alto, con el numero de la pagina y citándolo literalmente hasta la saciedad. A Amiama Tio el libro solo lo menciona una vez (para decir que llamo al consulado despues del ajusticiamiento), lo que no es ninguna novedad porque todos los investigadores saben que el tenia contacto con los americanos. El nombre de Imbert solo aparece una vez (para decir que fue uno de los dos conjurados sobrevivientes) y el nombre Mirabal no aparece del todo. En conclusion, como el libro de Espaillat no dice absolutamente nada sobre ninguna exigencia de la CIA, su breve comentario a la prensa es lo unico que tenemos de Espaillat como fuente. Hemos encontrado articulos sobre dicha conferencia de prensa y ninguno dice que Espaillat dijera algo sobre el caso Mirabal, aunque podria ser que los periodicos no resumieran todo lo que dijo. El tema principal de la conferencia de prensa fue su estatus migratorio en el Canada. Invitamos a los lectores a que investiguen a ver si tienen mejor suerte que nosotros y encuentran la parte de la entrevista que, segun Normal Gall, se refiere al contacto entre Amiama Tio y Plato Cox y que por favor la publiquen para ver si contiene exigencias de la CIA que nos hagan cambiar nuestras conclusiones. Creemos, sin embargo, que si Norman Gall no lo ha mencionado ni nadie mas es porque Espaillat no hablo de eso. 

Precisamente, lo unico que hace Norman Gall (ver punto 2) en su articulo es sencillamente referirse a la mencion que hizo Arturo Espaillat a la prensa, repitiendo lo poco que dice este con respecto a Plato Cox y su contacto con Luis Amiama Tio, por lo que estas dos fuentes (Norman Gall y Espaillat) son en realidad una sola fuente y en ninguno de los dos se menciona nada sobre ninguna exigencia del gobierno americano dirigida a los complotados. Si leen el articulo de Norman Gall, veran que lo único que dice es eso, nada más, y todos sabemos que ni los investigadores ni los antitrujillistas niegan que hubo contacto entre los conjurados y los agentes de la embajada y la CIA, contacto que ha sido ampliamente comentado, por lo que no es ninguna gran revelación.

Esas tres son las fuentes o pruebas que han presentado hasta ahora para sustentar el alegato de que un agente de la CIA o la embajada (sea Cox, Dearborn o cualquiera) les comunicó a los conjurados que "cometieran un hecho de trascendencia que incriminara al dictador y volcara la opinión pública en su contra". Como pueden ver ninguna de las fuentes avala esta versión y hasta tanto no presenten una verdadera prueba de la condición planteada por el misterioso agente que ellos tanto repiten y que presuntamente condujo a la masacre, dicha exigencia continuará relegada al plano de la fertil fantasía trujillista. 

Debemos agregar que en los textos que discuten con mayor detalle las negociaciones entre los conjurados y los agentes americanos ("Wimpy" y Dearborn), el principal enlace de los conjurados que siempre aparece (y ademas el enlace inicial) es Angel Severo Cabral (grupo de Santiago, luego conectado a los Diaz). Es interesante, ademas, que en sus declaraciones a Ramfis Trujillo como preso, Pupo Roman dijo que la primera vez que Amiama Tio le hablo del complot en enero de 1961,este le dijo que el estaba en comunicacion con un agente de la CIA que se hacia pasar por propietario de un supermercado (es decir, Lorenzo Berry "Wimpy"), no menciona a Plato Cox

Es importante tomar nota de que la principal preocupacion del gobierno de EUA y la razon de sus reservas en apoyar un golpe de estado contra Trujillo entre 1960 y 1961 no era la tal necesidad de debilitar el supuesto "apoyo popular al regimen" que alegan los trujillistas sino que su preocupacion  principal era el tipo de gobierno que asumiria el poder despues del golpe para no repetir lo de Cuba (ver entre otros Eisenhower and the Overthrow of Rafael Trujillo). Ademas, dudamos que el gobierno americano tuviera mayor preocupacion con el supuesto "apoyo popular" de Trujillo. No olvidemos que EUA trato de tumbar a Fidel Castro (Bahia de los Cochinos y otros atentados) cuando Fidel Castro estaba en la cuspide de su popularidad en Cuba, inclusive en Latinoamerica. Tambien habian tumbado a Jacobo Arbens en 1954, presidente liberal y reformista sumamente popular en Guatemala, a Salvador Allende, a Joao Goulart, reformista de Brasil, etc, todos ellos mucho mas populares que un satrapa como Trujillo, para no hablar de otros lideres altamente populares, reformistas y nacionalistas en otras regiones que fueron tumbados del poder por los intereses geopoliticos de EUA (Sukarno, Papandreou, Lumumba, etc.)

