La Villa Concepción de La Vega, una Vergüenza
Histórico
Las ruinas
son los índices que les señalan el camino de la inmortalidad
a los pueblos. Desde la Herópolis mil
veces glorificada el espíritu griego ilumina el sendero de perfección que deben
recorrer los herederos legítimos del alma maravillosa que ha dado permanencia
eterna en la Historia a los paganos helenos.
Siglos
de indiferencia y abandono, el histórico sitio de la Concepción de La Vaga,
centro de interés arquitectónico, arqueológico, antropológico, e históricos, se encuentra en la actualidad
en el más completo abandono, pese a las promesas superficiales de los gobiernos
que hemos tenidos que han hecho caso omisos a las recomendaciones de personalidades interesada que este lugar históricos pueda tener el verdadero valor que se merece por ser el primer enclave de construidos por los colonizadores europeos
en el Nuevo Mundo.
En
este mes se cumplieron 121 años que el presbítero Alejandro Adolfo Nouel, un 12
de octubre de 1892, con motivo del IV Centenario del descubrimiento de América.
Convoco a una reunión en las ruinas de
La Vega Vieja, con personalidades
del país, a las cuales le pedía
el recate de las mismas, siendo esta la primera manifestación ´para la reparación
de estas ruinas.
También
prestantes ciudadanos veganos como fueron el periodista, escritor Comandante
Lorenzo Despradel (Muley) así como historiador, escritor y antropólogo Dr.,
Guido Despradel y Batista, escribieron sobre
el estado lastimero de las ruinas
y los actos vandálicos que se han cometidos
y que aun se cometen sobre este monumento, también se refiera el Dr.
Luis Manuel Despradel
Muley
dice “Sin piedad derribó los
restos del bastión que el arqueólogo Cronau, copió lleno de admiración; horadó
el suelo para buscar en el seno de la tierra edificios enteros, que fueron
demolidos para utilizar esas piedras y esos ladrillos centenarios en la
fabricación de hornos, si es que los
destinaban a usos más innobles bajo la autoridades, que no podían comprender la
devoción que unos cuantos sentían por
cosas tan baladí como unas
ruinas” (obra PAGINAS, Colección
Nacional, Taller Tipográfico, El Día, La Vega, 1918)
Añade Lorenzo
Despradel “
Real no queda ya ni el punto geográfico
por obra de la codicia y de la estupidez ambiente, salvemos la pocas ruinas que
nos quedan siquiera sea para que nos se ponga nuestra cultura en entredicho,
suponiéndonos capaces de comer sin alzar nuestra viril protesta, el pan
cotidiano cosido en hornos hechos con las piedras y ladrillos arrancados de San
Nicolás y de la casa del Almirante!) (Obra PAGINAS, Colección Nacional, Taller
Tipográfico, El Día, La Vega, 1918)
De su parte
el Dr. Guido Despradel dice “<<Sin embargo la mano ruda e inconsciente,
ante la vista complaciente de quien debiendo tener conciencia de la
imperdonable y fatal culpa de su crimen la dejo actuar, ha ido destruyendo con
saña y osadía lo que la misma naturaleza enfurecida no pudo echar a tierra.
Hoy, de esas ruinas mil veces sagradas, muy
poco resta.
Pero
no es posible que permitamos que se borre así la expresión única y legítima de
la grandeza de nuestro pasado colonial. Lo que resta aún de las ruinas de La Vega Real debe ser conservado a
toda costa. Urge que echemos a un lado nuestra proverbial
apatía y movamos todos los resortes necesarios para que se tomen medidas
drásticas en bien de la conservación y
acondicionamiento de esta valiosa reliquia nacional. (Obras. Tomo II. Archivo General de la Nación. Volumen LXXXVI.
Compilación de Rafael Hernández, Santo
Domingo, 2010. Pág.117 y sig. Este artículo fue publicado por el Periódico
Renovación, II: 26, La Vega, 15 de febrero de 1937.)
