domingo, 9 de agosto de 2015

La misteriosa ciudad "Z" del Coronel Fawcett

La misteriosa ciudad "Z" del Coronel Fawcett

La historia de la búsqueda del Paititi recuerda la del coronel inglés Percy Harrison Fawcett, que dedicó años a la exploración y al trazado de las fronteras en el centro casi inexplorado de la selva sudamericana. Eso pasaba a principios del Siglo XX.
Su historia novelesca, un poco como “Indiana Jones”, inspiró a Hergé para una de las aventuras de su famoso Reportero, Tintin.

¡ Un personaje increíble ! 

 

Fawcett
Percy Harrison Fawcett, oficial y explorador (1867-1925) inglés. Después de su servicio en el Ejercito británico en Ceilán, dirigió, en cinco campañas, los trabajos de delimitación de las fronteras de Bolivia (1906-1912). Después del primer viaje en Mato Grosso (1914), se fue a la guerra de 1914-1918, donde ganó sus galones de coronel. Dirigió, entre 1919 y 1925, dos otras expediciones en Brasil en busca de una antigua ciudad megalítica y desapareció en el curso de la segunda.
Estaba convencido, y eso le costó la vida, que algunas grandes ciudades antiguas existían en las selves más lejanas del Brasil. Estas ciudades habían precedido, según el coronel, la cultura inca de la costa occidental y sus constructores habrían venido del este : se trataba, a su modo de ver, de refugiados de tierras absorbidas por el océano. Un tema muy a la moda a este principio de siglo :
“La conexión entre la Atlantida y algunas regiones de la cuenca amazónica”, decía el coronel,”explicaría muchos problemas por otra parte insolubles.”
No podemos naturalmente suscribir a tales hipótesis.
Sin embargo, algunos miembros de expediciones españolas y portuguesas ya indicaron la presencia de no Indios en Centroamérica y en Sudamérica a partir del XVIème siglo. Él mismo Fawcett se había propuesto hablar, durante sus numerosas expediciones, de hombres blancos, quienes, varias generaciones antes, habían construido algunas “grandes ciudades”, que existían siempre en las profundidades de los selves lluviosas.

Fawcett
Tallada en un basalto negro, esta figurina de 25 cm de altura, provenía según Fawcett de una de las antiguas ciudades perdidas de Amazonia...
Varios Indios informaron a Fawcett que algunas de estas ciudades en ruinas siempre estaban habitadas por algunos descendientes de los constructores originales y que muchas tribus salvajes formaban una clase de barrera contra posibles intrusos. El coronel se entrevistó, durante su búsqueda de estas ciudades misteriosas, varios con supervivientes de expediciones idas en busca de tesoros, cuyos camaradas extienden muertes o habían desaparecido. Fawcett desapareció él mismo en la selva amazónica, cerca del río Xingu, en Brasil, en 1925.
Las palabras que pronunció antes de comprometerse en su última expedición podrían servirle de epitafio :
“Que alcanzamos nuestro objetivo y que volvíamos de nuevo, o que había nuestros huesos desecarse al sol, una cosa es cierta. La respuesta de la enigma de la Sudamérica antigua - y quizá del mundo prehistórico -, nos aparecerá cuando estas antiguas ciudades se abran a la investigación científica. Estas ciudades existen, lo sé (...) Yo mismo vi una parte de la una de ellas ; es para eso que me sentí irresistiblemente empujado a darse la vuelta. Los vestigios parecían ser los de un puesto avanzado de una de las grandes ciudades que, se descubrirá estoy convencido, al mismo tiempo que muchas otras si se procede a investigaciones bien organizadas.”
Al fine de su ultima carta, escribida al “Dead Horse Camp”, así nombrado porque su caballo se murió en este lugar a la epoca de su expedición de 1921, el coronel inglés indicaba que esperaba alcanzar el objetivo de sus investigaciones una semana más tarde.
”¡ Cuando volvamos de nuevo, escribía, la historia que diremos deberemos hacer temblar el mundo !''
Pero Fawcett volvió de nuevo nunca. El Eldorado que buscaba debe, quizá, ser aún al fondo de la selva...
”Era un hombre de un valor indomable,” decía él celebra explorador inglés Peter Fleming, que, más tarde, intentó encontrar su rastro para saber si estaba aún en vida,”sus facultades de resistencia estaban extraordinarias. Los insectos, las fiebres, las privaciones, nada lo empezaban”.
Fueron sin ninguna duda estas facultades casi carismáticas de narrador y resistencia sobrehumana que explican el inmenso renombre del coronel, y el número de las tentativas hechas para venir a su ayuda. En realidad, sin embargo, el misterio que rodea el destino de Fawcett no se refiere tanto a la manera en que se murió, ya que hay una docena de explicaciones naturales a eso, que la famosa “ciudad perdida” de sus investigaciones... que no descubrió, probablemente, nunca. La cadena de montañas donde la situaba se reveló inexistente a la cartografía y a la fotografía aérea de la región donde la situaba, es decir el Mato Grosso. Pero eso recuerda otras fotografías...