Todos los investigadores concuerdan en que Luis Amiama Tio participó completamente por razones de principio, patriotismo y desesperación, sin tener ningún resentimiento personal en contra de Trujillo (a diferencia de otros conjurados) puesto que nunca fue ofendido, ni enganado, ni obligado a nada por Trujillo. Su indignación y su dolor por el pais se reflejan en la carta que le escribio a su esposa desde su escondite cuando la muerte era una realidad inmediata y casi segura y en los comentarios desesperados que hacia en la intimidad del hogar cuando los esbirros asaltaban, golpeaban y les disparaban a los jóvenes que trataban de asilarse en la embajada de Mexico que les quedaba en frente. La embajada de Mexico fue una de las dos embajadas mas asediadas por el regimen y, por estar dicha embajada en una loma, eran plenamente visibles los atropellos que se cometian. Amigos, socios y colaboradores concuerdan en que era un hombre integro y conciliador, incapaz de propiciar despiadadamente el asesinato de tres mujeres para satisfacer algún tipo de ambición politica maquiavelica. Si hubiera ambicionado altos cargos, los cuales ya los habia detentado durante el regimen, no se hubiera involucrado en una trama tan peligrosa y complicada ya que los hubiera conseguido facilmente gracias a su buena relación con Trujillo. De hecho, Trujillo le habia ofrecido la ultima vez un alto cargo el cual Amiama Tio logró rechazar muy diplomaticamente sin provocar la ira del tirano, una inusual hazana gracias a su gran tacto y personalidad conciliadora. En resumen, Luis Amiama Tio no tenia ni resentimientos, ni sed de venganza, ni ambición de poder que lo motivaran a asumir una empresa tan peligrosa, tensa y complicada como la conjura en contra de la dictadura más ferrea y atrincherada del continente y, en definitiva, este acomodado empresario y hombre de familia no lo haria simplemente para disfrutar de una aventura peligrosa. 

Los chivos expiatorios

El artificio de echarle la culpa de sus crímenes a otros, preferiblemente a sus enemigos, era un instinto natural que Trujillo aplicaba con gran regularidad, lo que parecen estar imitando sus descendientes. Contrario a lo que manifestó Angelita Trujillo en una importante entrevista con el director del Listin Diario declarando que su padre "no era hombre de tirar la piedra y esconder la mano", nos vienen a la mente varios ejemplos de como Trujillo era un diestro lanzador cuando ordenaba algún serio atropello del cual prefería distanciarse. Por ejemplo, después del atentado a Betancourt (24 de junio, 1960) en que murieron varias personas e hirieron al mandatario venezolano, "La Voz Dominicana" (voz oficial del régimen, especialmente en asuntos internacionales) de inmediato acusó a Colombia de ser la sede de los conspiradores que atentaron contra la vida del presidente venezolano (Ver Drama de Trujillo, 1960, de Alonso Rodríguez Demorizi, pág. 117). Sin embargo, las investigaciones del gobierno venezolano encontraron pruebas irrefutables sobre el origen de la bomba y la trama (pruebas concretas que impresionaron a los gobiernos de la región y que condujeron a las sanciones de la OEA), además de que varios de los agentes involucrados confesaron que el atentado se había preparado y ensayado en una de las fincas de Trujillo. 

También recordamos el caso del genocidio de los haitianos. Trujillo, al verse interpelado por el Congreso de Estados Unidos y el gobierno de Haití por esta masacre de miles de personas, trató de echarle la culpa de este genocidio a Alfonso Perozo Guzmán, poco después de matarlo, como el instigador (aunque usted no lo crea), esperanzado Trujillo de que el gobierno de EUA apoyara la falsedad debido a que Alfonso Perozo había sino uno de los líderes que se enfrentaron a las tropas norteamericanas cuando éstas entraron en su poblado (1916), a quien los americanos no pudieron eliminar. Como Trujillo sabía que Alfonso Perozo habia sido enemigo y combatiente activo en contra de los Marines, creyó que podría usarlo facilmente como chivo expiatorio por la masacre de perejil (suponemos que Perozo habría incitado a los campesinos a matar haitianos), pero el gobierno americano no le hizo el coro, no aceptó cooperar con la artimaña y continuó exigiéndole reparaciones. 

