Benedicto Cuervo Álvarez
Otromundoesposible, España. Investigador Latinoamericanista en Historia y Geografía Latinoamericana (REDIAL y CEISAL).
Otromundoesposible, España. Investigador Latinoamericanista en Historia y Geografía Latinoamericana (REDIAL y CEISAL).
2 de agosto de 2015
http://www.otromundoesposible.net/construyendo-latinoamerica/la-catedral-metropolitana-de-la-ciudad-de-mexico
La catedral metropolitana de la ciudad de México
La Catedral Metropolitana de la Ciudad de
México está ubicada en la Plaza de la Constitución, en el centro
histórico de la Ciudad de México. Tiene unas medidas aproximadas de 59
metros de ancho por 110 de largo y una altura de 60 metros hasta la
cúpula. Es también una de las principales obras del arte mexicano, y se
considera entre las más sobresalientes de todo el arte hispanoamericano.
Construida en piedra de cantera gris,
está dedicada a la Asunción de la Virgen María y es la iglesia principal
de la Archidiócesis Primada de México. Se tardó unos tres siglos en dar
por finalizada totalmente su construcción de ahí la gran variedad de
estilos arquitectónicos que podemos contemplar.
Obra máxima de la arquitectura colonial
en el continente americano, la Catedral Metropolitana de la Ciudad de
México se erige majestuosa, en el Zócalo capitalino como la catedral más
grande de Latinoamérica y uno de los templos más emblemáticos de la
cristiandad en el mundo. Podríamos decir que esta magna obra
arquitectónica coincide con el inicio de la colonización española en el
virreinato de Nueva España hasta el inicio de la independencia de México
y es un buen ejemplo de las enormes y costosas obras realizadas por los
españoles, en el Nuevo Mundo, de carácter artístico cultural que hoy en
día siguen causando admiración al gran número de naturales y
extranjeros que visitan estos monumentos históricos.
LA FUNDACIÓN DE LA CATEDRAL Y SU CONSOLIDACIÓN: SIGLOS XVI Y XVII.
Antes de la llegada de los españoles la
ciudad mexica de Tenochtitlán contaba con un recinto sagrado donde se
ubicaba el Templo Mayor, también conocido como Huey Teocalli. La
estructura urbana de Tenochtitlan tenía su epicentro en el Recinto
Ceremonial, en torno al Templo Mayor, del cual partían las calzadas que
se dirigían a las otras ciudades. En este sitio se rendía culto a dos
dioses simultáneamente: a Huitzilopochtli, dios de la guerra y de la
muerte, y a Tlaloc, dios de la lluvia y de la agricultura. Este Templo
representaba el edificio más representativo e importante de la ciudad.
La base piramidal estaba compuesta por cuatro cuerpos en inclinación,
con un pasillo entre cada uno, construidos sobre una gran plataforma que
medía aproximadamente 80 x 100 metros. Tenía dos escalinatas que se
dirigían a la parte superior de la construcción, donde se encontraban
las “capillas” de cada Dios (uno a la derecha: Tláloc, y otro a la
izquierda: Huitzilopochtli. (1)
Tres años después de concluida la
conquista, en 1524, Hernán Cortés mandó construir una iglesia en el
lugar donde se situaba el Templo Mayor azteca, aprovechando material de
los templos aztecas (especialmente las piedras que habían formado parte
del Templo Mayor). Este acto tenía un gran significado simbólico al
situarla en el cruce de las calzadas que, desde los cuatro puntos
cardinales, conducían al centro espiritual de la capital azteca. Siete
años después un viajero declaraba que no había en Europa ciudad superior
a la capital del nuevo reino, tanto por su belleza como por su buen
gobierno y contento de sus habitantes. Esta iglesia fue convertida en
catedral por Carlos V y el papa Clemente VII según la bula del 9 de
septiembre de 1534 y nombrada metropolitana por Paulo III en 1547. (2)
A principios del año 1563 se trabajaba
ya en la obra de los cimientos de la catedral. Esta obra, reproducida en
el llamado Códice Osuna que lleva fecha de 1564, coproduce el trabajo
de los indios para hacer los cimientos del gran templo. De acuerdo a lo
que señala este documento, los indios no recibieron el pago
correspondiente a toda esta obra, tanto en lo que al trabajo concierne
como a la entrega de materiales usados en la construcción. (3) En un
principio, siguiendo las ideas del arzobispo Montúfar, se pensó edificar
una gran iglesia de siete naves semejante a la catedral de Sevilla no
obstante no se llevó a cabo por motivos económicos. Esta iglesia seguirá
la misma orientación de la catedral vieja, es decir, de oriente a
poniente, y así, los cimientos formaban una gran faja en dicha dirección
y el templo tendría el ábside hacia el palacio virreinal y las puertas
principales hacia el poniente, a la placera del marqués. (4)
Es indudable que este cimiento fue
terminado, pues aparece en el plano del centro de la ciudad de México,
que debe ser fechado entre 1562 y l565, en forma de un rectángulo
perfecto que ostenta el rótulo “El cimiento de la iglesia”. (5) La
muerte de don Luis de Velasco, la llegada del visitador Valderrama, los
graves acontecimientos políticos ocasionados por la supuesta rebelión
del marqués Del Valle y además el cambio de ideas en el señor Montúfar,
hicieron que la obra se suspendiese del todo. Los cimientos quedaron
abandonados.
