Periodismo e internet: más deprisa, más precario y ¿menos riguroso?
http://ssociologos.com/2015/01/07/periodismo-e-internet-mas-deprisa-mas-precario-y-menos-riguroso/
En
2015 Internet ya es un medio de comunicación indispensable. Es el
tercero con mayor volumen de inversión publicitaria en España y está
imponiendo su estilo al resto. Ahora manda la inmediatez, ser más
rápidos que la competencia a la hora de publicar las noticias. A eso se
reduce cada vez más el trabajo de los periodistas que carecen la mayoría
de las veces del tiempo para poder contrastar las fuentes y a los que
cada vez se paga peor y se presiona más. La consecuencia es una baja
valoración de la información por parte de los ciudadanos y una pérdida
de la calidad de la información.
Captar
la atención en la sociedad de la información es muy complicado. Cada
día se lanzan millones de mensajes y la competencia entre los medios de
comunicación es atroz. El escritor francés Christian Salmon plantea que “lo
escaso en una sociedad de la información (…) no es la información, que
precisamente es sobreabundante; lo escaso, debido a esa sobreabundancia,
es la atención de los agentes a quienes está destinada esa masa de
información”.
Los
ciudadanos son convertidos en consumidores que eligen entre millones de
mensajes a los que prestan atención de la misma manera que escogen
cualquier otro producto de consumo. En la lucha que mantienen los medios
para que su mensaje sea elegido de entre una amplia oferta la rapidez
es fundamental, ser los primeros en lanzar la noticia se convierte en
una lucha a vida o muerte. Lejos queda la época de la crónica y del
reportaje periodístico que exigía al periodista que se tomara su tiempo
para elaborar su información bien contrastada. Esta transformación en
las prioridades periodísticas viene impuesto por un cambio
revolucionario en los medios de comunicación: Internet.
Internet, el tercer medio en publicidad en España
Internet
ya se ha instalado definitivamente entre los medios de comunicación en
España y va escalando posiciones. Según publica Luis Palacio, director
del Informe Anual de la Profesión Periodística de la Asociación de la
Prensa de Madrid y de Digimedios.es, internet ya es el tercer medio por
volumen de inversión, superado por la televisión y la prensa. “La
digitalización está transformando radicalmente el negocio de los medios
de comunicación. Paulatinamente, los medios estrictamente digitales van
captando una parte cada vez mayor de la cifra de negocio”, escribe
Palacio en su artículo “Grupos de comunicación en España: una propiedad
tan concentrada como el negocio” publicado en Cuadernos de Periodistas.
Según el artículo de Palacio, “en
España, y teniendo en cuenta solo la publicidad denominada gráfica o
display (que incluye el vídeo online), la inversión alcanzó en 2013 los
380,5 millones de euros (…) No se trata de la única aproximación, ya que
la asociación IAB Spain realiza también una estimación de la publicidad
contextual o de enlaces, que eleva la inversión total hasta 832
millones en 2013”.
No
es de extrañar que Internet sea un medio atractivo para la publicidad,
ya que cada vez pasamos más tiempo navegando. Según la 3ª Ola del
Estudio General de Medios (EGM) de 2014, el 63% de la población española
accede Internet y afirma que ha permanecido un promedio de 158 minutos
diarios ‘enganchados’ a la red.
Pero
Internet solamente es el medio. Los soportes para acceder a la red
también están evolucionando y ahora resulta cada vez más fácil hacerlo
desde cualquier lugar. Ya no es necesario ir a casa o a un cibercafé
para conectarse. Cada vez más personas cuentan con un teléfono móvil que
les permite acceder a Internet desde cualquier sitio. Así por ejemplo,
según los datos del EGM, entre septiembre y noviembre de 2014 el 86% de
los internautas accedió a la red a través de un Smartphone, un 33% más
respecto a 2013.
Es
decir, si internet crea la posibilidad de la información a tiempo real,
el uso masivo de los dispositivos móviles con acceso a la red convierte
esa posibilidad en una realidad. Y la consecuencia para los medios de
comunicación es que deben informar aún más deprisa si quieren ser los
primeros en ser elegidos por los consumidores.