Poco le importaba a Trujillo que antes de levantar esta calumnia en contra de Perozo (ya asesinado y por tanto sin voz para defenderse), él mismo se había ufanado publicamente (una o dos semanas después de la masacre) en un discurso sobre su solución al problema haitiano y la necesidad de realizar ese “corte”. Dijo, además, que habían matado a unos 12,000 haitianos. Este reconocimiento público de que la masacre fue su iniciativa (además de otras pruebas históricas) no impidió que después tratara de culpar a un enemigo suyo y de los norteamericanos, a Alfonso Perozo como dijimos, para evitar el pago de las reparaciones ($750.000.00). Después de todo, Trujillo era el árbitro supremo sobre la verdad con el derecho a decir una cosa hoy y decir todo lo contrario mañana para que todos los dominicanos aceptaran las dos versiones contradictorias como verdades incuestionables. 

Otro ejemplo es la facilidad con que Trujillo detuvo y culpó a Octavio de la Maza supuestamente por haber matado al piloto Gerald Murphy cuando la embajada, la FBI y el congresista Charles Porter empezaron a exigir explicaciones por la desaparición de Murphy. Luego, con esa nobleza de espíritu de que hoy nos hablan con nostalgia sus descendientes, Trujillo mandó a matar a Tavito de la Maza para silenciarlo puesto que éste se negaba a cargar con la culpa del asesinato. Como éste, hay muchos otros ejemplos de cómo Trujillo tiraba la piedra y escondia la mano con incomparable destreza. 

Trujillo el impotente

Además, si Trujillo nada tuvo que ver con la decisión de matar a las tres hermanas y si estaba tan alarmado y furibundo, llama poderosamente la atención que Trujillo no tomara, en absoluto, ninguna represalia (ni jurídica, ni física, ni publica), en contra de los que planearon y ordenaron ese costoso dislate que podría “tumbarle” el gobierno o por lo menos desestabilizarlo, según la opinión desesperada que Trujillo gritó al conocer la noticia. Ante esa posible e imprevista crisis de "legitimidad" que presuntamente lo tomó por sorpresa, resulta muy extraño que Trujillo no ordenara una investigacion, ni degradara a ningún militar, ni que siquiera se ocupara de montar la pantomima de un juicio, ni apresara, ni que por lo menos hiciera un discurso ante toda la población, una opinión pública que supuestamente tanto le preocupaba a Trujillo. Ademas, no olviden que Angelita dice en su libro que Pupo Roman varias veces le propuso a Trujillo eliminar a las Mirabal y que dizque Trujillo se lo prohibio cada vez tajantemente. Que creen ustedes que hubiera hecho Trujillo como castigo si Pupo Roman hubiera actuado presuntamente no solo por su propia cuenta, sin su permiso, sino peor aun, a contrapelo de lo que el mismo habia prohibido repetidas veces? No olviden que Trujillo humillaba y le gritaba a Pupo Roman por errores de poca monta. 


Actuando completamente contrario a su muy conocido modus operandi  (un tirano que se aseguraba de que siempre hubiera una costosa represalia por cualquier “metida de pata” o descuido de sus subalternos), esta vez, como si hubiera caído en el estupor de algún poderoso encantamiento, en lugar de investigar, fustigar, degradar, castigar, desaparecer o enjuiciar publicamente a los responsables, el implacable todopoderoso simplemente se sintió frustrado, sufrió pasiva y estóicamente el feminicidio múltiple como si fuera un doliente más, conformandose con visitar el lugar del “accidente” y expresar algunas palabras pesarosas sobre un crimen que supuestamente lo conmovió en sus más profundas y petrificadas entrañas. 

