miércoles, 1 de octubre de 2014

Historia Dominicana en Gráficas




MIEMBROS DE LA POLICIA REPUBLICANA EN EL 1914 Foto: colonialzone-dr.com

 FELIX BERNARDINO Y LOS JINETES DEL ESTE!!! MUY INTERESANTE

Su verdadero nombre era Félix Wenceslao Bernardino y Evangelista (Buchilai), nacido en El Seibo y fallecido en Nueva York, el 18 de marzo de 1982.

El tirano Rafael L. Trujillo, en la adolescencia, trabajo con su padre, Alvaro Bernardino, en una colonia cañera ubicada en El Cabresto, Guerra, Distrito Nacional.

De ahí el estrecho vínculo de los Bernardino con el futuro dictador.

A principios de la dictadura trujillista guardó prisión en la fortaleza Ozama por haber asesinado al señor Amable Dalmasí, tronco de una apreciada familia de Higuey y El Seibo y desde la cárcel se recibió de doctor en Derecho en la universidad de Santo Domingo.

 
 AMERICO LUGO...BREVE BIOGRAFÍA

Isidro Américo Lugo Herrera ...Nació en Santo Domingo el 4 de abril de 1870. Historiador, crítico literario, periodista y abogado. Hijo de Joaquín Lugo Alfonseca y Cecilia Herrera Veras. Realizó sus estudios en Santo Domingo, obteniendo los títulos de Bachiller en Ciencias y Letras (1886), Licenciado en Derecho (1890) y Doctor en Derecho (1916), estos dos últimos en el Instituto Profesio-nal. Como servidor público representó a la República Dominicana en el Congreso de Dele-gados Latinoamericanos celebrado en Río de Janeiro (1909) y en la Cuarta Conferencia Pa-namericana de Buenos Aires (1911). También fue Consejero de las Delegaciones Domini-canas en Europa y los Estados Unidos (1913). Fundó el periódico Patria (1921) y colaboró con el Listín Diario, El Tiempo, Nuevo Régimen y El Progreso, así como con varias revistas nacionales y extranjeras especializadas en historia y literatura. Repudió abiertamente la prime-ra intervención norteamericana al país ocurrida en 1916. Su oposición a la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo Molina y su rechazo a una tentadora propuesta económica de dicho régimen para que escribiera la historia oficial dominicana del pasado y del presente, lo inscri-bió en la lista de los enemigos del gobierno. Sus investigaciones históricas las caracterizan la erudición, el sentido crítico con que analizó muchos capítulos de la historia nacional y la pureza y agilidad de su prosa. Murió en Santo Domingo el 4 de agosto de 1952.
TEXTO: escritoresdominicanos.com

 

BIOGRAFÍA DE UN GRAN MÉDICO.......Doctor Darío de Jesús Contreras Cruzado

Posiblemente más de la mitad de los pobladores de Santo Domingo, han oído hablar del “Darío” o del Hospital doctor Darío Contreras, centro especializado en trauma ubicado en la parte oriental de la ciudad. El doctor Darío Contreras Cruzado nació en noviembre del 1879 y murió en el 1973, luego de estar interno en el Hospital que llevaba su nombre.

Se graduó de licenciado en Medicina y Cirugía en el año 1900, con la tesis “tratamiento del chancro blando”. En 1911 se traslada a París en donde recibe, en 1914, el título de doctor en Medicina. Realizó estudios en Cirugía y Ginecología con los profesores Pozzi, Faure, Marión y Cosset.

Era un hombre de fuertes sentimientos nacionales y de recio carácter, a quien el doctor Rafael Miranda definía como “Infatigable como el más joven y activo como el más fuerte”.

