Guido Despradel y Batista
Palabras del Profesor Alfredo Rafael Hernández, en la reinauguración de la Biblioteca Guido Despradel Batista, el 4 de julio de 2011, por la Alcaldía del Municipio de la Concepción de La Vega.
Guido Despradel y Batista, una de las figuras cumbres entre los pensadores dominicanos de todos los tiempos, nació el 20 de septiembre de 1909, en el hogar de los esposos Napoleón Despradel y Rithelena Batista. Nació y vivió en la hoy calle profesor Juan Bosch, al lado del Palacio Municipal.
Desde niño fue un aficionado a la lectura de los grandes escritores clásicos, de los filósofos de la Ilustración francesa, así como de los literatos y científicos sociales de su época. Vasconcelos, Ingenieros, Rodó, Mariátegui, Madariaga, Marx, Ortega y Gasset,entre otros, contribuyeron a forjar en él, al científico social inquieto que buscaba encontrar respuestas a los fenómenos que presentaba la sociedad dominicana y la idiosincrasia del dominicano, no sin ciertas influencias de Lugo, García Godoy y Peña Batlle, que lo llevaron a elaborar su gran ensayo social “Las Raíces de Nuestro Espíritu”, publicado en 1936, el cual conmocionó a la intelectualidad dominicana, y le labró un sitial de honor en el pedestal de los inmortales.
Esa era una especie de culminación de todo cuanto había hecho hasta entonces, como articulista de los más diversos periódicos y revistas dominicanas, en los cuales había publicado sus ensayos e informes de investigación histórica. Al mismo tiempo que laboraba en todos esos trabajos de extraordinaria profundidad, estudiaba en el bachillerato y luego en la Universidad su carrera de Medicina, que llegó a ejercer y la de Derecho que cursó de manera paralela.
Todo ese edificio intelectual pudo construirlo Guido, porque su zapata cognitiva en la niñez, fue profunda y sólida. Imberbe aún, cursando el segundo año en la Escuela Normal en abril de 1926, fundó la Juventud Socialista Dominicana junto a Edmond Sévez, Samuel Mendoza, Van Elder Espinal, Juan Bosch, Antonio Guzmán, Mario Sánchez Guzmán y otros compañeros.
Ese año fue celebrado en La Vega el 2do. Congreso Obrero Dominicano, y se vio a Guido como orientador y promotor de la formación y consolidación de los sindicatos obreros, tratando de darles una dirección hacia el Socialismo, en oposición al horacismo en que adoctrinaban a los obreros unos farsantes de la talla del Dr. Medrano y Arzeno Colón. Esa era una época en la cual la juventud vegana pensaba, no era el eco que repetía clisés deformados, era voz que se hacía sentir.
Fue la Juventud Socialista Dominicana la entidad que lo postuló y le permitió ganar la Presidencia de la Asociación de Estudiantes Universitarios ANEU, con la cual inició una decidida lucha por la Autonomía Universitaria, que lo dio a conocer en todos los ámbitos juveniles y revolucionarios de Latinoamérica, le ganó el apoyo de la clase pensante dominicana y pudo profundizar tanto la lucha, que hizo tambalear al incipiente régimen trujillista.
En 1938 publicó La Concepción de La Vega, una obra donde demostró tener un perfecto dominio de la metodología más avanzada en la investigación histórica. Ese precisamente es su gran mérito como historiador. Rompió con la tradición novelesca, búsqueda de curiosidades y de anécdotas inventadas, dándole a la investigación histórica la disciplina metodológica de rigor.
Sorprendió recientemente a todos los Académicos, cuando presentamos en mayo de 2011 los dos tomos donde fue compilada su obra de investigación histórica, ensayos y artículos, en el seno de la Academia Dominicana de la Historia y en el Archivo General de la Nación. Sorprendió, no sólo porque estuvo muy avanzado para la época en que escribió, sino por su objetividad, su apego a la verdad y su honestidad.
Hasta entonces su obra se encontraba muy dispersa y relegada, pirateada y plagiada. Estos tomos conteniendo su obra, les reveló a los lectores quien era el autor original de una serie de publicaciones que estaban apareciendo con otros nombres. Y aún queda un tercer tomo esperando la oportunidad para su publicación.