Esta teatralidad nos recuerda cómo Trujillo lloraba ríos de lágrimas en Santiago mientras, bajo su orden, detenían a decenas de jóvenes en Santiago (los panfleteros) para torturarlos y matarlos a escasas cuadras de la casa donde él se encontraba. Mientras ocurrían las redadas, Trujillo lloraba, no por la suerte de los panfleteros, sino porque se sentía traicionado. A pesar de su lacrimoso teatro, las redadas continuaron y unos 38 jovenes fueron torturados y ejecutados (ver CRIMENES I y ver entrevista a Poncio Pou Saleta: https://www.youtube.com/watch?v=Fxq54tP0aqI ). También ver más abajo Sobre el talento teatral de Trujillo.

Está de sobra decir que el montaje teatral de su aspaviento e indignación cuando se percató del asesinato de las Mirabal no convence.    

Una celebración macabra

Pero hay algo más. El sospechoso a menudo se delata involuntariamente después del crimen.  En una extensa entrevista publicada en enero de 2008 (dos años antes de la version de Angelita y su hijo), el catorcista Isidro Renato González Disla, vecino de Patria Mirabal (vivía en frente), hombre tímido y sensible, compañero de lucha de Minerva como catorcista y primo del chofer Rufino de la Cruz Disla, da cuenta de cómo, después de la vil masacre (obviamente a modo de burla y humillación de las familias dolientes y su comunidad), Trujillo visita Salcedo con un gran despliegue de funcionarios y militares. Lleva una banda de música y al cantante Primitivo Santos en son de fiesta frente a la casa de Patria Mirabal. La banda tocaba nada menos que “Recogiendo limosna no lo tumban.” Sin invitación alguna ni siquiera a la galería por parte de los sorprendidos anfitriones, Trujillo se instala en la casa de Isidro Renato, enfrente de la casa de Patria Mirabal, para almorzar y tomar su brandy favorito. Isidro Renato era compañero de lucha de Minerva y había sido detenido y torturado en La 40. De hecho, seis meses antes de la masacre, Trujillo había hecho un importante discurso en el que tachaba a las Mirabal y a los González de esa región de comunistas. Durante la Era, la acusación pública de ser comunista por parte de un militar, especialmente por parte del mismo Trujillo, era practicamente una condena de muerte, solo era cuestión de tiempo.

Volviendo a la visita del Jefe a Salcedo, sin mostrar pesadumbre ni expresar condolencias (todo lo contrario, Trujillo parece tener un ánimo festivo), el tirano ordena comida en la ciudad para su séquito aunque hace que a él le preparen comida criolla en la casa de los González. Come a gusto, bebe de su brandy favorito, uno de los cortesanos que lo acompaña le recita casi al oído loas en verso, Trujillo hasta se da un pequeño salto y grita victorioso ¡Que Viva Trujillo! ¿Es este macabro comportamiento congruente con el hombre alarmado, compungido y frustrado por el asesinato de las muchachas que habíamos visto al día siguiente del "accidente" o el de un vencedor que viene a humillar al pueblo vencido, en este caso, la comunidad de Salcedo y las familias Mirabal y González Disla? ¿No creen que este gesto arrogante refleja participación en la trama para matar a las muchachas en lugar de inocente indignación y desconcierto? (Ver la entrevista en el artículo: La megalomanía de Rafael Trujillo en Historia Dominicana)


¿Quién le regaló el premio?

Otro importante detalle es que como botín por su abominable hazaña, a Víctor Alicinio Peña (coordinador de la masacre) le regalaron la casa de Patria Mirabal. Pocos días después del crimen, Alicinio Peña desbarató la casa de Patria y se llevó toda la madera de caoba para terminar de construir su propia casa en Santiago. El resto de la casa de Patria la mandó a quemar. ¿De dónde vino la despiadada orden de otorgarle semejante premio? ¿Creen que si Imbert Barreras, Pupo Román y Amiama Tio hubieran sido los autores intelectuales de este crimen que supuestamente tanto enfureció a Trujillo se hubieran atrevido a empeorar las cosas con el Jefe regalándole esta casa al principal ejecutor de una masacre que exasperó (supuestamente) a Trujillo porque le podríatumbar el gobierno¿Por qué Trujillo no dijo nada (ni crítica, ni indignación, ni investigación) sobre la casa de Patria que tenía frente a sus ojos (ya destruida antes de su visita) cuando visitóvictorioso la casa de los González Disla? Por favor ver recorte en seccion PRESENTE sobre una posible pista (carta de Pena Rivera) acerca de este botin. Si Trujillo no tuvo nada que ver con la masacre ni con el traspaso del botin, por que Trujillo y su hijo no reaccionaron indignados por esta carta y no tomaron medidas contra Alicinio Pena Rivera?