Así, Alonso de Zorita dice al respecto:
“El cimiento que primero se había hecho para ello costó ochenta mil
pesos y se dejó por no se poder proseguir por aquella orden a causa del
agua, que no se podía agotar aunque a confina andaban trabajando en ello
con sus biombos, y se mudó a otra parte y se hace de estacada el
cimiento por una orden sutil y de buen ingenio con que se hincan las
estacas y todas quedan parejas a raíz del agua y de ahí adelante sobre
la haz de la tierra hacen un plantapié de argamasa que toma todo el
edificio de la iglesia, porque con el peso se sumen los edificios de la
laguna y quede que se podrá sumir (sic), y también porque no lleguen los
cuerpos de los difuntos en las sepulturas al agua”. (6)
Un documento, de 1570, nos indica que el
virrey don Martín Enríquez convocó a una junta de oidores y autoridades
eclesiásticas para tratar lo que convendría hacer para el edificio de
la iglesia, “E porque pareció que en la parte e lugar donde se había
comenzado a plantar y sacar cimientos no es tan cómodo como conviene, a
causa del perjuicio que podrían recibir las casas reates e calle
principal que viene del hospital del Amor de Dios a la plaza mayor de
esta ciudad, e por otros inconvenientes muy notorios, se acordó que se
plante y edifique en el lugar donde están los portales que llaman de
Lerma, tomando (de) la plaza pequeña que está delante de las casas del
marqués del Valle, lo que pareciere ser necesario a disposición de su
Exa. e de esta Real Audiencia, Norte Sur, poniendo la puerta del Perdón
hacia la plaza mayor y el campanario a la cabezada de la dicha iglesia
que se hubiere de hacer, e que sea de tres naves claras y a los lados de
ellas sus capillas colaterales y que todo se cubra de madera. Y en
cuanto a los cimientos que se han de sacar se nombrarán oficiales
expertos y hábiles que lo vean y den su parecer para que conforme a lo
que de ello resultare, se provea en ello lo que más convenga.” (7)
Este documento nos aclara por completo
el origen de nuestro templo: se abrieron en un principio los cimientos
en dirección oriente poniente, la que tenía la catedral antigua. En
dichos cimientos se desplantó la iglesia de siete naves a semejanza de
la de Sevilla, mas como eso era difícil de realizarse y había obstáculos
para conservar la primitiva traza, se volvieron a hacer cimientos que
seguían una dirección norte sur y sobre ellos se desplantó la actual
iglesia con su puerta del Perdón a la plaza, de tres naves con dos
colaterales de capillas.
En otro documento, de esa misma época,
aparece el dictamen de los maestros arquitectos para la cimentación de
la obra. Primero dictamina Alonso Ruiz, maestro de cantería, vecino de
la ciudad de los Ángeles; en seguida dan su opinión Miguel Martínez,
obrero de las casas reales, Juan Sánchez, Juanes de Ibar y Ginés Talaya.
