Mayor General Pupo Román, solitario, escucha atento las acusaciones que le formula el tribunal militar en San Isidro.
Mayor General Pupo Román, solitario, escucha atento las acusaciones que le formula el tribunal militar en San Isidro.
TEXTO DEL INTERROGATORIO REALIZADO POR RAMFIS TRUJILLO AL GENERAL PÚPO ROMÂN EN SAN ISIDRO, LUEGO DE LA MUERTE DEL TIRANO
General Román: "Hace cosa de cinco meses, estando yo en mi finca, se presentó en ella Luis Amiama Tió. Me preguntó como iban las cosas del trabajo en mi propiedad. Le contesté que estaba endeudado con el Banco Agrícola, ya que había tomado prestado una gran cantidad de dinero para sembrar yerba para el ganado.
TEXTO DEL INTERROGATORIO REALIZADO POR RAMFIS TRUJILLO AL GENERAL PÚPO ROMÂN EN SAN ISIDRO, LUEGO DE LA MUERTE DEL TIRANO
General Román: "Hace cosa de cinco meses, estando yo en mi finca, se presentó en ella Luis Amiama Tió. Me preguntó como iban las cosas del trabajo en mi propiedad. Le contesté que estaba endeudado con el Banco Agrícola, ya que había tomado prestado una gran cantidad de dinero para sembrar yerba para el ganado.
El Mayor General Pupo Román ante el Consejo de Guerra de las Fuerzas Armadas, que lo "juzgó". Presidido por el General Agustín Raúl Plúyer Trujillo
Entonces él (Amiama) me dijo que no fuera tonto, pues con el rango que yo tenía debía ser millonario.
Me dijo que tenía el encargo de participarme de parte de Juan Tomás Diaz, que un grupo estaba preparándose para secuestrar al jefe, y que yo era la persona señalada para presidir la junta civico-militar que ellos formarían.
Por otra parte, me aseguró que estaban en contacto con el gobierno norteamericano a través de un agente del CIA, quien se hacia pasar como propietario de un supermercado y que los norteamericanos habían dado su reconocimiento para que yo fuera el próximo presidente.
Le dije a Luis Amiama que necesitaba unos dias para pensarlo. Quince días más tarde, en una fiesta, me encontré con Juan Tomás Diaz, quien me dijo: te felicito.
Al preguntarle yo el por qué, me respondió que seria yo el próximo presidente del país, pues el había estado hablando con Jack Benneti, cónsul norteamericano éste le había dicho que el departamento de Estado había aceptado mi candidatura.
Cuando salí a conversar con Luis Amiama Tió, este me mencionó el plan para matar al generalísimo, a lo que yo me opuse. Me comprometí a actuar cuando me entregaran a Trujillo capturado.
Con mucho tiempo de antelación, fui realizando cambios en el seno de las Fuerzas Armadas partiendo de hombres de mi confianza en puestos claves, aunque ninguno de ellos tenía idea del por qué de los cambios.
Me dijo que tenía el encargo de participarme de parte de Juan Tomás Diaz, que un grupo estaba preparándose para secuestrar al jefe, y que yo era la persona señalada para presidir la junta civico-militar que ellos formarían.
Por otra parte, me aseguró que estaban en contacto con el gobierno norteamericano a través de un agente del CIA, quien se hacia pasar como propietario de un supermercado y que los norteamericanos habían dado su reconocimiento para que yo fuera el próximo presidente.
Le dije a Luis Amiama que necesitaba unos dias para pensarlo. Quince días más tarde, en una fiesta, me encontré con Juan Tomás Diaz, quien me dijo: te felicito.
Al preguntarle yo el por qué, me respondió que seria yo el próximo presidente del país, pues el había estado hablando con Jack Benneti, cónsul norteamericano éste le había dicho que el departamento de Estado había aceptado mi candidatura.
Cuando salí a conversar con Luis Amiama Tió, este me mencionó el plan para matar al generalísimo, a lo que yo me opuse. Me comprometí a actuar cuando me entregaran a Trujillo capturado.
Con mucho tiempo de antelación, fui realizando cambios en el seno de las Fuerzas Armadas partiendo de hombres de mi confianza en puestos claves, aunque ninguno de ellos tenía idea del por qué de los cambios.
El Mayor General Pupo Román es conducido esposado al Consejo de Guerra. Figuran además en la foto, Clodoveo Ortíz, Marino González Roa, el Teniente Coronel Piloto Tejera López y Elías Wessin y Wessin.