¿Esperaba su propio karma?

Los neo-trujillistas también critican a los que sostienen que un crimen de esa magnitud no se podía ejecutar sin la orden o la anuencia de Trujillo ya que, después de todo aducen ellos, Trujillo no estaba al tanto del complot más importante de su vida, el de su propio asesinato, prueba de que el Jefe no siempre estaba informado de todas las tramas. La realidad es que militares y funcionarios del régimen han señalado que, de hecho, a Trujillo le habían informado varias veces que los de la Maza estaban complotando para eliminarlo. En la red hay numerosas referencias sobre esto. (Ver entre otros: (1) Antonio de la Maza Vasquez y el 30 de Mayo de Isabel Rosario de la Maza (2009), Academia de Historia, pags 9 y 10; (2) Presagio de muerte de Trujillo (2008), entrevista en YouTube a Salomon Saenz allegado de confianza de la familia Trujillo; (3) las memorias de don Cucho Alvarez Pina, entre otros). Ademas de las anteriores referencias, a Angel Severo Cabral lo habian llevado a La 40 dos veces para interrogarlo sobre una conjura para matar al Jefe y lo que él sabia sobre lo que estaban tramando los hermanos Díaz. De hecho, antes de soltarlo la segunda vez, el propio Trujillo le mando un mensaje a traves del Jefe del SIM, Candito Torres, con una propuesta para formar un partido de izquierda, pero controlado por el regimen. Es obvio que Trujillo estaba personalmente informado de la detencion de Severo Cabral y los motivos y que probablemente fueél mismo quien ordeno su detencion. Sorprendentemente, en ninguno de los casos el Jefe Supremo tomó las medidas urgentes necesarias para prevenir el fatal desenlace. Cabe la pregunta: ¿Cómo es posible que un megalómano tan cínico, detallista y previsor hiciera caso omiso de estos informes? 

Para sorpresa de algunos, creemos que la respuesta no es tan escurridiza.

Sospechamos fuertemente que Trujillo, a sus 69 años, invitaba la muerte. Siempre tuvo que vivir a la defensiva, con un complicado sistema de seguridad personal, lo que en su vejez posiblemente ya lo tenía agobiado y quería, de una vez por todas, enfrentarse a la muerte violenta que él tan fácilmente le deparaba a otros y que a él mismo siempre le colgaba como una espada de Damocles. Por otro lado, el régimen se encontraba acorralado por las sanciones económicas, el aislamiento político-diplomático (mantenidas implicitamente hasta que él se fuera del país) y el desprecio internacional, así como el indetenible descontento del pueblo por la opresión, el terror y las limitaciones económicas. Además de estar mucho más enfermo de lo que aparentaba públicamente (el New York Times revel
ó después que tenía cancer, una enfermedad incurable en esa época), por lo que su cuerpo ya le avisaba su fin biológico, en su vejez Trujillo parecía manifestar leves y tardios atisbos de conciencia moral y remordimiento. Balaguer dijo en un discurso que en sus últimos dias Trujillo en una ocasion le dijo “yo pienso mucho en los muertos.” 


Efectivamente, los investigadores nos cuentan que en sus últimos años Trujillo violaba cada vez con mayor frecuencia las normas y protocolos de seguridad diseñados para protegerlo en todo momento. ¿Es que al ignorar los informes de los diversos complots, el tirano, no queriendo salir del escenario con algo tan apocado como ponerse fin a sí mismo o morir malogrado por una enfermedad como la mayoría de los mortales, sentísubconscientemente que sólo se merecía una muerte violenta y teatral que le hiciera honor al estilo de vida gansteril que le permitió llegar a la gloria terrenal del poder absoluto? ¿Buscaba Trujillo facilitar la consumación de su propio karma?  

