El comercio de esclavos en la América española
En este
artículo se estudia la organización del comercio de esclavos negros por
parte de la Monarquía Hispánica con destino a la América española.
El asiento de
negros fue el monopolio de introducción de los esclavos negros en la
América española. Aunque el concepto de asiento englobaba varias
actividades contractuales, financieras y de préstamos en la época
moderna española, aquí nos interesa solamente la primera de ellas. Así
pues, un asiento sería un convenio entre la Corona y un particular o
asociación de particulares, por el que aquella arrendaba a éstos una
determinada explotación en régimen de monopolio, como podía ser la
explotación de minas o, como en este caso, el comercio de esclavos.
La
primera vez que se concedió el asiento de negros ocurrió en 1516-1517
con una compañía genovesa. Muy pronto, los portugueses se hicieron con
este lucrativo negocio y lo controlaron durante la época de los
Austrias. En 1701, Felipe V, el primer rey Borbón,
decidió conceder el asiento a la Real Compañía Francesa de Guinea,
vinculada económicamente a su abuelo Luis XIV. El asiento estipulaba que
dicha compañía debía introducir en América unos 42.000 esclavos durante
diez años. Pero este cambio a favor de una compañía francesa duró poco
porque el Tratado de Utrecht (1714) convirtió este negocio en un
monopolio inglés.
Efectivamente, la Compañía Inglesa del Mar del Sur obtuvo el asiento de negros durante treinta años, comprometiéndose a introducir 4.800 negros anuales. Además se autorizaba a la Compañía a introducir las mercancías necesarias para el sustento de los esclavos. Los ingleses cometieron muchas irregularidades en relación con lo dispuesto en el contrato, generando constantes tensiones con España, además de las que ya se tenían por Gibraltar y Menorca, territorios cedidos por el mismo Tratado de Utrecht. Estos abusos, junto con otros contenciosos comerciales, provocaron la conocida como Guerra de la Oreja de Jenkins de 1739. El Tratado de Aquisgrán de 1748 renovó el acuerdo entre España e Inglaterra sobre el asiento de negros, pero a los dos años se anuló.
Efectivamente, la Compañía Inglesa del Mar del Sur obtuvo el asiento de negros durante treinta años, comprometiéndose a introducir 4.800 negros anuales. Además se autorizaba a la Compañía a introducir las mercancías necesarias para el sustento de los esclavos. Los ingleses cometieron muchas irregularidades en relación con lo dispuesto en el contrato, generando constantes tensiones con España, además de las que ya se tenían por Gibraltar y Menorca, territorios cedidos por el mismo Tratado de Utrecht. Estos abusos, junto con otros contenciosos comerciales, provocaron la conocida como Guerra de la Oreja de Jenkins de 1739. El Tratado de Aquisgrán de 1748 renovó el acuerdo entre España e Inglaterra sobre el asiento de negros, pero a los dos años se anuló.
En 1765, el
asiento de negros fue concedido por Real Cédula a la Compañía Gaditana
de Negros. Entre 1766 y 1770, la Compañía se valió de naves con bandera y
tripulación francesa e inglesa para llevar los esclavos a América. Pero
esta empresa no fue un buen negocio, no cumplió con el número
estipulado de esclavos que había que llevar a América, acumuló deudas y
pesaron mucho los intereses de los préstamos conseguidos para poder
subsistir. Se intentó salvar la compañía con el comercio de mercancías,
además del de negros; obtuvo apoyos oficiales, pero hubo que disolverla
en 1779.
Eduardo Montagut
@Montagut5
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