FIGURA
Mónica Boyar, diva dominicana
SE DEDICÓ A ESTUDIAR EL FOLCLOR DE MUCHOS PAÍSES,
CANTÓ EN 7 IDIOMAS Y 4 DIALECTOS. ESTA VETERANA ARTISTA TIENE 89 AÑOS DE
EDAD
Existe una mujer dominicana que es merecedora de los más altos honores de su país. Esta mujer ha sido una artista de primera magnitud en los más prestigiosos escenarios de Estados Unidos, Europa y Latinoamérica.
Se ha destacado en disciplinas como el cine, el teatro, el baile, el canto, la pintura y la moda.
Esta gran dominicana ha sido defensora de las libertades de nuestro pueblo, participando activamente en los preparativos de las expediciones de Luperón, en 1949, y de Constanza, Maimón y Estero Hondo, una década después.
Sus orígenes
Argentina Mercedes María González Morel Valerio Ureña, hija de Pablo Duarte y Juanita Morel, nacida en Santiago de los Caballeros en 1920, ahijada de Rafael Estrella Ureña, emigró a los Estados Unidos a muy corta edad.
A los 12 años se integró como soprano al coro del Metropolitan Opera House de Nueva York. Luego fue contratada por la misma institución. Posteriormente salta al profesionalismo adoptando el nombre artístico de Mónica Boyar.
Se dedicó a estudiar el folklore de muchos países. Cantó en 7 idiomas y 4 dialectos.
Interpretó ritmos tropicales, especialmente el calypso, en los más destacados clubes nocturnos de los Estados Unidos, donde fuera bautizada por los críticos como “The Satin Latin Song Stylist” y “The Riban Blue-Bird”.
Durante la Feria Mundial de Nueva York en 1939 hizo los esfuerzos para persuadir a los norteamericanos a adoptar el merengue, la música de su país. Posteriormente lo hizo con sus coreógrafos y ante el famoso músico catalán Xavier Cugat.
Se presentó en los famosos cabarés Ciro’s de Ciudad de México y en el Hotel Nacional de La Habana. En Nueva York se presentó en el Waldorf Astoria y en el Chateau Madrid, entre otros no menos famosos. Para cantar en este último night club suspendió su luna de miel.
Se diversifica
Fue pintora de acuarelas de exquisito gusto, además diseñadora de vestuario y carteras de alta cotización para personalidades del arte norteamericano. Su vestuario personal excedía los 200 trajes de lujo.
Cantó para muchas personalidades del mundo. Entre ellos el príncipe Rainiero de Mónaco, Aristóteles Onassis y el Príncipe Bernardo de Holanda.
El famoso crítico de arte Walter Winchell la describió como “El más fino talento latino en el terreno del entretenimiento”.
Filmó las películas: Princes Papaya (1948), Studio One (1954), Fandango at War Bonnet (1954).
Actuó en varios capítulos de la serie de televisión Mr. Peppers, en 1952.
Representó el drama Sujjer & Smoke (Verano y humo) de Tenessee Williams desde el 6 de octubre de 1948 al 1 de enero de 1949 (102 representaciones en Broadway).
Era alta de estatura, de piel aceitunada, delgada, pelo de 40 pulgadas de largo, ojos marrones claros y de una apariencia muy seductora.
Se casó en primeras nupcias con Federico Horacio Henríquez Vásquez (Gugú), de quien enviudó al ser este fusilado luego de llegar al país como integrante de la expedición que desembarcara contra Trujillo por las costas de Luperón en junio del año 1949.
La actriz y cantante se casó posteriormente con el famoso actor canadiense Leslie Nielsen, conocido unos años más tarde como protagonista de las películas “Aeroplano” y “Academia de Policía”, entre muchas otras, quien falleciera recientemente. Se divorció de este en 1955.
Nuestra Mónica Boyar se incorporó a la lucha antitrujillista en la ciudad de Nueva York, por lo cual fue perseguida y se quiso atentar contra su vida durante su actuación en un night club de dicha ciudad.
Grabó dos discos de su propia autoría en oposición al dictador Rafael Trujillo con los títulos: Marcha a Santo Domingo y la parodia Chapita fue a la guerra, de los cuales conservamos copia digitalizada. Fueron estos discos los que nos motivaron a inquirir acerca de los datos de la Sra. Boyar, encontrando estas informaciones que hoy detallamos.
En el año 1959 fungió como secretaria personal del comandante Enrique Jiménez Moya, quien encabezara la expedición del 14 de Junio en contra del régimen trujillista. Mónica recuerda todavía muchas anécdotas de los preparativos de la famosa gesta patriótica y de las vicisitudes del exilio antitrujillista de aquella época, que deberían recogerse y no dejarlas al olvido de las nuevas generaciones.
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