Las redes sociales y el periodismo
Si
internet es el medio que está revolucionando la información, las redes
sociales son el vehículo en el que viaja esta información a través de la
red con un enorme impacto entre los usuarios. Según el estudio “Social,
Digital & Mobile in Europe 2014”, el 93% de los internautas en
España está en las redes sociales y la mayoría las utiliza para
informarse de la actualidad. Por ejemplo, según el Digital News Report
2014 del Reuters Institute for the Study of Journalism, el 50% de los
usuarios españoles de las redes sociales utilizan Facebook para consumir
noticias, el 21% usa Twitter y Youtube, y el 10% Google +. En España
también es masivo el uso de la aplicación Whats App, de ,los cuales el
26% lo utiliza para acceder a las noticias.
Pero
las redes sociales no son solamente la manera más rápida y eficaz para
que el consumidor acceda a la noticia, sino que también se han
convertido en fuentes para los periodistas. Por ejemplo, según un
estudio entre periodistas europeos publicado por el portal estadístico
alemán statista.de, en “una semana habitual” el 76% reconoce utilizar
como fuente Wikipedia, el 68% usa Facebook, el 54% blogs personales, el
50% Youtube, el 45% Twitter y el 36% Linkedin.
El veterano periodista español Ángel Casas, en una entrevista en el periódico Deia publicada el 29 de diciembre, afirmó: “Siempre
estamos en tránsito. El periodismo siempre se está reinventado. Ahora,
con las redes sociales estamos dirigiéndonos hacía otra fórmula
periodística diferente a la que hemos conocido hasta ahora. La
información llega desde muchos sitios y el peligro es que no está muy
contrastada porque llega de una manera muy frágil. Eso obliga a estar
constantemente con los ojos muy abiertos”.
Por
otro lado, la subdirectora del diario ABC, Montserrat Lluis Serret,
afirmó en una entrevista al diario digital El Pueblo de Ceuta el pasado
12 de noviembre que “las redes no son periodismo, carecen de la credibilidad y del rigor que se presuponen a la información periodística”.
Es decir, según las advertencias de estos dos veteranos periodistas
resulta fundamental contrastar la información surgida en las redes
sociales antes de tratarla como una fuente fiable. Y contrastar requiere
tiempo, y tiempo es lo que los periodistas no tienen.
Noticias sin contrastar
Según
un estudio realizado por ING y publicado el pasado mes de junio de
2014, solamente el 20% de los periodistas online comprueba sus fuentes
antes de publicar la noticia. En cambio, un 45% reconoce que en la
mayoría de los casos publica primero y contrasta después, un 14%
reconoce hacerlo en la mitad de los casos y un 21% publica sin
contrastar en pocas ocasiones. Es decir, un 59% de los periodistas
reconoce no contrastar de manera habitual las fuentes de las noticias
antes de publicar.
Además, este estudio afirma que “los
periodistas actúan de manera diferenciada en las redes sociales en
comparación con la manera en la que informan a través de los medios
tradicionales. El 67% de los periodistas dice que se expresa de manera
diferente en las redes sociales, compartiendo su opinión personal de
manera más abierta en las redes sociales a pesar del hecho de que los
periodistas son percibidos como profesionales objetivos y como
reporteros de hechos noticiosos de acontecimientos de importancia
general (Journalists act differently on social media compared to the way
they report through traditional news channels. 67% of journalists said
they express themselves differently on social media, sharing their
personal opinion more openly on social media, despite the fact that
journalists are seen as being objective and reporters of news facts
relating to events of general importance)”.
Es
decir, cada vez más periodistas utilizan las redes sociales tanto para
informarse como para compartir información, y en ambos casos es
mayoritario el número de profesionales que no contrastan las fuentes de
sus noticias antes de publicar y que mezclan su opinión personal con las
informaciones a pesar de que el público que las consume no es capaz de
diferenciar esa opinión de los hechos objetivos.
Pero
a las prisas por publicar y a la falta de rigor en muchas informaciones
hay que añadir un contexto de creciente precariedad laboral y de
presión profesional entre los periodistas.
Aumenta la precariedad y la presión a los periodistas
El
auge de Internet entre los medios de comunicación coincide con el
proceso de precarización de la profesión periodística en España. Según
el Informe Anual de la Profesión Periodística del año 2014 realizado
para la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) y publicado el pasado
mes de diciembre, el principal problema en la profesión periodística,
según los propios periodistas españoles, es el aumento del paro y de la
precariedad.