Los aportes de Guido a la ciencia de la Historia son inestimables. Fue uno de los precursores de la Oral History a nivel internacional. En el país fue uno de los más destacados estudiosos, precursor de la antropo-arqueología, llegando a participar junto a Narciso Alberti y Carlos María Sánchez en expediciones arqueológicas y formuló su propia teoría sobre el poblamiento antillano y sus conexiones con otras cultura caribeñas. Sus trabajos sobre la prehistoria y la cerámica taína fueron publicados en los boletines del Archivo General de la Nación y del Museo del Hombre Dominicano.
Sus ensayos históricos, artículos e informes de investigación abordaron temas que ningún otro historiador había trabajado y que por lo tanto han servido de fuentes para trabajos posteriores, especialmente su trabajo sobre la familia Duarte Díez, sobre la que más nadie ha aportado nuevos datos. Los temas tratados por Guido fueron entre otros los siguientes:
Hilvanando Conceptos sobre una Conferencia.
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La Universidad Nueva.
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La Necesidad del Feminismo
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Feminismo Feminidad y Feministas.
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Los Muertos mandan.
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La Pose.
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Tradiciones Muertas: Misas de Aguinaldo
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La Hora Trágica.
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Americanismo Histórico: Petión y Bolívar.
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Duarte y el 27 de Febrero
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Ciencia Infusa.
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Las Ruinas de la Concepción de La Vega Real
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Polvos, inmundicias y Enfermedades.
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Sano Provincialismo
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Juana Saltitopa.
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El Factor Cooperación.
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Literatura mala.
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Ansias de Perfección.
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Un Siglo de Luz.
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La Batalla del 30 de marzo de 1844.
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La hostilidad del ambiente.
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Los Enemigos del Silencio.
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El Profesor Alardo ha muerto.
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Por nuestra música vernácula.
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La Crucifixión del Hombre.
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Prostitución Infantil.
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!Avante!
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La Sentencia del Dante.
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Algo de Historia Sobre Curazao
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Algunos aspectos de nuestras guerras de Independencia.
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Las Guerras de Independencia.
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Periódicos, Periodistas y Anecdotarios del Periodismo.
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Don Tomas de Bobadilla y la Revolución Restauradora.
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Don Tomas de Bobadilla y la Revolución del 7 de Julio del 1857
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Don Tomas Bobadilla y el Cónsul Segovia.
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Don Tomás Bobadilla Intimo.
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Los Seis Años de Báez y Don Tomás Bobadilla 1ª parte, 2ª parte, y 3ª parte
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Los Apuntes históricos de Santo Domingo de Don Carlos Nouel y la Constitución de SanCristóbal
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Rasgos Característicos de la Raza Hispánica y sus modalidades en Santo Domingo.
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Trujillo y San Rafael de la Angostura .Una Revolución Típica
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¿En qué fecha se fundó La Isabela?
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El Pensar de Nuestras jóvenes Mentalidades.
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El Hospital y El Padre Billini
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Raíces de Nuestro Espíritu
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El Manifiesto del 16 de Enero.
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El protector, General José María Cabral y el año de 1867. I, II y III
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Una charla del Dr. Guido Despradel: Un anecdotario médico de antaño.
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Valentín Giró
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Alrededor de un Libro de un Investigador Brasileño que nos desconoce.
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Trujillo: Presidente, Benefactor y caudillo permanente.
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El Drama y el Proceso del General Manuel Rodríguez (a) EL CHIVO I, II, III y IV.
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Generales del 1867: Sintaxis y firma.
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Guido Despradel tuvo que ejercer algunas funciones durante el régimen de Trujillo, pues el Jefe, desde que Guido se negara a darle un apretón de manos en 1931, le mantuvo un acoso permanente, apresándolo y como de costumbre en aquel oprobioso régimen, haciéndole falsas acusaciones. Pese a que un grupo de los mejores intelectuales del país vergonzosamente se convirtieron en serviles del régimen, Guido supo mantener la distancia. No obstante, como reza el slogan chileno “por la razón o por la fuerza”, tuvo que aceptar una Diputación y escribir algunos artículos a favor del déspota. Sin embargo, mantenía su resistencia y vivía grandes momentos de amargura, cuando se lo quería adocenar y manipular como un títere más del régimen.
La oportunidad de Guido desquitarse llegó, cuando el 26 de enero de 1957, para ocupar la vacante dejada por Peña Batlle, como miembro de Número de la Academia Dominicana de la Historia, debía pronunciar su discurso de ingreso. Toda la fauna de ideólogos del régimen encabezada por Ramón Emilio Jiménez, Virgilio Díaz Ordoñez, Goico Castro, Ruiz Tejada y demás, esperaban que Guido les siguiera el juego en su tenebroso plan de sacar a Duarte como ideólogo de la República Dominicana con el proyecto de Nación que creó junto a los trinitarios, para presentar a Trujillo como la persona que concluyó y superó la obra de Duarte y así afianzarlo como el Padre de la Patria Nueva.