Una anécdota relatada por el extinto expresidente de la República, doctor Joaquín Balaguer, ilustra su talante en una reunión en París en la que participaba el líder colombiano José María Vargas Vila, este último se refirió a la República Dominicana en términos fuertemente despectivos, como tierra de tiranos y dictadores, a lo que el doctor Contreras respondió retándolo a un duelo a pistolas para defender el honor de su patria, lo que motivó las excusas de Vargas Vila ante esa reacción patriótica. Luego en 1935, el doctor Contreras se negó a firmar un documento que pedía que la ciudad de Santo Domingo pasara a llamarse Ciudad Trujillo, lo que motivó que fuera, durante unos años, condenado a un aislamiento social.

El doctor Contreras había ejercido en Santiago y otras ciudades del norte del país, y luego de realizar múltiples intervenciones a domicilio, como era la costumbre en la época, fundó la clínica Altagracia, en Santiago. Posteriormente se traslada a Santo Domingo, en donde laboró en centros asistenciales públicos y privados.

Durante su vida profesional ocupó numerosos cargos en la administración pública: cirujano del Hospital San Rafael, Santiago, 1924; médico legista del Distrito Judicial de Santiago de los Caballeros, director del Hospital Padre Billini, Santo Domingo, 1942-1943; Ministro de Sanidad, 1941-1943.

Además, fue diputado al Congreso Nacional, senador de la República, ministro consejero de la Embajada Dominicana en Washington, 1949-1951. Por las vueltas de la vida, en 1942, el tirano Rafael Trujillo sufre una terrible infección que tenía su vida en estado de gran urgencia, nadie se atrevía a operarlo y en ese momento llaman al doctor Contreras, quien asumió el reto, lo interviene, y le salva, ganando así de nuevo la confianza del tirano y su entorno. Otra anécdota retrata el talante de este médico, cuenta que antes de iniciar la cirugía los hermanos de Trujillo se acercaron para cuestionarlo o intimidarlo, preguntándole que si él sabía lo que pasaría si se moría el paciente, a lo que él respondió: “ a los cinco días hiede”.

Ingresó a la Universidad de Santo Domingo mediante decreto del presidente de la República Manuel de Jesús Troncoso de la Concha, de fecha 13 de noviembre de 1940. Impartió las cátedras de Semiología Quirúrgica, Clínica Quirúrgica y Patología Quirúrgica. Fue un gran profesor y catedrático.

Luego de la muerte de Trujillo, muchos ciudadanos se referían a él como el médico que salvó al tirano, lo que le trajo múltiples inconvenientes en su vida. El doctor Zaglul relata que el doctor Contreras se apenaba de que para muchos ese acto médico hubiera sido lo único importante en su vida.

Este gran cirujano, eminente médico y dedicado patriota murió en la pobreza a los 94 años. Así que cuando pasemos frente al “Darío” o alguien mencione ese hospital, pensemos en el ejemplo de dignidad, decoro y capacidad profesional del doctor Darío Contreras Cruzado. texto: el Caribe
 Inicio de la Telefonía en Republica Dominicana, en el gobierno de Francisco Gregorio Billini

Inicio del Teléfono

1884

El Poder Ejecutivo concedió el 15 de mayo al Sr. Preston C. Nason (Ciudadano Norteamericano), el derecho de establecer el “Sistema Perfeccionado de Centrales Telefónicas de Nason” quien pidió garantias para la propiedad no solo contra toda falsificación hecha en el país sino contra la introducción de las hechas en el extranjero y contra toda competencia en el mismo género de comunicaciones que pudiera arrebatarle los beneficios que espera tener en el porvenir. Resolución No. 2228 se otorgó al Sr. Nason por el término de 50 años, contados desde la fecha de esa concesión el derecho de establecer en la República Dominicana el Sistema Perfeccionado de Nason.

