Masonería y beneficencia
La masonería no es una institución filantrópica, sino un método de trabajo que cultiva la filantropía como espontánea manifestación de la fraternidad. La Beneficencia se practica de forma anónima, secreta y espontánea.
Es costumbre antigua que los masones
funden instituciones para el desarrollo de actividades benéficas
(hospedajes para pobres, escuelas para analfabetos, fondos de pensiones,
sostenimiento básico a parados y viudas, horfanatos, etc.), que son
sostenidas económicamente por la Tesorería de la logia y, más
especificamente, mediante el Tronco de la Viuda (que se nutre, sobre
todo, de los donativos de los hermanos).
La masonería no es una institución
filantrópica, sino un método de trabajo que cultiva la filantropía como
espontánea manifestación de la fraternidad. La Beneficencia se practica
de forma anónima, secreta y espontánea.
Tan importante es esta costumbre que, en
el rito de iniciación, el Venerable explica al nuevo aprendiz, tras
desposeerle momentaneamente de sus pertenencias, que «Los metales que os
han sido retirados antes de entrar en el templo simbolizan todo lo que
brilla con un resplandor engañoso, es la moneda corriente de los
prejuicios vulgares. El hombre que aspira a ser libre debe aprender a
separarse de las cosas futiles, y acordarse de que la avaricia es el eje
de todos los vicios. Los metales, manejados por el sabio, pueden servir para hacer el bien».
Elevarse sobre los sentimientos y el
concepto profano de caridad, para realizar la verdadera fraternidad del
iniciado, es parte del Ideal del masón sin esperar ninguna gracia o
reconocimiento.Seguidamente, el Hermano hospitalario hace circular el
Saco de la Viuda (sin haberle restituido sus metales), instando al nuevo
aprendiz para que deposite algo (que no tiene) al saco; así, luego se
le explica que la desazón de no tener qué compartir le debe enseñar que
la generosidad no depende de la cantidad, y que sus bienes (que ahora le
son devueltos) debe administrarlos escuchando a su corazón y que el
verdadero espíritu de fraternidad y solidaridad
pasa por prevenir las necesidades y dificultades, y contribuir a
eliminarlas: «Ayudar a alguien a caminar es mejor que proveerlo de
muletas», si esto es posible.
Fuente: Juan Carlos Daza, Diccionario Akal de la Francmasonería, Madrid, 2009, pp. 61-62.EL HERMANO HOSPITALARIO
El hermano Hospitalario es el oficial de
la logia responsable de todas las acciones de beneficencia y socorro.
Por ello, recoge y administra los recursos destinados a dichas funciones
(independientes de los que administra el Tesorero) y cuyos fondos no
pueden utilizarse para otra cosa que no sea la ayuda y socorro de algún
necesitado. Cuida de enaltecer el ideal filantrópico del taller con su
gestión, que desarrolla con el apoyo de la Comisión de Beneficencia. El
Hospitalario representa el principio y objeto de la fraternidad de la
Orden, por lo que obra con su conducta, pensamientos y palabras, con
arreglo al «sacerdocio fraternal» que desarrolla, contribuyendo con su
ejemplo y enseñanzas a la instrucción de los hermanos en los principies
de amor y fraternidad. No en vano, en las Constituciones de Anderson
de 1723 se explica que «… el amor fraternal… que es el fundamento y la
piedra maestra de la masonería», y en las constituciones de la Gran
Logia de Francia se dice: «… la masonería es una Orden iniciática
tradicional fundada sobre la Fraternidad».El ejercicio cotidiano de la
beneficencia se realiza simbólicamente al final de las tenidas, cuando
el hermano Hospitalario hace circular el Tronco de la Beneficencia o
Tronco de la Viuda («Una viuda y sus hijos» es como se designa a la
Francmasonería), donde los hermanos depositan fondos para utilizarlos
exclusivamente en estas causas, que se entregan al Hospitalario (una vez
contabilizados por el Secretario, quien refleja la cantidad total en el
acta). El Tronco de la Viuda está dispuesto de forma que cada hermano
introduzca su mano con el óbolo de forma que nadie pueda saber cuánto ha
depositado.
Para el hermano necesitado, el
Hospitalario debe ser el hombre humanitario que sufre con él, que le
escucha, consuela y visita frecuentemente; y, si llega el caso, está con
el hermano que muere, ayudándole a hacerlo en paz. Respecto al
extranjero o hermanos visitantes debe reparar en todas sus necesidades
(facilitándoles alojamiento, información sobre lugares de su interés,
etc.) recibiéndolos a su llegada y despidiéndoles a su partida. Se
encarga de dirigir y presidir los honores rendidos a la memoria de los
hermanos que han fallecido.
Lleva un registro de contabilidad con
las entradas y salidas, y registra los datos de las personas socorridas y
las ayudas otorgadas, así como la fecha en que se concedió. A este
registro sólo tendrán acceso las tres luces, la Comisión de Beneficencia
y el Arquitecto Revisor (censor de cuentas) designado por la logia.
Cuando el hermano Hospitalario cesa en
su cargo, el Arquitecto revisor, una vez aprobado el balance presentado
por la Comisión de Beneficencia, cierra los libros por medio de un
decreto estampado sobre el libro de caja (dando un duplicado al
hospitalario saliente), de manera que se pueda evitar que otros hermanos
conozcan a las personas socorridas.
Fuente: Juan Carlos Daza, Diccionario Akal de la Francmasonería, Madrid, 2009, pp. 205-206.
No hay comentarios:
Publicar un comentario