Dónde inspiró a Hergé para Tintin

Hergé
Esta foto da un ejemplo de inspiración...
Se sabe que a Hergé le gustaba inspirarse en hechos reales para escribir sus famosas “Aventuras de Tintin”... En “La Oreja Rota”, el explorador que se llama "Ridgewell" no es otro que una inspiración del coronel Fawcett, cuyos medios de comunicación, en la época en que Hergé escribió esta aventura, daban cuenta de los viajes...

Tintin
Incorpórese a Tintin en su sitio web oficial : www.tintin.com

El manuscrito portugués

Manuscrito portugués
Primera página del famoso manuscrito portugués, conservado en la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro, Brasil, bajo la referencia MSS 512
¿ De donde Fawcett tenía, sus fuentes ?
De un documento portugués que data del siglo XVIII y que describe esta montaña y una “ciudad olvidada” situada a sus pies. Thierry Jamin encontró el rastro de este manuscrito portugués en 1993. Se conserva actualmente a la Biblioteca Nacional de Rio de Janeiro, en Brasil. Él informa la historia de un aventurero portugués que había emprendido de encontrar, en los años 1740, el rastro de legendarias minas de diamantes, las, dichas, de Muribeca, que se decía perdidas, en alguna parte del fundo del “sertao” brasileño, desde el siglo XVI...

Ver el manuscrito portugués

El continente perdido en el infierno verde amazónico 1906 – 1925

Colonel Fawcett
Última edición francesa de las Memorias póstumas del coronel Fawcett, publicada en 1991 en las ediciones Pygmalion/Gerard Watelet
Las ocho expediciones de Percy Harrison Fawcett, en el centro de la Amazonia, constituyen una de las más extraordinarias aventuras del siglo XX. Coronel de la British Army, prototipo del explorador inglés a la vez visionario y flemático, Fawcett se había jurado -sobre la fe de antiguas crónicas portuguesas y indicaciones de un indicador - encontrar las ruinas de una antigua ciudad de la Atlantida ocultado en las oscuridad de la selva brasileña.
Su descubrimiento, en el suroeste del Mato Grosso, de una inmensa meseta rocosa delimitada de acantilados inaccesibles, debía inspirar a Sir Arthur Conan Doyle su famosa novela fantástica “El Mundo Perdido” (1912), que tiene para marco un macizo montañoso poblado de animales prehistóricos supervivientes del Diluvio...
Fawcett desapareció durante su octava expedición, en circunstancias que siguen siendo misteriosas hasta ahora. Se emitieron las hipótesis más locas. ¿ Termina por descubrir la fabulosa ciudad mégalithique ? ¿ Cayó bajo los golpes de los Indios del Mato Grosso ? ¿ Se volvió el rey blanco de una tribu desconocida ? ¿ Termina sus días, afectado de amnesia, errante a través de la selva virgen ? Numerosos exploradores se lanzaron a su investigación y algunos, a su vez, volvieron de nuevo nunca.
Obra póstuma publicada en 1953 para el hijo del explorador, Brian Fawcett, a partir de sus Diarios y notas, “El Continente Perdido” contiene por otra parte una pasionante (y cocasse a veces) descripción de la vida en los puestos de cosecha de cahoutchou de la selva amazónica al principio del siglo pasado.
Thierry Jamin
Fawcett
Localización general supuesta de la ciudad "Z" de Fawcett en Suramerica