El dictamen del primero tiene fecha de 13 de marzo de 1570 y el de los
otros data de dos días después. Sustancialmente están de acuerdo todos y
dicen: “Nos parece que el pavimento de todo el edificio comprendiendo
vacuas y macizos se saca de una masa y estructura de su mezcla y piedra
crecida desde la superficie del agua hasta un estado sobre el suelo de
la plaza, estacándolo por debajo con sus estacas gruesas y espesas hasta
ponerla en lo más fijo y sobre esta dicha cepa se erigirán sus
cimientos crecidos de dos varas de medir de alto para los enterramientos
y sepulturas que ha de haber en la dicha iglesia y de allí empezará a
despedir el edificio fuera de la tierra porque de allí para abajo queda
por cepa y carcañal del edificio.” (8)
Es indudable que se aceptó la opinión de los maestros de arquitectura y los cimientos se hicieron conforme a sus indicaciones.
Sobre aquella plataforma que presentaba
ya el sólido aspecto de una nueva tierra, se desplanta el templo y se
coloca con toda solemnidad la primera piedra. El virrey de Nueva España,
don Martín Enríquez de Almanza, debe haber tomado gran empeño en la
obra, pues desde el 12 de septiembre de l571 escribe a la Corte una
carta en que se refiere a las obras de la catedral de México: el 29 de
marzo de 1574 vuelve a dirigirse en otra carta tratando también de las
obras de la Catedral de México y lo mismo el 23 de septiembre de 1575 y
el 25 de marzo de 1576. Si conociésemos el texto de dichas cartas
podríamos apreciar el estado en que se encontraba la obra, por más que
lo suponemos, pues levantados los cimientos se seguía trabajando en ella
y en el año 1580 informa sobre la construcción el conde de Coruña. El
año siguiente, l581, vuelve a escribir y su carta cuyo texto conocemos
nos da la siguiente información: “Yo he visitado la obra nueva de la
iglesia catedral que V. M. manda hacer en esta ciudad y están sacados
los cimientos poco más de la haz de la tierra, y según va elegido parece
que durará hasta acabarse más de cuarenta años”. (9)
En cuanto a los gastos que supone la
realización de esta obra, existe una carta dirigida por parte del
Arzobispo al rey Felipe II en la que le comenta acerca de los gastos de
dicha renovación que “aunque cuesta dineros, es tan necesario lo hecho y
tan a gusto del pueblo y ornato de la plaza y ciudad, que aunque en
ello se gastase lo que Vuestra Majestad tiene aplicado para la iglesia
nueva de dos y tres años (…).” (10)
En ese mismo año de 1585 se trabajaba ya
en la obra de las capillas: se habían hecho por lo menos dos
encasamentos hacia el lado del oriente, es decir, los nichos que existen
en las capillas contiguas a la sacristía, los cuales todavía pueden
verse y servían de altares en dichas capillas. Era obrero mayor de la
fábrica el capitán Melchor Dávila hasta 1584, en que murió, y maestro
mayor Claudio de Arciniega (11). Podemos citar hasta los nombres de los
canteros que trabajaban en la obra: las capillas las labraba Juan
Arteaga y los encasamentos Hernán García de Villaverde, que además
trabajaba en los pilares torales cuyas medias muestras esculpía Martín
Casillas.
El plano de la ciudad de México que nos
muestra el centro de la capital en 1596, nos enseña cómo la obra iba ya
bastante adelantada para poder ser reproducidos los fustes de las
columnas y las jambas de las puertas.