1884 Resolución 2228

“Instalación de los Transmitidores y Recibidores de comunicaciones; y el Derecho de manufacturar, importar o suplir cualesquiera formas de aparatos telefónicos; y de construir, operar y mantener centrales o líneas privadas o públicas y todo lo que abarca el sistema de transmisión eléctrica de sonidos o palabras por alambres o cables en el interior de la República, siempre que pudiera comprenderse en la categoria de lo que hoy se conoce por teléfono. Durante el mencionado término de cincuenta años, el derecho de importar o suplir teléfonos y materiales telefónicos (no entendiéndose por esto los materiales y productos químicos que puedan tener otra aplicación) , y de construir, conectar, operar y mantener centrales o cualquier otro sistema telefónico, no se concedera a ninguna otra persona, compañía o asociación”.

Inicio de la Telefonía en República Dominicana

El Sr. Nason y sus herederos o cesionarios tendrán el pleno derecho de erigir, fábricas a propósito, tener centrales de cambio y colocar postes o aparatos en cualquier calle o camino real de la República en que no dificulten el tránsito; y de colocar alambres o cables encima, a lo largo, a través o debajo de los edificios y vías públicas terrestres o acuáticas en el interior de la República y de las propiedades particulares con cuyos dueños tuviere previamente arreglos al efecto; y podrá de igual modo y bajo la misma condición hacer uso de todo arbol o arbusto que hallare en su camino y que le fuere necesario o útil para construir, operar y mantener líneas de comunicación telefónica en cualquier punto de la República.

En correspondencia a estas concepciones, el Sr. Preston C. Nason queda comprometido a establecer centrales telefónicas en las ciudades de Santo Domingo, Santiago, Puerto Plata y sucesivamente en todos los demás pueblos y ciudades de la República en que llegara a reunir 50 subscriptores; y además a medida que la empresa adquiera desarrollo, extenderá el beneficio a las otras comunes a que sea más practicable, aunque sea mayor el número de subscriptores; y pondrá en conexión una oficina del Estado con el central telefónico local en cada pueblo o ciudad en que lo estableciere, desempeñando gratis el servicio del Gobierno en dicha central, así en el día como en la noche y en todo tiempo que fuere necesario.

Se compromete el Sr. Nason por si, sus herederos o causa-habientes, a introducir en el país y adoptar a sus líneas toda mejora que invente en materia de generación eléctrica y transmisión de sonidos o palabras articuladas o telefónicas para que el país goce siempre de los beneficios de todo progreso en ese ramo.
Todos los derechos que acuerda esta concesión quedaran nulos y sin efecto, si dentro de seis meses contados desde la fecha de su promulgación, no se hubiere establecido el primer central telefónico en la ciudad de Santo Domingo, debiendo bajo la misma pena con continuarse los trabajos sin interrupción hasta que queden establecidos los centrales correspondientes en Santiago y en Puerto Plata y demás pueblos….
En garantia de cumplimiento de sus compromisos, el señor Nason ha depositado en manos del ciudadano Ministro de Hacienda la suma de tres mil pesos, que le sera devuelta cuando se halle establecido el central en Santo Domingo, y que perdera en caso de no llegar a realizarse esta empresa.

Extensión del Contrato

El plazo para el establecimiento de teléfonos otorgado al senor Nason, contenido en la anterior resolución, fue prorrogado el 7 de octubre del mismo año 1884 por el Presidente de la República, Francisco Gregorio Billini, mediante la resolución, Núm. 2297 y decía que “en vista del contrato celebrado entre el ciudadano Juan Tomas Mejia, Ministro de Foment (Rep. Dom.) y el Sr. Preston C. Nason (Estados Unidos), con fecha 19 de enero del año actual, referente a una concesión para el establecimiento de líneas telefónicas y aprobado por el Congreso Nacional en 10 de Mayo del año corriente; y de la fianza de tres mil pesos depositada por el señor Nason en el Consulado dominicano en Nueva York para el Ministerio de Hacienda; y considerando que el senor Nason ha necesitado tiempo para preparar sus trabajos con el fin de llevar a cabo dicha obra, según declaración del señor H. Billini, cónsul dominicano en Nueva York. El Gobierno Dominicano ha resuelto conceder por la presente al señor Nason un término adicional de noventa días, contados desde el diez de noviembre próximo para cumplir con las condiciones de la referida concesión, en el concepto de que si no se realizare en la prorroga que se otorga, el Gobierno podra disponer libremente de la fianza de tres mil pesos que ha depositado el concesionario señor Nason como garantia, quedando nula y de ningún valor ni efecto, la citada concesión y extensión de término, sin responsabilidad alguna por parte del Gobierno”.

