jueves, 20 de noviembre de 2014

Una dimisión fractura la coalición de centroizquierda contra el peronismo

Una dimisión fractura la coalición de centroizquierda contra el peronismo

 

Elisa Carrió (derecha), durante un debate parlamentario celebrado en abril de 2013. / afp

Una de sus líderes deja el grupo ante el rechazo a alianzas con el centroderecha

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Elisa Carrió (derecha), durante un debate parlamentario celebrado en abril de 2013. / afp

La coalición de cinco candidatos presidenciales de centro izquierda, que se fraguó el pasado abril para derrotar al peronismo en las presidenciales de octubre de 2015, sufrió este miércoles su primera fractura. Elisa Carrió, una de las cinco dirigentes, abandonó el Frente Amplio-UNEN tras ver cómo su propuesta de aliarse con el alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, de centro derecha, fue oficialmente rechazada el martes. Carrió anunció su marcha en los medios alegando que la decisión de no aliarse con Macri es la mejor manera de que el peronismo gane las elecciones. A partir de ahora, el Frente Amplio puede presentarse más unido, pero será menos amplio y tendrá un enemigo adicional en la figura de Carrió.
La pregunta se vuelve más pertinente que nunca: ¿Puede gobernar en Argentina un dirigente que no sea peronista? Hoy por hoy, los candidatos con más opciones de llegar a la Casa Rosada el próximo octubre son el peronista opositor Sergio Massa -que tiene un busto de Evita Perón en su despacho- y el peronista oficialista Daniel Scioli, gobernador de la provincia de Buenos Aires. Las encuestas les otorgan a ambos entre el 25 y 28% de intención de voto. En tercer lugar estaría Mauricio Macri -entre el 20 y el 25%. El resto se sitúa por debajo del 13%.
Macri no es peronista, pero no cuenta con una gran estructura de partido más allá de la capital de Buenos Aires. La Unión Cívica Radical (UCR), el partido del expresidente Raúl Alfonsín (1983-1989), posee estructura nacional y es la mayor formación de las que integran el Frente Amplio-UNEN. Pero, cuando falta menos de un año para las presidenciales, aún no dispone de un candidato con tirón electoral. El también centenario Partido Socialista argentino y miembro de la coalición UNEN, solo cuenta con peso electoral en la provincia de Santa Fe, donde gobierna. Y, para colmo de males, Carrió ya comenzó a atacar este miércoles a su presidente, Hermes Binner: “Binner se hace el gobernador maravilloso y no puede explicar el narcotráfico en Santa Fe”.
Así pues: ¿Podría gobernar Argentina una formación ajena al peronismo? Eduardo Fidanza, directivo de Poliarquía, una de las mayores encuestadoras del país, cree que sí es posible. “Es difícil, pero factible. De hecho, Macri tiene posibilidades reales”. Otro encuestador que prefiere preservar su nombre asegura que ni siquiera Macri tendría opciones. “El peronismo suma en la provincia de Buenos Aires entre el 70 y 75% de los votos. Y la provincia es el 38% del padrón electoral. Esto se debe al fuerte arraigo que tiene el peronismo en la clase media baja”, señala la citada fuente.
Entre los peronistas circula un viejo chiste sobre la Unión Cívica Radical (UCR) según el cual los radicales son capaces de discutir toda una noche cómo hay que limpiar la ciudad y a la mañana siguiente salen a la calle creyendo que ya la han limpiado. A veces, la realidad viene a dar la razón a ese comentario. Desde que se creó la Alianza Frente Amplio-UNEN, los radicales se han pasado siete meses discutiendo si debían aliarse con Mauricio Macri, o bien con el peronista Sergio Massa o con ninguno. A lo largo de estos siete meses las disputas en la coalición solo han servido de forma indirecta para promover la candidatura de Mauricio Macri.
Finalmente, este lunes decidieron que no pactarían ni con Macri ni con Massa, aunque dejaban la puerta abierta a sus dirigentes provinciales para que se asociaran en sus municipios o provincias con cualquiera de ellos. Tras esa decisión Elisa Carrió abandonó UNEN y dijo: “Los radicales creen que es bueno ganar una provincia. Y la verdad es que están jugando a las bolitas, mientras todos están jugando a la pelota. Yo quiero jugar a la pelota. Y quiero meterle un penal al Partido Justicialista [a los peronistas]. Ellos [los radicales] están afuera de la cancha a ver si les dan un choripán”.
El consultor Ignacio Ramírez, que trabaja para la encuestadora Ibarómetro, afín al Gobierno, cree que a lo largo de los diez últimos años el kirchnerismo ha logrado transmitir en la sociedad una imagen de fortaleza, la idea de que ellos “no chocarán el auto” y nadie los hará huir en helicóptero. Ramírez cree que en la oposición el que ha trabajado con mayor eficacia los atributos vinculados a un presidenciable es Macri.
Ahora bien: una cosa es llegar a la Casa Rosada y otra es gobernar al día siguiente. En parte de la sociedad ha calado el mensaje de que solo un Gobierno peronista sabría lidiar con los poderosos y fragmentados sindicatos peronistas. “Nosotros”, señala uno de los principales colaboradores de Macri, “hemos demostrado en la ciudad de Buenos Aires que se puede tener una buena relación con el sindicalismo. No necesitamos construir una alianza antiperonista”.
De momento, el partido se disputa entre tres: el peronista opositor Sergio Massa, el oficialista Daniel Scioli y Mauricio Macri. A los radicales y socialistas que integran el Frente Amplio-UNEN les queda menos de un año para recuperar el tiempo perdido.

