Lucía no es tal…¿o era Fefita? ESTO ES BUENO SABERLO
Por RICARDO ESPAILLAT
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“Tan lánguida, tan leve y tan sublime, cual de la luna el tímido temblor”, así
inicia un poema que por su belleza, sencillez y ternura vertidas en
letras que sin dudas rebosaban de cariño, admiración y quizás pasión a
quien se dedicaba, se musicalizó y se popularizó como una de nuestras
más representativas criollas: Lucía, de Joaquín Balaguer.
Escuché de
los propios labios de uno de sus más connotados consanguíneos afirmar
que Lucia fue escrito por el Dr. Joaquín Balaguer a petición de un
cercano amigo, Maximiliano Guzmán (Machilo) que, interesado por una
hermosa dama de la sociedad santiaguense (Lucia Brugal), quería dedicar a
ésta una canción, para cuyas letras utilizó como instrumento la pluma
del Doctor.
El autor es medico neuropsiquiatra, miembro de Directorio Presidencial del PRSC.
Machilo
Guzman fue el autor de múltiples criollas, todas ellas sabiamente
escritas. Un músico y compositor prolifero y asertivo, capaz de traducir
el sentir de nuestra dinámica compueblana, en cada estrofa que hacia
música. Tenía el genio para componer, el Don de llevar a música su
pensar y sentir. ¿Por qué para algo tan personal, tan de él, donde se
permitiría lucirse con mayor profundidad y sentimiento, iba a ceder tal
oportunidad al Doctor, y no a su propia creación, fruto de lo que en él
se estaba creando?
Yo sin
embargo pienso que Lucia fue inspiración del sentimiento mismo de quien
lo escribía, hacia la persona que se dirigía. No es común en los poetas
llamar sus sentimientos o sus composiciones por sus nombres propios. Y
Lucia, Luz para el mundo y patrona de los ciegos, los pobres, los
campesinos y los niños enfermos, no dejaba de ser para un hombre de la
sensibilidad de Joaquín Balaguer un nombre atractivo, por sus cualidades
humanas, para un ser capaz de despertar su pasión y quizás incluso, su
corazón.
Lucia bien
pudo haber sido otra…..Quizás Fefita Cruz, a quien visitando con un
amigo (Amado Benedicto) con la finalidad de convencerla para que fuese
la reina de las fiestas de carnaval de entonces, sorprendió al visitante
con tal grandiosidad, que originó incluso un artículo en el periódico
La Información en febrero de 1924, en el que expresaba públicamente su
admiración ante tal belleza, que dejaba claramente entrever en el lector
los sentimientos sin precedentes que tal figura femenina generaba en
aquel joven adolescente de apenas 18 años.
Citaré
aquí algunas semejanzas entre el artículo de periódico titulado “Fefita
cruz y el poema Lucía”, no registrado en ninguno de sus tempranos
poemarios, y presumiblemente escrito para esa misma fecha en que el
autor se encontraba inspirado ante tan esplendida fémina.
Refiriéndose a Fefita Cruz: “Es
india, pero de un color indio tan asentado y atrayente que se diría que
ella ha subido al Sinaí con las caravanas árabes y que su piel,
tostadas por el sol, ha sido también ligeramente acariciada por el aire
del desierto. Zeusxis hubiera escogido su cuerpo de modelo para el
mirifico trazado de su venus perfecta. En sus ojos negros, de un negror
inquietante, hay más poesía que un cantor andaluz. Su boca amapola
fragante o clavel encendido es propicia a la oración y grata al beso. Su
mano-lirio impoluto o azucena gentil es propicia al guante y grata a la
sortija de rosas. Su mano, que tiene la exquisita brevedad de un ala de
paloma; una sonrisa partió el maravilloso y humero rubí de su boca
purpurea. Fefita Cruz apoyo un codo sobre la mesa y yo quede ligeramente
absorto, hundido en una mecedora y contemplando su mano de nácar de una
suavidad casi seda que el claror de la lámpara de gas hacia traslucida a
fuerza de ser suave, de ser fina”.
Ante la
incredulidad y negación de Fefita Cruz a ser la reina carnavalesca como
le proponía Balaguer, el doctor le respondió: “Usted seria la reina,
primero por su virtud, después por su belleza”.
Balaguer
conocía aquella sentencia de Theodore de Banville, autor del “Pequeño
Tratado de la Poesía francesa”, cuando afirmaba: “Solo son dignos de
subsistir los versos que están destinados para el canto”. Y el doctor
estaba empeñado quizás en hacer de aquella ilusión romántica, que había
despertado en él aquella humilde costurera santiagués, algo
imperecedero, para lo cual necesitaba no solo del verso sino también de
la canción.
Compatriotas sean ustedes el jurado: Lucia no es tal….¿o era Fefita?
FUENTE:SERMUJER.COM
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