¿De qué Ceca a qué Meca? Tras el origen del dicho
Día 24/11/2014 - 08.52h
http://www.abc.es/archivo/20141118/abci-tras-ceca-meca-201411181137.html
Unos dicen que la Ceca era una casa de la moneda en árabe, otros que así se llamaba la mezquita de Córdoba, y hay quien alude a un castillo andorrano. Sobre la Meca también hay dudas
La Ceca desde la que uno anda atareado vanamente y sin sentido hasta la opuesta Meca ha
intrigado desde antiguo a los estudiosos de los refranes. Con tal
nombre nunca fue conocida ninguna población española desde la que
partiera peregrinación alguna hacia la ciudad árabe donde nació Mahoma.
«Ceca», según el Diccionario de la Real Academia,
es una palabra de origen árabe que significa «casa donde se labra
moneda», nada más dispar que el centro sagrado espiritual de los
musulmanes. «Estos dos lugares tan dispares en cuanto a su referencia espiritual y material
dan lugar al concepto de la persona que deambula alocadamente, tanto en
el sentido físico como en el de las ideas», explican Margarita Candón y
Elena Bonnet en «A buen entendedor...».
«Los cristianos de la Península dieron, no se sabe por qué, este mismo nombre a la mezquita grande de Córdoba,
que era uno de los lugares de más devoción para los mahometanos, los
cuales la frecuentaban con sus romerías y peregrinaciones y como hacían
lo mismo con la Meca, de esto, de la casual consonancia entre Ceca y
Meca, y de lo distantes que están entre sí Meca y Córdoba, de todo ello, combinado confusamente, hubo de resultar en el uso común la expresión proverbial», escribía Diego Clemencín en su nota al capítulo 18 del Quijote.
Miguel de Cervantes ya puso en boca de Sancho esta frase aunque sin
artículos y en minúscula: «Y lo que sería mejor y más acertado... fuera
el volvernos a nuestro lugar... dejándonos de andar de ceca en meca y de zoca en colodra».
Clemencín coincidía en su explicación con Sebastián de Covarrubias
que ya había señalado en su «Tesoro de la lengua castellana» (1611) que
Ceca era «cierta casa de devoción en Córdoba, a do los moros venían en
romería; de allí se dijo andar de Ceca en Meca».
Sin embargo, Gonzalo Correas discrepaba
en su «Vocabulario de refranes» al considerar que «de eso no se acordó
el castellano viejo». A su juicio, ceca y meca son «palabras enfáticas,
fingidas, pronombres indefinidos de lugares» hechas por énfasis del
sonido como Zanquil y Manquil o Zoco y Colodro.
También Julio Cejador desecha
esta idea. «Yo no sé que los moros anduvieran de la casa de la moneda a
la Meca de Arabia para que parase en proverbio, ni menos que lo
anduvieran los cristianos para que el proverbio fuera cristiano y
español», señala en su «Tesoro de la Lengua Castellana» (1912) donde
apunta que «Meca no tiene otro ser que el de ceca, puesta m por c, a
causa de repetirse».
Sobre el pasaje de El Quijote,
subraya Cejador que «hay la dificultad de que falta el artículo, pues se
hubiera dicho de la Ceca a la Meca» en la obra de Cervantes.
Sonsonete
Aunque la mayoría de los escritores
recogen la explicación de Ceca como casa de moneda o en alusión a la
mezquita de Córdoba, también José María Iribarren señalaba en «El porqué de los dichos» (séptima edición, 1994) que «a nuestro juicio carece de fundamento».
Se inclinaba Iribarren por la idea de
«el ceca y meca se dijo como sonsonete» y recoge otras frases de
repetición proverbiales en las que entra la «m» como inicial en la
segunda voz como «el oro y el moro», «corriente y moliente», «orondo y morondo»...
«Hay opiniones para todos los gustos.
Yo creo que la frase andar de ceca en meca es una de tantas fórmulas
rimadas, donde la segunda voz carece de significado y no tiene otro
valor que el de un consonante. En cuanto a la primera palabra (ceca), es
posible que aluda a la casa de la moneda y a la mezquita cordobesa,
pero no me atrevería a afirmarlo», dice el autor navarro.
En su exhaustivo análisis de la
expresión, Iribarren incluye el refrán catalán «Correr de Ceca a Meca y
los valles de Andorra» y apunta que cerca de la villa de San Julián hubo
un antiguo castillo llamado la Ceca y junto a otro pueblo llamado Ondino existió otra fortaleza llamada la Meca, de modo que para pasar de Ceca a Meca había que recorrer los valles de Andorra.
«Me resisto a creer que una expresión
tan vieja en nuestra lengua y tan extendida por toda España y Portugal,
tuviera origen en dos topónimos del vallecito pirenaico de Andorra,
cuando es muy posible que el llamar la Ceca y la Meca a los castillos
extremos del Valle de Andorra hubiese nacido, precisamente, a causa de
la frase proverbial», afirmaba Iribarren.
¿Origen veneciano?
El médico Pedro Piulachs
apuntó en 1970 que fueron los venecianos quienes aplicaron el nombre
árabe ceca a su casa de la moneda y que la Meca sí aludiría a la ciudad
de Arabia Saudí. Cuando un viejo mercader se retiraba a disfrutar de los
millones amasados en el curso de su azarosa vida, tras haber recorrido
lo que hoy es Siria, Líbano, Egipto, Turquía o Arabia, los venecianos le
señalaban como ejemplo a sus hijos diciendo: «Fíjate en él, lo ha
corrido todo, desde la Ceca a la Meca», refiriéndose a todo el ámbito
comercial de Venecia.
Si esta frase llegó a España «fue
debido a las Cruzadas y a la intervención de España en los asuntos
italianos, en Nápoles y Sicilia, y en la coalición con Génova y Venecia
contra los turcos, que culminó en la batalla de Lepanto», añade Piulach
en su artículo publicado en la revista «Medicina e Historia» que recoge
Iribarren.
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