Una disidente forjada en la lucha anticorrupción

Elisa Carrió, conocida como Lilita, es uno de los personajes más populares de la política argentina. El dato no deja de ser llamativo si se tiene en cuenta que en las últimas presidenciales, las de 2011, Carrió solo cosechó el 1,84% de los votos y quedó en el último puesto. Pero en las presidenciales de 2007, que Cristina Fernández ganó con el 45% de los votos, ella obtuvo el segundo puesto con el 22%.
Ningún político insulta en Argentina de forma tan frecuente y tajante como lo hace ella. Al diputado peronista opositor Sergio Massa lo llamó "narcotraficante" porque en el municipio del que era alcalde, Tigre, detuvieron a varios traficantes de droga colombianos. Hace dos semanas Massa la denunció por calumnias y solicitó que se le practique una "pericia psiquiátrica". Pero Carrió tuiteó que estaba "temblando" ante las denuncias y siguió llamándolo narcotraficante.
Carrió es abogada, fundadora y presidenta de un partido, la Coalición Cívica ARI. Y sobre todo, es una gran generadora de titulares. Al mínimo atisbo de corrupción, Carrió pone una denuncia de la que se hacen eco los medios más críticos con el Gobierno. Sus detractores —y los del grupo Clarín
— aseguran que su popularidad caería en picado si no apareciese casi todos los días en los medios del grupo más poderoso de Argentina. La noticia de su marcha del Frente Amplio-UNEN la desveló ella misma en Radio Mitre, del grupo Clarín. Y horas después concedía una entrevista al canal Todo Noticias, también de Clarín, donde se despachaba a gusto contra todos sus antiguos socios del Frente. He aquí algunas de las frases más contundentes que empleó ayer: "Hay diputados radicales que reciben plata de Daniel Scioli [gobernador de Buenos Aires]"; "Scioli es responsable de que muera la gente en la provincia de Buenos Aires"; "Hermes Binner [presidente del partido socialista y antiguo gobernador de la provincia de Santa Fe] tiene que explicar el narcotráfico en Santa Fe. No se puede hacer el gobernador maravilloso". Y sobre el senador izquierdista Pino Solanas: "Todos los progresos falsos que tienen problemas ideológicos en realidad lo único que quieren es cargo por cuatro años y sueldo".

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