IGLESIA DE SAN DIONISIO EN HIGUEY,
una de las iglesias más viejas y menos conocidas del país
La Iglesia San Dionisio señala y decodifica los signos y símbolos de la identidad higüeyana y del país. Somos una Parroquia de valores y mantenerlos en la mente, hoy y mañana, es honrar tan noble acreencia; una forma de dotar de sentido la existencia; un modo de completar, salvando las distancias, la misión que hace cinco siglos se emprendió. Conocer la historia nos permite crecer, construir. El Dios en quien creemos se ha revelado en la historia. Somos, ante todo, una Parroquia de propósitos e identidad. La Iglesia San Dionisio es parte de nuestra identidad. Aquí comenzó todo... Antes de erigirse la parroquia, en 1512, hubo actividad religiosa. En el año de 1506 estuvo en Higüey el clérigo Juan Mateo. El 8 de agosto de 1511 el Papa Julio II, mediante la Bula “Romanus Pontifex”, crea, como sufragáneas de la Arquidiócesis de Sevilla, las Diócesis de Santo Domingo, la Concepción de La Vega y San Juan de Puerto Rico. En la Isla, se crean dos obispados. Desde Sevilla, García de Padilla, que fue el primero en consagrarse para dirigir la Diócesis de Santo Domingo y en erigir su Catedral, el 12 de mayo de 1512, en esa misma fecha erige en Parroquia la Villa de Salvaleón de Higüey.
Desde el inicio de la colonización, aquí funcionó una ermita, en tabla de palma y techo de cana, en donde se veneraba el recién llegado lienzo de Nuestra Señora de la Altagracia. Para el año de 1552, Francisco de Dávila donó un porcentaje de su fortuna para que se comenzara la construcción del Santuario en honor a la Virgen. Para esa época, estaba muy arraigado el culto a la Virgen de Altagracia. La construcción del templo de la Parroquia se inició en 1567 y se terminó en 1572. En su construcción, participó el canónigo Alonso de Peña y el mayordomo don Simón de Bolívar. Un año después, en 1573, Fray Francisco Andrés de Carvajal consagra el templo, siendo dicho prelado la primera autoridad eclesiástica en visitar la villa.
El 11 de abril del año 1694, a petición de las autoridades religiosas y de la Colonia, se le puso como patrón a la ermita Nuestra Señora de la Altagracia, el nombre del mártir, Obispo de París, San Dionisio, a quien la iglesia conmemora en su santoral, los 9 de octubre. En las misivas al Rey de España, se resalta la atención y cuidado, que desde antes y después de esos tiempos, se prestaba al Santuario de Higüey y se deja establecido que es el primero del Nuevo Mundo.
Para el 1620, el culto a Nuestra Señora de la Altagracia ya había sido llevado a otros lugares de América, por devotos que residieron en la Villa de Higüey, como Venezuela y Puerto Rico. Desde aquí, el inicio de la advocación al culto altagraciano nos confirma cuán compleja es la “religiosidad popular”, la cual se debe a una cultura y a una tradición. Nos encontramos frente a una manifestación religiosa social, con un auténtico contenido de Fe; a través de esa Fe, María Virgen, se alcanza la posibilidad de experimentar lo sagrado por inducción. Los beneficios recibidos, nunca podrán ser cuantificados para Higüey y la humanidad. El poder de Dios se manifiesta de muchas maneras y la aparición del lienzo en estas tierras, es una bendición de él para con nosotros. Pocos lugares mantienen tanto magnetismo como Salvaleón de Higüey.
