domingo, 9 de agosto de 2015

El Adulón

El Adulón

EL adulón es un elemento perverso y vulgar, que para saciar sus apetitos despreciables se arrastra miserablemente a tal extremo que es capaz de todo, prestándose desde mandadero hasta la ejecución del crimen si es que así se le solicita. Este es el elemento más funesto de todos los tipos vandálicos que corrompen a la sociedad

Antiguamente el adulón existía, pero no en cantidad tan alarmante como en los momentos actuales, dado por resultado la persecución de víctimas inocentes, pues son muchos los que llegan hasta la inventiva para así ganar el favor de los personajes a quines pretende adular

En la política es en donde más esta clase de elementos abundan ya que por medio de tan malvado proceder se logran posiciones que no están al alcance de tales adulones por faltarles la preparación intelectual requerida para el desenvolvimiento exitoso de las funciones a desempeñar

En su desmedido afán por la conquista del favor ajeno por medio de la práctica aludida, el adulón encumbra a su adulado hasta colocarlo en el punto más alto de la gloria, haciéndole creer hasta lo incierto y como secuela, sumándolo al montón de equivandálicos que corrompen a la sociedad.

Más existen los profesionales adulones, que ya no ejercen tal práctica para la obtención de beneficios económicos, sino que lo hacen para satisfacción propia ya que tan despreciable hábito o manía constituye una veterana costumbre que, no sólo clavó raíces en sus almas, también corrompió sus posibles nobles sentimientos hereditarios

No dejamos de apreciar que la vanidad en gran parte, ha sido la fuente básica de tan funesto mal, si tenemos en cuenta que el noventa por ciento de los humanos somos vanidosos y por tanto la adulación encuentra campo propicio de fértiles surcos en donde la semilla maldita logra una germinación exitosa

El adulón, tanto en la amistad como en lo político, tiene por costumbre el no contradecir, por el contrario, éste robustece todo cuanto su adulado manifieste, con lo que espera inspirar confianza para la realización cabal de sus pretensiones

De ahí que, nos encontremos frecuentemente con grupos de elementos incapacitados al frente de posiciones para las cuales la competencia brilla por su ausencia. Es por tal razón que muchos han fracasado y han hecho fracasar a sus incautos favorecedores

Se hace necesario pues, que unidos todos tratemos de poner freno a la criminal hazaña ya que, de lo contrario el elemento a que referimos continuará en su morbosa campaña cuya finali8dad comprobada va contaminado poca a poco a la sociedad hasta tal extremo que, la sombra de la adulonería son muchos los que han logrado posiciones especiales que en honora la verdad no les corresponden, ni como caballeros ni como intelectuales

Es del todo seguro que una gran mayoría de los que lean estas líneas, se mortificaran grandemente, pero esas mortificaciones sólo las sufrirán aquellos que pertenecen al montón de escombros patrocinadores de tan perturbadora costumbre

Fuente
Revista Relicario, Num. 131, año XII,
Santo Domingo, marzo de 1972









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