Desde 1573 a 1615 se habían levantado
los muros que circunscriben el templo a más de la mitad de su altura,
así como los que separan las capillas; faltaban los de la fachada
principal. Estaban construidos todos los pilares, algunos hasta los
capiteles y otros a su segundo tercio y se habían cerrado ocho bóvedas:
dos sobre los vestíbulos de las puertas del lado del norte, dos sobre la
sala capitular y cuatro sobre las capillas inmediatas, en cada nave, a
la sala capitular y sacristía. Sariñana nos dice al respecto que: “En el
espacio de cuarenta y dos años, desde 1573 hasta 1615, se acabaron los
cimientos (…) levantáronse los muros de toda la circunferencia del
templo a más de la mitad de su altura; las paredes transversales de las
capillas y las columnas, algunas hasta los capiteles y otras hasta los
últimos tercios y se cubrieron de bóvedas de lacería (…) los vestíbulos o
entradas que corresponden a las puertas colaterales de la capilla
Mayor, que llaman de los reyes; la sala capitular y las cuatro primeras
capillas, dos por banda”. (12)
Tras décadas de trabajos en su interior
en 1623 se concluye la construcción de la Sacristía, espectacular
recinto que alberga diversos tesoros religiosos y pinturas murales de
los dos pintores más sobresalientes de la Nueva España, Juan Correa y
Cristóbal de Villalpando. Cuarenta y cuatro años después se concluye
todo el interior de la Catedral, inaugurándose el 22 de diciembre de
1667. (13)
Las trazas de la catedral de México son
obra del arquitecto de origen español Claudio de Arciniega. La planta
del edificio, que podría inscribirse en un rectángulo de enormes
dimensiones, se divide en sentido longitudinal en tres naves más dos de
capillas hornacina y en sentido transversal en nueve tramos más la nave
del crucero. El único elemento que sobresale al exterior es el ábside de
la capilla de los Reyes. El alzado está compuesto de pilares de
columnas y cubierta abovedada. Este planeamiento sirvió de modelo no
sólo a las restantes catedrales mexicanas, sino para otras muchas de la
América hispana hasta fines del s. XVIII.
La Catedral Metropolitana de México
posee una planta en forma de cruz latina con tres puertas principales
hacia el Zócalo capitalino, siendo la del centro una puerta jubilar que
sólo es abierta en ocasiones especiales. El recorrido se realiza a
través de un deambulatorio que rodea el coro y el área de feligreses, en
torno al cual se ordenan perimetralmente 14 capillas con diversas
advocaciones así como los altares principales. Sus fachadas exteriores
del s. XVII son imponentes. (14)
Uno de los elementos más destacados del
interior es el coro, ricamente ornamentado en estilo barroco, con dos
órganos monumentales y mobiliario proveniente de las colonias asiáticas
del Imperio español, destacando la sillería y el facistol, provenientes
de Macao y Filipinas respectivamente.
LA CATEDRAL METRÓPOLITANA EN SU ESPLENDOR Y LA CONSTRUCCIÓN DEL SAGRARIO METROPOLITANO (S. XVIII)
Mención especial requiere el retablo de
los Reyes y la Capilla Real del arquitecto Jerónimo de Balbás,
(realizados a principios del s. XVIII) (15) que, situados detrás del
altar principal, muestran una fantasía barroca de columnas estípites
recubiertas por chapa de oro que sirven de marco a diversas obras
pictóricas con temática referente a distintos reyes y reinas que, por
sus actos, fueron elevados al grado de santidad. Otro retablo destacado
es el de Altar del Perdón, que ubicado en la nave central, frente al
acceso de la Puerta Jubilar, está realizado en un rico estilo herreriano
y que alberga uno de los más importantes objetos de devoción del
templo, el Cristo del Veneno. (16)
Pocos años después de haber finalizado
su obra Jerónimo de Balbás, se construirá el denominado Sagrario
Metropolitano en el costado oriental de la Catedral de México,
probablemente, con la fachada churrigueresca mejor ejecutada en
Iberoamérica que contrasta con el austero interior que sirve como
parroquia para distintas celebraciones. (17)
Este edificio construido entre 1749 y
1768 es obra del arquitecto Lorenzo Rodríguez. Su fachada se inspira
visiblemente en edificios españoles. Procedente de Andalucía, el
arquitecto Lorenzo Rodríguez (1704-1774) introdujo en América Central la
suntuosa decoración de las fachadas habituales en las regiones ibéricas
del sur. Inspirándose en formas arquitec tónicas autóctonas, enriqueció
todavía esta ornamentación, añadiéndole una superabundancia de detalles
que resulta un tanto ajena a la arquitectura española.
De estilo barroco estípite en su
exterior y neoclásico al interior, su fachada fue elaborada en tezontle
rojo y cantera blanca. ¡No hay espacio en el Sagrario que no haya sido
trabajado!. La decoración incluye repisas de nichos de caprichosas
formas, paños flotantes e innumerables querubines En sus dos portadas se
aprecian esculpidos a los 12 apóstoles, así como a una corte celestial
compuesta por jueces, mártires, profetas, patriarcas, santos, arcángeles
y la Virgen María.