Sería injusto si hoy no recordáramos a los aproximadamente 122 sacerdotes que, en 500 años de historia, han servido a la Parroquia. De ellos, conservamos sólo 81 nombres. En orden alfabético:
Alberto de Carlos, Alfredo Peña, Anastasio de Vargas Calderón, Antonio Amézquita, Antonio de Acuña, Antonio de Santa María Vallejo, Antonio De Soto, Antonio Gutiérrez, Antonio Herrera, Antonio Toro Ramírez, Apolinar Tejera, Benito Díaz Páez, Benito Taveras, Bernardino de Milla, Bernardo Pichardo, Cayetano Acuña, César Guerrero, Cristóbal Melo Corporán, Demetrio Santana Guerrero, Diego Jerez Salazar, Domingo B. de la Mota, Eliseo Pérez Sánchez, Eugenio Polanco y Velásquez, Eusebio de Santa María Morales, Felipe E. Sanabia, Fidel de Castro, Francisco de la Villa, Francisco del Campo José y Rosa, Francisco Hernández, Francisco Velásquez, Gabriel Benito Moreno del Christo, Gregorio Benicarló, Gregorio Hidalgo, Gregorio Ramírez, Héctor Fígari, Ignacio González, Ignacio Morillas, Jerónimo Melchor Paredes, Joaquín Gómez, Joaquín Rodríguez, Jorge Reyes, José de Jesús Brioso, José Domínguez, José Pérez de Guzmán, José Riera, Juan Correa Cruzado, Juan de los Santos, Juan Lucas de Arenas, Juan Raymundo Arroyo, Juan Rodríguez Aguado, Juan Santana de Jesús, Luís Gómez, Manuel Antonio Montás, Manuel Camarena, Manuel Caminero, Manuel Fernández Valdelomar, Manuel María Valencia, Mariano Herrara y Saviñón, Mariano Lázaro Acevedo, Martín de Fonseca, Miguel Ascanio, Miguel Billini, Miguel de Jesús Robles, Miguel R. Hernández, Octavio Ciccone, Pablo Cedano Cedano, Pedro Carrasco Capeller, Pedro de Amézquita, Pedro de Arán y Morales, Pedro Rodríguez, Pedro Sánchez Valverde, Pedro Texidor, Rafael Buela y Bilela, Rafael María Vallejo, Rafael Escala Manday, Salvador Antonio de Lara Calderón, Saturnino Ballesteros, Tomás Correa, Tomás Núñez Cordero, Vicente de Hoyos y Vicente Muñoz de la Blanca.
La Parroquia San Dionisio ha tenido una vinculación, muy especial, a través de la historia, con decisiones emanadas de Roma y un accionar, centralizado y vital, en el desenvolvimiento religioso, educativo y social de la Villa.
1.- El Papa Julio II, el 8 de agosto de 1511, mediante la Bula “Romanus Pontifex”, crea en la Isla dos obispados. Desde Sevilla, García de Padilla, que fue el primero en consagrarse para dirigir la Diócesis de Santo Domingo, erige en parroquia la Villa de Salvaleón de Higüey, el 12 de mayo de 1512.
2.- El Papa Pío VI, en los años 1791 y 1792, concedió indulgencias a los fieles de la Parroquia San Dionisio, mediante los “breves pontificios”.
3.- El Papa Benedicto XV, el 14 de julio de 1920, autorizó la Coronación Canóniga de la imagen de la Virgen de la Altagracia, que se efectuó, el 15 de agosto de 1922, en la Puerta del Conde, en Santo Domingo.
4.- El Papa Pío XI, el 31 de octubre del año 1927, mediante autorización papal, declara el 21 de Enero, como día de precepto en toda la Nación.
5.- El Papa Juan XXIII, el primero de abril de 1959, crea la Diócesis de Nuestra Señora de la Altagracia, de Higüey, mediante la Bula “Solemne est Nobis”. Nombra a Mons. Juan Félix Pepén Solimán como su primer obispo.
6.- El Papa Pablo VI, el 17 de octubre de 1970, por Breve Pontificio, declaró a la basílica, “Basílica Menor”.
7.- El Papa Pablo VI, el 10 de mayo de 1975, nombra obispo de la Diócesis de Nuestra Señora de la Altagracia a Mons. Hugo Eduardo Polanco Brito.
