Las fotos son parte de la memoria. Y cuando se cumplen este sábado 70 años de la rendición de Japón en la II Guerra Mundial, muchas de las imágenes que retrataron el horror que se vivió en esa parte del planeta han comenzado a ser reveladas.
Ya se conocen documentos gráficos del conflicto Sino-Japonés,
que se enmarcó en el contexto de la guerra global, en los que se
retratan decapitaciones y fosas comunes. Pero las nuevas imágenes
ofrecen un toque humano y un lado menos conocido de la historia de aquel
choque bélico que los chinos llaman "la guerra anti japonesa"
(1937-1945).Lea: Día de la victoria sobre Japón: el hombre que salvó a Kioto de la bomba atómica
Durante ese tiempo, las tropas imperiales japonesas invadieron gran parte del actual territorio chino y coreano, y fueron resistidas por batallones chinos que contaban con el apoyo de países como Estados Unidos y Reino Unido.
La inédita serie de fotos pertenecía a los álbumes de varios soldados japoneses que participaron en aquella confrontación.
Y fue Zou Dehuai, un ciudadano chino de 25 años, quien durante algunos viajes a Japón y por eBay adquirió varios de esos cuadernos fotográficos.
"Ahora tengo cerca de 20 álbumes con más de 3.000 fotos de aquella guerra", le dijo Zou a la BBC.
"Para muchos son documentos que no tienen el mayor valor, porque son fotos familiares, pero después de analizarlos con detalle, caí en la cuenta de que algunos de ellos reflejan muchas cosas significativas", añadió.
Alto valor histórico
Zou relató que tenía varios amigos chinos que viven en Japón, quienes buscaron esos álbumes por tiendas y en internet.Muchos de ellos son de Qingdao, una ciudad en la costa oeste de China, que alguna vez estuvo bajo el control japonés y que se encuentra a pocos kilómetros del territorio nipón.
Y en esa búsqueda de imágenes, más allá de los horrores de la guerra, se ha encontrado con documentos que se considera tienen alto valor histórico.
Para él, uno de sus álbumes favoritos es el de un periodista que viajó con el ejército imperial japonés a China.
La ausencia de influencia militar, la reflexión que proponen las imágenes y algunas fotos que son una especie de autorretratos hacen que se destaque por encima de los demás.
Por ejemplo: algunas páginas muestran a mujeres chinas en las calles de Nanjing, una de las ciudades ocupadas por Japón durante la guerra y donde fueron masacrados miles de ciudadanos chinos.
Pero ellas están sonriendo mientras visten sus coloridos qipaos (vestidos tradicionales chinos).
También se puede ver al fotógrafo en otra ciudad, Suzhou, en el sur del país, posando frente a una valla en la que se lee "Maten a todos los bandidos japoneses que nos violan y roban".
Director de colegio
Otro álbum que llama la atención de Zou es el que posiblemente perteneció al director de un colegio y en el que se exhiben fotos que tienen una etiqueta en caracteres japoneses con la leyenda "Prohibido".En una de las imágenes se puede ver al educador en el centro de un grupo de estudiantes y un hombre que lleva una bata que tiene la inscripción de un colegio.
Pero en ese mismo álbum y con la inscripción de "Prohibidas", están las imágenes de cadáveres abandonados en el suelo. Alguien de forma cuidadosa escribió "soldados chinos".
Zou explica que después de la guerra Japón trató de limpiar todo el material que documentara lo que había ocurrido, por lo que muchas fotos fueron etiquetadas como "prohibidas".
Es poco claro cómo el director de un colegio obtuvo esas fotos. Tal vez nunca viajó a China, pero Zou sospecha que coleccionar esas imágenes puede haber sido su manera de participar en la "sagrada causa" de la guerra.
Varios años después
Tampoco se tiene certeza de la forma en que esos álbumes fueron a parar a los estantes de las librerías de segunda mano en Japón.Tal vez, afirmó Zou, para algunas familias estos objetos contenían muchos recuerdos dolorosos o para otros eran simplemente una buena forma de obtener dinero en medio de la fuerte recesión que siguió al fin de la guerra.
Es evidente que Zou no es un historiador pero actualmente trabaja como editor de la sección de historia en un sitio de internet.
Además, uno de sus principales proyectos es la colección de viejas fotos y los testimonios de los sobrevivientes del genocidio camboyano, en el que se presume murieron cerca de dos millones de personas.
Lo más importante a la hora de analizar los detalles de cada álbum es ver si las fotos son auténticas o no.
"No es difícil hacerlo, porque las imágenes tienen muchos detalles que te dicen algo si uno los sabe leer", dijo.
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