DEL NÚMERO VIGENTE EDICIÓN ESPECIAL 58
La Tumba 7 de Monte Albán
La Tumba 7 de Monte Albán
Arqueología Mexicana
El 9 de enero de 1932 el arqueólogo Alfonso Caso se encontró con el que vendría a ser no sólo el descubrimiento más importante de su brillante carrera, sino uno de los hallazgos más espectaculares en la historia de la arqueología mexicana: la Tumba 7 de Monte Albán. Si bien la construcción misma es incluso sencilla si se le compara con otras tumbas del sitio, lo que hace única a la Tumba 7 es su extraordinario contenido y la profusión de objetos y la calidad de su manufactura bastarían para otorgar una importancia singular al hallazgo, pero la tumba poseía un valor más, incluso inesperado en la época del descubrimiento. Los materiales no correspondían a los característicos de Monte Albán, una gran ciudad zapoteca del Clásico, pues se trataba de objetos de una cultura y una época distintas. Eran de origen mixteco y habían sido depositados ahí en el Posclásico, en un tiempo en el que Monte Albán llevaba siglos abandonado.
IMAGEN: Máscara de Xipe-Tótec. Oro. Altura: 7 cm. Peso: 8 g. La máscara se exhibe, junto con el resto de los objetos encontrados, en una sala dedicada exclusivamente a la Tumba 7 de Monte Albán, en el Museo de las Culturas de Oaxaca, Santo Domingo, que se encuentra en la ciudad de Oaxaca.
Foto: Oliver Santana / Raíces
Este post es un fragmento del artículo “Tumba 7. Monte Albán, Oaxaca”, del autor Enrique Vela. El artículo está publicado íntegramente en la edición especial de Arqueología Mexicana, núm. 58, titulada Tumbas de la antigüedad. Mesoamérica y el mundo.
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