8.- El Papa Juan Pablo II, el 25 de enero de 1979, coronó, personalmente, a la Virgen, con una diadema de plata sobredorada; un regalo personal suyo a la primera Virgen evangelizadora de América.
9.- El Papa Juan Pablo II, el 2 de octubre de 1992, visita Salvaleón de Higüey, con motivo de la conmemoración del Quinto Centenario del Descubrimiento de América y de la iniciación de la Predicación del Evangelio.
10.- El Papa Juan Pablo II, el 25 de marzo de 1995, nombra obispo de la Diócesis de Nuestra Señora de la Altagracia a Mons. Ramón Benito de La Rosa y Carpio, actual arzobispo de Santiago de los Caballeros.
11.- El Papa Juan Pablo II, el 24 de junio de 2004, nombra obispo de la Diócesis de Nuestra Señora de la Altagracia a Mons. Gregorio Nicanor Peña Rodríguez, quien ha presidido en la caridad, fortaleciendo la piedad mariana en Higüey.
Nuestro antiguo Santuario es la expresión de la institucionalización del Estado Dominicano, por poseer el archivo documental más voluminoso de tiempos de la colonia: el Archivo Real de Higüey. Esta documentación es fundamental para la historia de Higüey e incluso para la Nación.
El primero de abril de 1959, el Papa Juan XXIII crea la Diócesis de Nuestra Señora de la Altagracia o de Higüey, mediante la Bula “Solemne est Nobis”, con territorio que antes pertenecía a la Arquidiócesis de Santo Domingo. La Parroquia San Dionisio, erigida el 12 de mayo de 1512, cuatrocientos cuarenta y siete años después, a partir del primero de abril de 1959, sirvió de catedral provisional. Hoy, sigue siendo la sede de la Parroquia San Dionisio, una de las primeras diez parroquias del Continente Americano instauradas en 1512. Cinco Siglos de Creación. San Dionisio en Misión.
En la foto , vemos la Iglesia de San Dionisio, en la década del 10.
texto: Luis Jiménez. Diocesisdelaaltagracia.com
Foto: Vetilio Alfau Durán para el A.G.N.
La Iglesia San Dionisio señala y decodifica los signos y símbolos de la identidad higüeyana y del país. Somos una Parroquia de valores y mantenerlos en la mente, hoy y mañana, es honrar tan noble acreencia; una forma de dotar de sentido la existencia; un modo de completar, salvando las distancias, la misión que hace cinco siglos se emprendió. Conocer la historia nos permite crecer, construir. El Dios en quien creemos se ha revelado en la historia. Somos, ante todo, una Parroquia de propósitos e identidad. La Iglesia San Dionisio es parte de nuestra identidad. Aquí comenzó todo... Antes de erigirse la parroquia, en 1512, hubo actividad religiosa. En el año de 1506 estuvo en Higüey el clérigo Juan Mateo. El 8 de agosto de 1511 el Papa Julio II, mediante la Bula “Romanus Pontifex”, crea, como sufragáneas de la Arquidiócesis de Sevilla, las Diócesis de Santo Domingo, la Concepción de La Vega y San Juan de Puerto Rico. En la Isla, se crean dos obispados. Desde Sevilla, García de Padilla, que fue el primero en consagrarse para dirigir la Diócesis de Santo Domingo y en erigir su Catedral, el 12 de mayo de 1512, en esa misma fecha erige en Parroquia la Villa de Salvaleón de Higüey.
Desde el inicio de la colonización, aquí funcionó una ermita, en tabla de palma y techo de cana, en donde se veneraba el recién llegado lienzo de Nuestra Señora de la Altagracia. Para el año de 1552, Francisco de Dávila donó un porcentaje de su fortuna para que se comenzara la construcción del Santuario en honor a la Virgen. Para esa época, estaba muy arraigado el culto a la Virgen de Altagracia. La construcción del templo de la Parroquia se inició en 1567 y se terminó en 1572. En su construcción, participó el canónigo Alonso de Peña y el mayordomo don Simón de Bolívar. Un año después, en 1573, Fray Francisco Andrés de Carvajal consagra el templo, siendo dicho prelado la primera autoridad eclesiástica en visitar la villa.