Era algo bastante complicado y tenía que
estar muy bien hecho. Sin embargo, no tenía conocimiento de cuando iba a
efectuar la captura del jefe, por consiguiente, fui el primer
sorprendido cuando me enteré de su muerte, pues lo que yo esperaba era
su captura para expulsarlo del país, donde la situación, a causa de las
sanciones diplomáticas y económicas, era ya insostenible.
La ultima vez que ví a Luis Amiama Tió fue el día de mi cumpleaños, en el cual celebré una fiesta en mi finca."
A pesar de que ya no había lugar a dudas en torno a los vínculos de Pupo Román con los tiranicidas, el gobierno procedió con cautela y no fue hasta el lunes 5 de junio de 1961, dos días después del sepelio de Trujillo, cuando se le invitó a una reunión en la base aérea de San Isidro. Una vez allí, fue formalmente acusado de participar en la conspiración y puesto bajo arresto. Esa misma noche, recuerda Tomás Báez Díaz, en la cárcel de el 9, se efectuó una inusitada reunión, convocada por Ramfis, a la que asistieron numerosos miembros de la familia Trujillo para presenciar un careo entre Pupo, Modestos Díaz y otros conjurados.
Se dice que Pupo, en principio, trató de sortear la situación negando sus nexos con la conspiración, pero como su suerte ya estaba sellada, al cabo de varias horas de intensos interrogatorios y espantosas torturas, terminó por admitir los hechos que se le imputaban. Según un comunicado de las fuerzas armadas, Román fue acusado del grave delito de traición, destituido del cargo que desempeñaba y sustituido por el General Santos Mélico Marte. Fue despojado de su alto rango militar y sometido a un juicio que debía ser conocido por el Consejo Permanente Superior de Guerra de las Fuerzas Armadas.
Su familia, por parte de los Román, fue víctima de persecuciones y vejámenes. Su hermano, Ramón Román Fernández (Bibín), fue hecho preso y sometido a inclementes torturas, mientras que sus hijos, Álvaro y José René, fueron mantenidos en prisión durante varios días, pero sus parientes por la rama Trujillo, lograron sacarlos de la cárcel y al cabo de pocos días, pudieron salir del país con destino a los Estados Unidos en compañía de su madre y sus tres hermanas.
El comunicado de las fuerzas armadas en el que se anunció que Román Fernández sería sometido ante los tribunales militares de la República decía lo siguiente:
" la jefatura del Estado Mayor General conjunto de las Fuerzas Armadas hace de conocimiento público que el ex Mayor General José René Román Fernández ha admitido su complicidad en el atentado contra la vida del Generalísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo Molina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva. En vista de esta circunstancia, el ex Mayor General Román Fernández será sometido ante los tribunales militares de las fuerzas armadas, acusado del grave delito de traición.
Al mismo tiempo se hace saber que ningún otro oficial de las Fuerzas Armadas tenía conocimiento de los planes del ex Mayor General Román Fernández, pues éste, según ha confesado, saldría a reducir como supuesto Salvador de la situación que se crearía una vez desaparecido el líder del pueblo dominicano"
El Consejo de Guerra fue ventilado el sábado 17 de junio en la base aérea de San Isidro, con la asistencia de numerosos oficiales de las diferentes instituciones castrenses. El Consejo permanente superior de Guerra de las Fuerzas Armadas estuvo presidido por el general de brigada Agustín Raúl Plúyer Trujillo, Ejército Nacional, al que Ramfis escogió para que dirigiera el juicio, empenzó a las 8:30 de la mañana. Al cabo de varias horas, el acusado, naturalmente , fue declarado culpable y sentenciado a 30 años de prisión. Cinco días después, un escueto comunicado oficial, dado a la luz pública, decía:
"La jefatura del Estado Mayor General conjunto de las Fuerzas Armadas hace del conocimiento general, que en fecha 17 del mes en curso, este Consejo juzgó al ex Mayor General José René Román Fernández, por el grave delito de traición, siendo encontrado culpable"
De acuerdo con la sentencia el general Román Fernández debía cumplir la pena en la cárcel de La Victoria, adonde, dicho sea de paso, nunca fue enviado.
Posteriormente, Ramfis Trujillo, afirmaría que, en esas coyunturas, no había tiempo para "ser muy legalistas" y que como "militar de alta graduación, culpable de traición, atentado, encubrimiento y asesinato, no tenía otra alternativa que el fusilamiento" .
El Consejo de Guerra fue, pues, una farsa montada por las fuerzas armadas y el gobierno bajo la jefatura del binomio Ramfis Trujillo -Joaquín Balaguer.