Creemos que esto se pone de manifiesto cuando en el enfrentamiento de la noche del 30 de mayo, Trujillo 1) rechaza la unica posibilidad de escapar a la emboscada devolviendose a Ciudad Trujillo tal como le sugirio su chofer 2) se sale del carro donde hubiera estado mas protegido y no lo hacer para alejarse del lugar corriendo, 3) no se parapeto detras del carro para escudarse como lo hizo su chofer, 4) avanza con un pequeno revolver (al descubierto, de cuerpo entero) hacia el enemigo cuya mayor potencia de fuego desde diferentes rifles le garantiza una muerte segura y, para colmo, lo hace delante de los faros encendidos del carro. 

Ademas, Johnny Abbes senala que Trujillo en los ultimos meses cada vez mas a menudo preferia salir de noche sin escolta, solo con su chofer, y que le molestaba todas las medidas de seguridad que Johnny Abbes tomaba para garantizarle la vida. Debemos recordar que segun un articulo escrito en un periodico norteamericano en los anos cuarentas, las medidas de seguridad tomadas en EUA por su equipo de seguridad de avanzada, meses antes de la visita de Trujillo a Washington, eran mas exigentes y complejas que las del equipo de seguridad del presidente de Estados Unidos cuando este viajaba. El cambio en su actitud y su amor por su vida ya en 1961 es obvio.  

Los lectores pueden investigar más extensamente el caso de las hermanas Mirabal en la red dado que ha sido ampliamente comentado en los medios. Por ahora, para finalizar, nos remitimos a las palabras de dos de los tres más fieles, más cercanos y más antiguos colaboradores del tirano: Joaquín Balaguer y Virgilio Álvarez Pina.  

Los que lo conocian de cerca

Joaquín Balaguer, leal asistente personal de Trujillo por 31 años y conocedor a fondo de la personalidad, la duplicidad y el modus operandi de Trujillo, escribe en su libro La palabra encadenada, págs. 315-318:  

“Una vez consumada la iniquidad, sin duda el más repugnante de los crímenes realizados durante la Era de Trujillo, el responsable del hecho se presenta ante sus propios esbirros como un ser inocente que había sido abrumado por la noticia”.

Por su parte, don Virgilio Álvarez Pina (don Cucho), pariente y amigo íntimo de Trujillo desde la infancia y uno de los más cercanos colaboradores de Trujillo durante décadas, leal hasta el final y conocedor íntimo de los mecanismos interno de poder del régimen, escribe en su libro La Era de Trujillo, pág. 51:

"El propio Trujillo se refería a ese injustificado crimen, en la intimidad, como un acontecimiento ajeno a su voluntad, pero los que le rodeábamos sabíamos que órdenes de esa naturaleza no podían provenir de ninguna autoridad inferior a la del árbitro nacional, que era el mismo Trujillo, y mucho menos producirse sin su consentimiento expreso”.

Más adelante reitera lo mismo cuando comenta en la pág. 155:

“Dentro del gobierno, las cosas no marchaban tan bien. Se sentía la presión causada como consecuencia de los errores cometidos por Trujillo. A las abiertas acciones de 1959 y 1960 se sumó la absurda orden de matar a las hermanas Mirabal y aunque Trujillo, en la intimidad, quería hacer ver que no había tenido una participación directa en ese asesinato, se sabía que un crimen de esa magnitud de ningún modo se podía haber perpetrado sin su anuencia". 

Como habran observado, nuestras opiniones y conclusiones las basamos en los hechos que los investigadores e historiadores han podido transmitirnos, en las pruebas objetivas a las que tenemos acceso, en nuestro razonamiento al tratar de establecer las conexiones entre los eventos, actores, etc., y en los argumentos de aquellos que tratan de culpar a los heroes del 30 de Mayo de la masacre de las hermanas Mirabal y su chofer. Sabemos que no hemos agotado todo lo que se ha escrito sobre la masacre de las hermanas Mirabal y deseamos expresar que siempre estaremos anuentes a ajustar nuestras conclusiones a los hechos, datos o pruebas que puedan surgir en el futuro. 