El 11 de abril del año 1694, a petición de las autoridades religiosas y de la Colonia, se le puso como patrón a la ermita Nuestra Señora de la Altagracia, el nombre del mártir, Obispo de París, San Dionisio, a quien la iglesia conmemora en su santoral, los 9 de octubre. En las misivas al Rey de España, se resalta la atención y cuidado, que desde antes y después de esos tiempos, se prestaba al Santuario de Higüey y se deja establecido que es el primero del Nuevo Mundo.
Para el 1620, el culto a Nuestra Señora de la Altagracia ya había sido llevado a otros lugares de América, por devotos que residieron en la Villa de Higüey, como Venezuela y Puerto Rico. Desde aquí, el inicio de la advocación al culto altagraciano nos confirma cuán compleja es la “religiosidad popular”, la cual se debe a una cultura y a una tradición. Nos encontramos frente a una manifestación religiosa social, con un auténtico contenido de Fe; a través de esa Fe, María Virgen, se alcanza la posibilidad de experimentar lo sagrado por inducción. Los beneficios recibidos, nunca podrán ser cuantificados para Higüey y la humanidad. El poder de Dios se manifiesta de muchas maneras y la aparición del lienzo en estas tierras, es una bendición de él para con nosotros. Pocos lugares mantienen tanto magnetismo como Salvaleón de Higüey.
Sería injusto si hoy no recordáramos a los aproximadamente 122 sacerdotes que, en 500 años de historia, han servido a la Parroquia. De ellos, conservamos sólo 81 nombres. En orden alfabético:
Alberto de Carlos, Alfredo Peña, Anastasio de Vargas Calderón, Antonio Amézquita, Antonio de Acuña, Antonio de Santa María Vallejo, Antonio De Soto, Antonio Gutiérrez, Antonio Herrera, Antonio Toro Ramírez, Apolinar Tejera, Benito Díaz Páez, Benito Taveras, Bernardino de Milla, Bernardo Pichardo, Cayetano Acuña, César Guerrero, Cristóbal Melo Corporán, Demetrio Santana Guerrero, Diego Jerez Salazar, Domingo B. de la Mota, Eliseo Pérez Sánchez, Eugenio Polanco y Velásquez, Eusebio de Santa María Morales, Felipe E. Sanabia, Fidel de Castro, Francisco de la Villa, Francisco del Campo José y Rosa, Francisco Hernández, Francisco Velásquez, Gabriel Benito Moreno del Christo, Gregorio Benicarló, Gregorio Hidalgo, Gregorio Ramírez, Héctor Fígari, Ignacio González, Ignacio Morillas, Jerónimo Melchor Paredes, Joaquín Gómez, Joaquín Rodríguez, Jorge Reyes, José de Jesús Brioso, José Domínguez, José Pérez de Guzmán, José Riera, Juan Correa Cruzado, Juan de los Santos, Juan Lucas de Arenas, Juan Raymundo Arroyo, Juan Rodríguez Aguado, Juan Santana de Jesús, Luís Gómez, Manuel Antonio Montás, Manuel Camarena, Manuel Caminero, Manuel Fernández Valdelomar, Manuel María Valencia, Mariano Herrara y Saviñón, Mariano Lázaro Acevedo, Martín de Fonseca, Miguel Ascanio, Miguel Billini, Miguel de Jesús Robles, Miguel R. Hernández, Octavio Ciccone, Pablo Cedano Cedano, Pedro Carrasco Capeller, Pedro de Amézquita, Pedro de Arán y Morales, Pedro Rodríguez, Pedro Sánchez Valverde, Pedro Texidor, Rafael Buela y Bilela, Rafael María Vallejo, Rafael Escala Manday, Salvador Antonio de Lara Calderón, Saturnino Ballesteros, Tomás Correa, Tomás Núñez Cordero, Vicente de Hoyos y Vicente Muñoz de la Blanca.