Texto: Libro Trujillo, el Tiranicidio de 1961 de Juan Daniel Balcácer
La ultima vez que ví a Luis Amiama Tió fue el día de mi cumpleaños, en el cual celebré una fiesta en mi finca."
A pesar de que ya no había lugar a dudas en torno a los vínculos de Pupo Román con los tiranicidas, el gobierno procedió con cautela y no fue hasta el lunes 5 de junio de 1961, dos días después del sepelio de Trujillo, cuando se le invitó a una reunión en la base aérea de San Isidro. Una vez allí, fue formalmente acusado de participar en la conspiración y puesto bajo arresto. Esa misma noche, recuerda Tomás Báez Díaz, en la cárcel de el 9, se efectuó una inusitada reunión, convocada por Ramfis, a la que asistieron numerosos miembros de la familia Trujillo para presenciar un careo entre Pupo, Modestos Díaz y otros conjurados.
Se dice que Pupo, en principio, trató de sortear la situación negando sus nexos con la conspiración, pero como su suerte ya estaba sellada, al cabo de varias horas de intensos interrogatorios y espantosas torturas, terminó por admitir los hechos que se le imputaban. Según un comunicado de las fuerzas armadas, Román fue acusado del grave delito de traición, destituido del cargo que desempeñaba y sustituido por el General Santos Mélico Marte. Fue despojado de su alto rango militar y sometido a un juicio que debía ser conocido por el Consejo Permanente Superior de Guerra de las Fuerzas Armadas.
Su familia, por parte de los Román, fue víctima de persecuciones y vejámenes. Su hermano, Ramón Román Fernández (Bibín), fue hecho preso y sometido a inclementes torturas, mientras que sus hijos, Álvaro y José René, fueron mantenidos en prisión durante varios días, pero sus parientes por la rama Trujillo, lograron sacarlos de la cárcel y al cabo de pocos días, pudieron salir del país con destino a los Estados Unidos en compañía de su madre y sus tres hermanas.
El comunicado de las fuerzas armadas en el que se anunció que Román Fernández sería sometido ante los tribunales militares de la República decía lo siguiente:
" la jefatura del Estado Mayor General conjunto de las Fuerzas Armadas hace de conocimiento público que el ex Mayor General José René Román Fernández ha admitido su complicidad en el atentado contra la vida del Generalísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo Molina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva. En vista de esta circunstancia, el ex Mayor General Román Fernández será sometido ante los tribunales militares de las fuerzas armadas, acusado del grave delito de traición.
Al mismo tiempo se hace saber que ningún otro oficial de las Fuerzas Armadas tenía conocimiento de los planes del ex Mayor General Román Fernández, pues éste, según ha confesado, saldría a reducir como supuesto Salvador de la situación que se crearía una vez desaparecido el líder del pueblo dominicano"
El Consejo de Guerra fue ventilado el sábado 17 de junio en la base aérea de San Isidro, con la asistencia de numerosos oficiales de las diferentes instituciones castrenses. El Consejo permanente superior de Guerra de las Fuerzas Armadas estuvo presidido por el general de brigada Agustín Raúl Plúyer Trujillo, Ejército Nacional, al que Ramfis escogió para que dirigiera el juicio, empenzó a las 8:30 de la mañana. Al cabo de varias horas, el acusado, naturalmente , fue declarado culpable y sentenciado a 30 años de prisión. Cinco días después, un escueto comunicado oficial, dado a la luz pública, decía:
"La jefatura del Estado Mayor General conjunto de las Fuerzas Armadas hace del conocimiento general, que en fecha 17 del mes en curso, este Consejo juzgó al ex Mayor General José René Román Fernández, por el grave delito de traición, siendo encontrado culpable"
De acuerdo con la sentencia el general Román Fernández debía cumplir la pena en la cárcel de La Victoria, adonde, dicho sea de paso, nunca fue enviado.
Posteriormente, Ramfis Trujillo, afirmaría que, en esas coyunturas, no había tiempo para "ser muy legalistas" y que como "militar de alta graduación, culpable de traición, atentado, encubrimiento y asesinato, no tenía otra alternativa que el fusilamiento" .
El Consejo de Guerra fue, pues, una farsa montada por las fuerzas armadas y el gobierno bajo la jefatura del binomio Ramfis Trujillo -Joaquín Balaguer.
Texto: Libro Trujillo, el Tiranicidio de 1961 de Juan Daniel Balcácer
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