El patriotismo de Guido pudo más que el amor a su familia y a su vida. Su dignidad estuvo a la altura de las circunstancias. Allí, como un titán de las epopeyas griegas en aquellos heroicos tiempos, pronunció un largo discurso, donde desenmascaró en todos sus detalles al traidor de Pedro Santana que sigue siendo el líder de los traidores, y recalcó el papel de Duarte y los sacrificios suyos y de su familia para crear lo que es la República Dominicana, dejando muy claro que la obra de Duarte estaba aún inconclusa. Y peor aún, ni siquiera mencionó el nombre de Trujillo, cosa que era de rigor entonces.
No bien concluyó su discurso, se abrieron los infiernos. Díaz Ordoñez, encargado por la Academia para responder su discurso, se destapó increpándole su desagradecimiento para con el Jefe y una serie de lindezas increíbles. Al día siguiente y en los sucesivos, El Caribe y La Nación, publicaron una serie de trabajos sucios contra Guido, yéndose al plano de lo personal, firmados por los personajes arriba mencionados y otros comentaristas pagados.
También, publicaron un espacio supuestamente de la Academia Dominicana de la Historia, donde se tomaba la resolución de expulsarlo de la misma. Sin embargo, nunca ha aparecido en los archivos de la Academia dicha resolución, ni ninguno de los académicos consultados pudo recordar que tomaran aquella decisión alguna vez, pues se enteraron por la prensa.
Esta situación agravó la salud de Guido, ya que lo separaron de su cargo, y lo dejaron sin ninguna fuente de ingreso como profesor de la Universidad Nacional. Falleció el 4 de julio de 1959, sin completar el medio siglo de vida, hace hoy 52 años. La Vega y el país jamás supieron lo que perdieron.
Tras el fallecimiento de Guido, su viuda María Joubert, hizo cumplir su voluntad, donando su biblioteca particular a la biblioteca que la sociedad “Amor al Estudio” había instalado formalmente e1 27.02.1915 con 717 volúmenes, y de la que Guido había sido Presidente en 1938 en este mismo solar. Sin embargo al construirse este edificio, se le puso el nombre de biblioteca municipal María Martínez de Trujillo.
Desaparecido el régimen, se hizo justicia, y a partir de entonces lleva el nombre de uno de los más brillantes intelectuales dominicanos, Guido Despradel Batista. Hoy, al reinaugurar este local, que esperamos se convierta en el santuario intelectual que Guido hubiera querido, esperamos que no vuelva jamás a ser otro cementerio de libros; quisiéramos ver renacer aquí aquella sociedad “Amor al Estudio” que desde 1896 vino marcando la pauta cultural de La Vega.
No para que aquí vuelvan a reunirse grupos de diletantes que nada aportaron a la cultura vegana en estos últimos cuarenta años, sino para que una nueva generación encienda el fuego de Prometeo, e ilumine la creación artístico-literaria tan necesaria para nutrir el espíritu de los pueblos. Esta biblioteca era la que contenía las obras más avanzadas y actualizadas que biblioteca alguna tuviera en el país. De ella se nutrieron no sólo Guido, Bosch, Mendoza Moya, Espinal, Teruel y otros tantos, sino que parió sucesivamente a la Sociedad Cultura y al Grupo literario de Los Nuevos en 1937, destacándose Luis Mc Despradel, Rubens Suro, Darío Suro, Arturo Calventi hijo, Alberto Rincón, Mario Concepción, Mario Bobea Billini, entre otros, que llevaron a La Vega a la Cima de la cultura dominicana, con el primer movimiento literario nacional de proyección internacional, que surgiera en el interior del país, y ese mismo año sus atletas ganaron los Primeros Juegos Olímpicos Nacionales batiendo varios records e implantando otros nuevos. Pero mucho cuidado!
No es para sustituir un clan tradicional por una élite corporativa, ni mucho menos para consolarnos cantaleteando ese pasado glorioso: es para construir un presente que nos proyecte, y que como entonces volvamos a ser el faro desde donde se vuelva a irradiar cultura hacia toda la región y al país. Que se mantenga la luz, y se despejen esas tinieblas que siempre están al acecho de cada nueva administración, para colarse e impedirle que vea la realidad cultural vegana.
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