En su portada principal, es posible
admirar las figuras de los 12 apóstoles que acompañaron al hijo de Dios
durante tres años en su pregonar en Judea, y que 11 de ellos le
sobrevivieron para difundir su palabra. Junto con la figura de ellos,
está la efigie de San José, patrono de la Nueva España. (18)
La fachada lateral está dedicada a San
Pedro, San Pablo y los cuatro evangelistas y situado en un nicho aparte
está la estatua de San Juan Bautista. Las dos portadas están adornadas,
además, por una corte celestial de jueces, mártires, profetas,
patriarcas, santos, arcángeles y la Virgen María.
Su diseño interior está inspirado en el
estilo arquitectónico hispano- musulmán, pero la decoración abigarrada
de sus fachadas es típico del arte tradicional mexicano. (19)
La planta del Sagrario Metropolitano es
en forma de cruz griega, su interior está dividido en trece tramos
rematados en su parte central por una cúpula de doce paños. El
tratamiento decorativo exterior, cuenta con acusada ornamentación
central al modo de un tapiz tallado en piedra de Chiluca y rodeada de
muros de tezontle rojo recortados en formas mixtilíneas.
El Sagrario Metropolitano, enfrentó
incendios y terremotos que terminaron con algunos de sus altares, como
fue el mayor de la autoría de Pedro Patiño. (20)
Las torres de la Catedral Metropolitana
de México se construyeron entre 1787 y 1791. Tienen una altura de entre
64 y 67 metros y están rematadas en forma de campana que termina con una
esfera coronada por una cruz. Entre las dos torres cuentan con espacio
suficiente para albergar 56 campanas aunque, a día de hoy, son treinta
las que se han colocado. (21)
FINALIZACIÓN DE LAS OBRAS DE LA CATEDRAL MEXICANA Y PRIMERAS REPARACIONES (SS. XIX Y XX)
El exterior de la catedral no se
finalizó hasta 1813 cuando tras siglos de trabajos, es designado el
arquitecto valenciano Manuel Tolsá para diseñar y concluir las fachadas y
campanarios. A él se deben las esculturas de la Esperanza, la Fe y la
Caridad de la portada principal y la cúpula del transepto. (22)
El tambor de la cúpula es octogonal y se
desplanta sobre una cúbica cuyos ángulos ostentan balaustradas a la
parte exterior de las pechinas. El tambor es una estructura sostenida
por pilastras jónicas cada dos a cada extremidad de los lados del
octágono que lo forma y al centro se ven columnas del mismo orden con
los fustes lisos, que forman las ventanas de la cúpula. Sobre los
capiteles jónicos de pilastras y columnas corre un entablamiento cuyo
friso se realza en el cerramiento de cada ventana para soportar un
curvilíneo rematado por cartelas con escudos pontificios. Arriba de las
columnas hay remates, al lado frontones, que ostentan flameros, y
sirven las balaustradas que rematan el tambor. (23)
En
los últimos años se han realizado trabajos de recimentación debido a
que fue construido sobre el lecho del lago y la desecación del mismo
terminó por desnivelarlo y eso lo puso en riesgo.
El proyecto de rehabilitación de la
Catedral Metropolitana comenzó en 1995 finalizando recientemente sus
trabajos. Esta rehabilitación estuvo a cargo de la Secretaría de
Desarrollo Social y fue encabezado por el arquitecto Sergio Zaldívar
Guerra, Director General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Nacional,
de la misma secretaría. A raíz de este proyecto surgió una nueva línea
de investigación en el Instituto de Ingeniería que se dedicó a estudiar
distintos aspectos de la seguridad estructural de las construcciones
antiguas. Lamentablemente tanto la Catedral Metropolitana como el
Sagrario Metropolitano fueron cimentadas sobre suelos deformables y esto
ocasionó hundimientos importantes ya que, en dicho suelo, había mantos
acuíferos, lo que provocaba los hundimientos.