La Parroquia San Dionisio ha tenido una vinculación, muy especial, a través de la historia, con decisiones emanadas de Roma y un accionar, centralizado y vital, en el desenvolvimiento religioso, educativo y social de la Villa.
1.- El Papa Julio II, el 8 de agosto de 1511, mediante la Bula “Romanus Pontifex”, crea en la Isla dos obispados. Desde Sevilla, García de Padilla, que fue el primero en consagrarse para dirigir la Diócesis de Santo Domingo, erige en parroquia la Villa de Salvaleón de Higüey, el 12 de mayo de 1512.
2.- El Papa Pío VI, en los años 1791 y 1792, concedió indulgencias a los fieles de la Parroquia San Dionisio, mediante los “breves pontificios”.
3.- El Papa Benedicto XV, el 14 de julio de 1920, autorizó la Coronación Canóniga de la imagen de la Virgen de la Altagracia, que se efectuó, el 15 de agosto de 1922, en la Puerta del Conde, en Santo Domingo.
4.- El Papa Pío XI, el 31 de octubre del año 1927, mediante autorización papal, declara el 21 de Enero, como día de precepto en toda la Nación.
5.- El Papa Juan XXIII, el primero de abril de 1959, crea la Diócesis de Nuestra Señora de la Altagracia, de Higüey, mediante la Bula “Solemne est Nobis”. Nombra a Mons. Juan Félix Pepén Solimán como su primer obispo.
6.- El Papa Pablo VI, el 17 de octubre de 1970, por Breve Pontificio, declaró a la basílica, “Basílica Menor”.
7.- El Papa Pablo VI, el 10 de mayo de 1975, nombra obispo de la Diócesis de Nuestra Señora de la Altagracia a Mons. Hugo Eduardo Polanco Brito.
8.- El Papa Juan Pablo II, el 25 de enero de 1979, coronó, personalmente, a la Virgen, con una diadema de plata sobredorada; un regalo personal suyo a la primera Virgen evangelizadora de América.
9.- El Papa Juan Pablo II, el 2 de octubre de 1992, visita Salvaleón de Higüey, con motivo de la conmemoración del Quinto Centenario del Descubrimiento de América y de la iniciación de la Predicación del Evangelio.
10.- El Papa Juan Pablo II, el 25 de marzo de 1995, nombra obispo de la Diócesis de Nuestra Señora de la Altagracia a Mons. Ramón Benito de La Rosa y Carpio, actual arzobispo de Santiago de los Caballeros.
11.- El Papa Juan Pablo II, el 24 de junio de 2004, nombra obispo de la Diócesis de Nuestra Señora de la Altagracia a Mons. Gregorio Nicanor Peña Rodríguez, quien ha presidido en la caridad, fortaleciendo la piedad mariana en Higüey.
Nuestro antiguo Santuario es la expresión de la institucionalización del Estado Dominicano, por poseer el archivo documental más voluminoso de tiempos de la colonia: el Archivo Real de Higüey. Esta documentación es fundamental para la historia de Higüey e incluso para la Nación.
El primero de abril de 1959, el Papa Juan XXIII crea la Diócesis de Nuestra Señora de la Altagracia o de Higüey, mediante la Bula “Solemne est Nobis”, con territorio que antes pertenecía a la Arquidiócesis de Santo Domingo. La Parroquia San Dionisio, erigida el 12 de mayo de 1512, cuatrocientos cuarenta y siete años después, a partir del primero de abril de 1959, sirvió de catedral provisional. Hoy, sigue siendo la sede de la Parroquia San Dionisio, una de las primeras diez parroquias del Continente Americano instauradas en 1512. Cinco Siglos de Creación. San Dionisio en Misión.
En la foto , vemos la Iglesia de San Dionisio, en la década del 10.
texto: Luis Jiménez. Diocesisdelaaltagracia.com
Foto: Vetilio Alfau Durán para el A.G.N.
No hay comentarios:
Publicar un comentario