Estación Telefónica Ozama

El 14 de enero de 1886 la compañía del Señor Preston C. Nason (Domingo Electric Company) planificó la instalación de una estación telefónica en el Ozama en el edificio que ocupaba la Aduana o cerca de ella (Muelle) por la importancia que revestia el Comercio Marítimo en esa época.

Primeros Subscriptores al Servicio Telefónico

El 1 de abril de 1886 la compañía Domingo Electric Company tenía en su nómina 63 subscriptores telefónicos pudiéndose destacar:

P. Billini, Beneficiencia y Manicomio, La Jabonería, Botica Nacional, Café Cosmopolita, Palacio Nacional, Imp. Eco de la Opinión, Ministerio de Hacienda, Consulado Americano, Oficina de Correos, La Aduana, Club del Comercio, Comandancia del Puerto, Banco Comercial, Botica Francesa, Administración de Hacienda, Gobernación Civil y Militar, Botica La Legalidad, Botica La Dominicana, Eduardo León, Samuel Curiel Almacén y Casa, Dr. Carlos Arvelo, J. B. Vicini Almacén y Casa, Dr. Ponce de León, J. B. Sturla, J. M. Leyba, M. Marchena, Andrés Aybar, Hipólito Victoria, Jaime Vidal, Julio Pou, Manuel Martínez, J. M. Santony, Julio de la Rocha, Antonio Sánchez, Ramón Cuello, Luis Dubrey, Imprenta José Ricardo Roques, Donato Salvuccio, etc.

Red Urbana de la Capital

En 1888 se había establecido la Red Urbana de la Capital, que prestaba sus servicios a los abonados por el intermedio de la oficina central, mediante el pago de RD$ 3 mensuales. La instalacion de cada aparato particular cuesta RD$ 5 por una sola vez.

Red del Servicio Telefónico en el Cibao

9 de junio de 1891 el Presidente Ulises Heureaux mediante Resolución Núm. 3421 determinó conceder a los señores Federico Lithgow y Manuel Cocco la concesión para establecer líneas telefónicas entre las principales poblaciones del Cibao atendiendo una solicitud hecha por estos a través del Ministerio de Fomento y Obras Públicas. Esta concesión fue aprobada por el Congreso Nacional mediante Resolución Núm. 3443 del mismo año.

El tendido de las líneas telefónicas fue un proceso lento. En Santiago, en 1897, el Gobierno colocó la primera línea entre la Fortaleza y la Gobernación, y en 1898 se hablaban de que estaban instalados algunos hilos telefónicos en la Capital y otros puntos. Todavía para esa fecha no funcionaba el servicio en Samaná.

Red del Servicio Telefónico en el Este y el Sur

20 de junio de 1891 el Presidente Ulises Heureaux mediante Resolución Núm. 3431 acordó otorgar al Ciudadano Francisco Gregorio Billini, una concesión para “establecer primeramente, la comunicación telefónica entre esta ciudad (Santo Domingo) y la de San Pedro de Macorís, en el término de dos años a contar desde el día de la aprobación de la presente; y luego según las necesidades le exijan, extenderá líneas telefónicas hacia las otras ciudades del Este y Sur de la República en términos parecidos a los de algunos ya citados.

Esta concesión fue aprobada por el Congreso Nacional, el 22 de junio de 1894, mediante la resolución Núm. 3442 que establecía en uno de sus artículos que se reservaba el derecho de dar oportunamente una ley que regúle la marcha de dichas líneas.

TEXTO: INDOTEL

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