El Manuscrito Portugués de Coronel Fawcett

La historia del manuscrito

Alvarez se fallaba sobre una tierra desconocida, quién iba a convertirse en más tarde el Brasil. Unico superviviente del naufragio, se encontró solo frente a los terribles salvajes caníbales Tupinambas. Fue salvado por milagro gracias a una joven India quién cayó enamorada de él. Se casaron juntos.
De esta unión nació un niño, Melchior Dias Moreya, que vivió la mayor parte de su vida con los Indios. Él mismo tuvo un hijo, Roberio Dias, que, mientras que había aún un joven hombre, conocía bien las minas de oro y piedras preciosas de su padre.
Hacia 1610, Roberio Dias se volvió ante el rey de Portugal, Dom Pedro II, con el fin de suministrarle los secretos de las minas de su padre a cambio de un título de nobleza : Marqués das Minas...
Pero el rey no lo oyó de esta oreja y, por codicia, lanzó a Roberio Dias en prisión. Este último, negándose a suministrar su secreto hizo dos años, antes de morir en 1622. No se descubrió nunca el secreto de las minas.
Durante años, expediciones pegaron el país para intentar de encontrar el rastro de estas minas fabulosas. En los años 1740, un aventurero portugués, cuyo nombre se ignora, fue a su investigación y informó de un extraño relato inscrito en un manuscrito de una decena páginas.
Despues de un interminable viaje, que duró de numerosos años, este Portugués descubrió los restos de una ciudad grandiosa, al pie de una cadena de montañas, al oeste de la cuenca amazónica. Una descripción detallada de la ciudad y la reproducción curiosas de “inscripciones hieroglíficas” se inscribe en este informe, redactado por el autor mismo del viaje, a la atención del virrey del Brasil, Dom Luis Peregrino de Carvalho Menezes de Athayde.
Los detalles contenidos en este manuscrito, parcialmente destruido, sobre la ciudad supuestamente visitada, así como sus alrededores, son muy curiosos : ¡ como en la zona de las pirámides, los vestigios descritos se elaboraban a la sombra de un macizo montañoso -que no podía ser sino una precordillera !-, orientados igualmente, sureste noroeste ; un río, una selva ininterrumpida, la presencia de Indios feroces son común a las dos zonas. Por a otra parte, el autor anónimo describe “grandes bloques armados por juntas sin mortero”, lo que es característico de la arquitectura andina. Es necesario destacar también las precauciones tomadas por éste, con el fin de no hacerse situar por posibles habitantes de la ciudad, o por, dicho, una guarnición española. Lo que muestra que el aventurero pensaba ser muy cerca del imperio colonial español... y en consecuencia cerca de Perú.
Estos índices parecen demostrar una interpretación errónea de Fawcett, que buscó esta ciudad, a nuestro modo de ver, insuficientemente al oeste del Mato Grasso. El informe describe también “murallas cubiertas con malas hierbas”, de “templos inmensos”, etc.
¿ Resumidamente, la ciudad de Fawcett no era Paititi ? El futuro lo dirá quizá...

Cargue a distancia las páginas del manuscrito

Se titula este documento portugués, cuyo rastro encontramos en Río en 1993, se data de 1753 y "Relaçao historica de huma occulta e grande provoaçao antiguissima sum moradores que se descubrio anno de 1753", o sea, en español, “Relación histórica sobre un bien ocultado y antiguo hábitat urbano y sus descendientes, que se descubrieron en 1753”.
En exclusividad, he aquí las páginas de este fabuloso manuscrito. Si hablan el portugués, Ustedes pueden cargarlo a distancia gratuitamente presionando aqui : ¡ Pulse aquí !
Fawcett
Itinerarios de las diferentes expediciones de Fawcett en Brasil, sobre los rastros de la ciudad "Z" (1908 - 1925)
© Thierry Jamin, 1998-2015 |
 http://www.granpaititi.com/index.php?id=131&lang=es#haut

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