Hoy en día se han reducido en cerca de
un metro los hundimientos diferenciales en los cimientos de la Catedral
Metropolitana que existían al iniciar el proyecto, los cuales eran de
2,4 m y estaban ocasionando que los feligreses temieran entrar al
recinto ya que en cualquier momento se podía dar un colapso. Por otra
parte, los distintos estudios experimentales y analíticos han permitido
tener una apreciación más clara de las condiciones de seguridad y de los
aspectos que son más críticos para la estructura, en particular la
seguridad de las columnas. Por lo tanto las tareas que se realizaron
para mejorar algunos problemas que afectan la seguridad de la Catedral
Metropolitana de la Ciudad de México han consistido en corregir una
parte importante de los enormes hundimientos diferenciales que ha
sufrido la Catedral desde los inicios de su construcción ya que, hoy en
día, una parte importante ha tolerado significativos hundimientos
teniendo como consecuencia el ablandamiento de sus columnas, así como
pérdidas de materiales religiosos. Ya terminada la corrección de los
hundimientos, se modificaron las características del subsuelo, en
previsión de los siniestros que se presenten. Durante las operaciones de
restauración a la Catedral se tomaron las medidas para evitar que los
movimientos de la construcción produjeran daños en su estructura,
teniendo en cuenta también los efectos sísmicos y se recalcó que a menos
que se incrementen significativamente los daños con algunas
modificaciones no habría problemas graves de un desplome en el futuro.
(24)
Tras varios años de obras, al haber
estado en peligro de hundimiento, la Catedral Metropolitana ha recobrado
su esplendor original. En especial destaca la reciente restauración del
Altar de los Reyes como parte de un convenio entre México y
España. (25)
Notas bibliográficas.- blogspot.com.es
- blogspot.com/2014/12/catedral-metropolitana.html
- Chávez Orozco, Luís: Reproducción facsímil del Códice Osuna. Madrid. 1878.
- smig.org.mx/cimientos-de-la-catedral-de-la-ciudad-de-mexico y www.enciclopediacohistcultiglesiaal.org/diccionario/…/CÓDICE_OSUNA
- Gutiérrez, Diego: Americae sive quartae orbis partis nova et exactissima descriptio (1562)
- De Zorita, Alonso: Relación de la Nueva España. México. 1942.
- Documento fechado en la ciudad de México, el 15 de febrero de 1570.
- catedralmetropolitanademexico.mx/apps/publications/info/?a..
- smig.org.mx/cimientos-de-la-catedral-de-la-ciudad-de-mexico
- Carta al rey del Arzobispo de México, gobernador de Nueva España, don Pedro Moya de Contreras, sobre asuntos de gobierno. México, 22 de enero de 1585. Archivo de Indias. Papeles de Simancas. Est. Caja.4. Leg.1.
- Cuesta Hernández, Luis Javier: Arquitectura del Renacimiento en Nueva España. Claudio de Arciniega. México. 2009.
- Sariñana, Isidro: Noticia breve de la solemne, última dedicación del templo metropolitano de México. México. 1668.
- ciudadmexico.com.mx/atractivos/catedral.htm
- Taussaint, Manuel: La Catedral de México y el Sagrario Metropolitano. México. 1973. Compendio de artículos que tratan la obra de Manuel Taussaint titulado: “Manuel Toussaint: Su proyección en la historia del arte mexicano”. UNAM. 1992.
- arquba.com/arquitectos/jeronimo-de-balbas-biografia-y-obras/
- Salvat, Juan: Las cien maravillas. Enciclopedia Salvat. Tomo VI, pág. 163. Navarra. 1981.
- VV.: Enciclopedia del Arte Garzanti. Barcelona. 1991. Azcárate Ristori, José Mª de; Pérez Sánchez y otros: Historia del Arte. Madrid. 1983.
- Gualdi, Pedro: Monumentos de México. México. 1981.
- blogspot.com
- oem.com.mx/oem/notas/n1080805.htm
- Gutiérrez Quiroz, Vanessa: México en su máxima expresión arquitectónica. Puebla. 2013. ciudadmexico. com. mx/atracti vos/catedral.htm
- Almeida Vives, Francesc: El arquitecto y escultor valenciano Manuel Tolsá. Madrid. 1950. Damián Bayón: El arte de México de la colonia a nuestros días. Barcelona. 1991.
- Taussaint, Manuel: La Catedral de México y el Sagrario Metropolitano. México. 1973. catedralmetropolitanademexico. mx/apps/publications/info/
- Meri Piralla, Roberto y Sánchez Ramírez, Abraham: Rehabilitación de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México. 1999.
- http://www.ciudadmexico.com.mx/atractivos/catedral.htm http://www.ccemx.org/descargas/files/Memoriaderevitalizacion.pdf
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