Conclusión

Algunos lectores encontrarán difícil creer que algunos de los accidentes descritos en esta sección fueran simulacros debido a la ausencia de un motivo claro o de peso para querer matar a las víctimas. A cualquier persona con juicio normal la ausencia de un motivo de peso le parecería totalmente irracional. Debemos recordarles a esos lectores que el razonamiento lógico o sensato no fue una de las virtudes de este régimen salvaje, antojadizo, brutal y despótico, que una modalidad tragicamente excepcional que caracterizaba al tirano, a sus hijos, hermanos y a sus esbirros era, como hemos dicho, que ellos mandaban a eliminar a alguien por ser simplemente un familiar de un antitrujillista, porque dijera algo que se podría interpretar como una crítica o una burla, porque se resistiera a colaborar o se rehusara a “venderle” su negocio o tierra, por ser un posible testigo o un estorbo, etc.

Aquellos interesados podrán encontrar otros casos de asesinatos caprichosos en las cuatro secciones dedicadas a los crímenes de la dictadura. Aunque son numerosos los asesinatos en las cuatro secciones que fueron motivados por razones irracionales o injustificables, invitamos a los lectores a leer especialmente los 104 casos de asesinatos selectivos discutidos en BREVES (ver sección CRIMENES III) porque no es simplemente una lista sino que en éstos ofrecemos breves resúmenes que contienen casi todos las "razones" que motivaron el crímen.

Para leer la entrevista completa a Isidro Renato González Disla titulada La megalomanía de Rafael Trujillo, pueden ir a: http://wwwhistoriadominicana.blogspot.com/2008/01/la-megalomana-de-rafael-trujillo.html




*************************************************


Evelio Hernández: "Trujillo ordenó matar a las Mirabal"

4 de marzo, 2010
Diariolibre.com

Dijo que fue testigo de excepción de la orden que terminó con las tres hermanas

SANTO DOMINGO. El comandante constitucionalista Evelio Hernández reafirmó que Rafael L. Trujillo Molina ordenó a Johnny Abbes García dar muerte a las hermanas Mirabal. Con su afirmación contradice la versión de Angelita Trujillo, en el sentido de que Luis Amiama Tió, uno de los ajusticiadores del tirano, y Segundo Imbert Barreras habían tenido participación en la planificación y ejecución de ese crimen.

En una carta enviada a este diario, Hernández explica que fue testigo de excepción de la orden de ejecutar a las Mirabal por ser parte de la XII Compañía del Ejército Nacional, ubicada en San Cristóbal y donde existía un sistema de radio para la comunicación que recibía las instrucciones y órdenes confidenciales que daban los altos mandos de las Fuerzas Armadas.

Hernández narra que el 25 de noviembre de 1960 se encontraba en la unidad de radio junto al sargento mayor Darío Piña cuando "entre las doce y doce y media (del día) llamaban insistentemente al capitán Alicinio Peña Rivera, quien estaba de puesto en Santiago, y se le preguntó: "Cuántos cocos tiene hoy la mata de cocos de Puerto Plata, y éste contestó: cuatro. Y la orden que siguió a la respuesta fue un tajante: túmbelos los cuatro".

Al día siguiente, agrega Hernández, "la noticia de la muerte de tres de las hermanas Mirabal y del chofer del vehículo que las transportaba, Rufino de la Cruz, consternaba a toda la sociedad dominicana".

"Inmediatamente concatené lo escuchado en la radio con la muerte de las tres heroínas y el chofer (pues era coherente que éstos fueran los cuatro cocos)", detalla Hernández.

Otra prueba de su planteamiento es una conversación que sostuvo años más tarde con Porfirio Dante Castillo (Popi), subjefe de la Marina de Guerra, en la que participó también Ramón Montes Arache. Según la versión de Hernández, Popi les contó que Johnny Abbes le propuso una noche en una fiesta de la Marina, la eliminación física de Minerva Mirabal, por el nivel de agitación que mantenía en el Cibao central, pero él le respondió que no "mataba mujeres".

Sostiene que ante la negativa de Popi, Abbes cambió de estrategia y gestionó que nombraran al capitán Basilio Camilio, un hombre de su confianza, como gobernador de Salcedo, tierra de las Mirabal.

En su versión de los hechos, Hernández indica que "después de tomar posesión y de unos meses en el cargo, por mandato de Abbes, Basilio Camilio aprovechó otro encuentro con 'El Jefe' para reiterarle que si no hacía algo con Minerva Mirabal no se garantizaba el Cibao Central, a lo que Trujillo contestó: 'Hagan lo que sea'".

No hay comentarios:

Publicar un comentario