Hasta
noviembre de 2014 hubo 9.451 periodistas en paro buscando empleo y
según el comunicado que resume el informe publicado por la APM, “en
lo que se refiere a las condiciones salariales y laborales (traslados de
sedes, horarios, ventajas sociales…), en términos generales, han
empeorado. Por ejemplo, el porcentaje de encuestados de los que trabajan
en periodismo contratados que han experimentado reducciones de salarios
en sus medios pasó del 76,3% en 2013 al 85,1% en 2014; y entre los que
trabajan en comunicación corporativa contratados, el porcentaje de los
que experimentaron reducciones salariales pasó del 61,2% al 73,3%. Por
el contrario, el porcentaje de encuestados que vivió reducciones
temporales o completas de empleo en sus empresas ha sido algo menor en
este año respecto a 2013”.
A
la creciente precariedad laboral se suma un aumento de la presión sobre
los periodistas a la hora de realizar su trabajo. Utilizando los datos
del Informe Anual de la Profesión Periodística, la periodista Lucía Vera
Hervás escribió el pasado 18 de diciembre en el diario Cinco Días: “Los
periodistas continúan recibiendo presiones para que modifiquen sus
informaciones publicadas. (…) En 2014 ha aumentado un 15,7% con respecto
al año pasado los periodistas que han sufrido algún tipo de presión
para que transformen sus artículos, y sólo un 20% de los informadores
declara no recibir presión alguna. En el 80% de los casos, esas
presiones vienen de la misma empresa en la que trabajan, o, incluso, de
los propios jefes. Las presiones de las instancias políticas a los
periodistas ocupan el 27,8% las empresas anunciantes casi el 20%”.
Es
decir, según ellos mismos, los periodistas en España sufren en general
malas condiciones de trabajo, tanto salariales como a la hora de poder
ejercerlo en libertad. Según el Informe Anual de la APM, en un baremo
entre 1 y 10, los periodistas califican con un 4,3 el grado de
independencia profesional con el que trabajan. Esto tiene sus
consecuencias en la calidad de la información que producen y en la
percepción entre los ciudadanos, que puntúan con un 5,3 su confianza en
la información que reciben de los medios.
Según el director del Informe Anual de la Profesión Periodística, Luis Palacio, este aprobado bajo por parte de la población española se debe a “los intereses políticos, la falta de independencia de periodistas y medios, y los intereses económicos de las empresas propietarias de los medios de comunicación”. Sin embargo, según las conclusiones del propio informe, “los periodistas apuntan a que las causas por las que los usuarios confían poco en la información de los medios son: el sensacionalismo, el convertir el periodismo en espectáculo y los intereses políticos de los grupos de comunicación”.
Conclusión: Más rápido, más presión, y menos calidad
Internet
ha revolucionado los medios de comunicación permitiendo un acceso
inmediato a la información desde cualquier lugar con conexión, que desde
la proliferación de los smartphones puede ser cualquier lugar de la
calle. Esta posibilidad de poder informar a tiempo real se ha convertido
en una obligación para los medios que sufren una muy fuerte competencia
para conseguir llegar a un público saturado de mensajes a tiempo real.
La
consecuencia es que los periodistas ya no tienen tiempo para hacer su
trabajo con rigor y contrastar las fuentes como deberían y optan en la
mayoría de los casos “publicar primero y comprobar después”. A ello se
suma una creciente presión por parte de sus jefes o patrocinadores en un
contexto de paro masivo y precariedad laboral, lo que hace a los
periodistas muy vulnerables a esas presiones.
Las
redes sociales, cuya presencia abarca a prácticamente todos los
usuarios de internet, se han convertido en el vehículo por el cual hacer
llegar esa información la mayoría de las veces no contrastada a los
ciudadanos, que a su vez la comparten y son incapaces de distinguir los
rumores o falsas informaciones, incluso las opiniones, de la información
veraz. Esto produce un aumento cuantitativo de la información a
expensas de su calidad, lo que a su vez es percibido por los ciudadanos
que valoran cada vez peor la información que consumen.
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