El descuido, la
indiferencia, la apatía, la dejadez el abandono a que ha estado sometido
este inició de la historia de América por parte de las autoridades
Nacionales, Provinciales y Municipales, como consecuencia tal vez de el desconocimiento del valor que esta piedras representan para
la humanidad. , la depredación,
la falta de conciencia de los ciudadanos, el menosprecios de las autoridades
veganas pasadas y presentes por la preservación de estos legado historio único
en América con estas características, por ser la primera educaciones hecha por
los colonizadores españoles, hacen que las descripciones hecha por el
historiador vegano, sean hoy diferentes, pero una diferencia en sentido
contrario de retraso que dicen mucho de nuestro apego a las tradiciones y a
nuestro legado histórico,
El
Dr. Luis Manuel Despradel expresa <<Hay muros hundidos, y paredes
dispersas entres conucos y entres montes de dadillos. Por ahí mismo siguiendo
el camino desde la torre del fuerte está al oeste de la catedral en ruinas un
aljibe: depósito del acueducto que llevaba por canales de piedra el agua
abastecedora de la gran ciudad. Hasta hace poco, los campesinos simples, de ahí
tomaban el agua, de allí regaban la tranquilidad próspera de sus conucos. Aún
hoy cerca estuvo edificada la ciudad de los orgullos, del oro y de los blasones
españoles! El sitio así se llama hoy>>( (Paredones,
Ladrillos y Leyendas (Las Ruinas de La Vega Vieja) Conferencia dictada por el Dr. Luís
Manuel Despradel La Vega, abril
de 1952)
La Ciudad no se
hundió, La Derrumbó
el Terremoto…
Observando las ruinas que quedan, principalmente los recios paredones de la catedral, más que hundidos por el terremoto, los edificios se derrumbaron; igual se v130 en el resto de torre de la fortaleza, con sus almenas bajas, seis en la torre circular, típicas en las fortalezas construidas en los siglos XIV y XV. Es probable que la base de esta fortaleza estuviera hace poco tiempo un poco hundida lo mismo que otras paredes debido a la naturaleza cenagosa del terreno bajo y a las hojas podridas de los árboles y las maderas de la vieja ciudad, que con las aguas de las lluvias que bajan de las lomas y los cerros entre palmares, cocoteros, tabaco y conucos bien cuidados por los agricultores que hoy ven esa piedras, esas caritas de indios, resto de la alfarería indígena, con indiferencia, ajenos al caudal de la historia y de la cultura que ellas llevan en su abandono y en su antigüedad
Observando las ruinas que quedan, principalmente los recios paredones de la catedral, más que hundidos por el terremoto, los edificios se derrumbaron; igual se v130 en el resto de torre de la fortaleza, con sus almenas bajas, seis en la torre circular, típicas en las fortalezas construidas en los siglos XIV y XV. Es probable que la base de esta fortaleza estuviera hace poco tiempo un poco hundida lo mismo que otras paredes debido a la naturaleza cenagosa del terreno bajo y a las hojas podridas de los árboles y las maderas de la vieja ciudad, que con las aguas de las lluvias que bajan de las lomas y los cerros entre palmares, cocoteros, tabaco y conucos bien cuidados por los agricultores que hoy ven esa piedras, esas caritas de indios, resto de la alfarería indígena, con indiferencia, ajenos al caudal de la historia y de la cultura que ellas llevan en su abandono y en su antigüedad
Sin temor a
equivocarme puedo afirmar que somos el
único pueblo del mundo civilizado que
hemos cometido este crimen contra
la historia de América y el mundo, ya que no hemos sido capaz de preservar con dignidad esta legado
Es parte del
programa de Obras Públicas la conservación
y acondicionamiento de las ruinas nacionales, y si se cuidan con esmero la casa del Almirante y
el Alcázar de Diego Colón, y otras tantas
ruinas de menor importancia que la nuestra, bien deben atenderse LAS RUINAS DE LA CONCEPCION DE LA VEGA REAL, de esa
ciudad famosa en cuya catedral celebró primera misa el padre Las Casas, en cuya
Fortaleza administró dura justicia el Admírame, y que llegó el puesto de la
primera entre todas las villas y ciudades de la Española por su popularidad,
por la prestancia de sus vecinos y por ser un centro de riquezas incontables hacia el cual convergían miles d comarcanos
a hacer almoneda
Un ilustre y
noble viejo de nuestro pueblo nos ha
dicho, con palabras radiantes de
entusiasmo, que La Vega actual debe heredar las
glorias y la grandeza de La Vega Vieja.
Ojalá fueran
proféticas estas palabras, porque el
raquítico vivir de este pueblo,
paralítico por la incuria y la pobreza,
se nos presenta el horizonte de su destino repleto de nubes negras de muertes y
de anonimato.
O
reaccionamos o perecemos, o mantenemos
el prestigio y la gloria de nuestros
seculares blasones o el hato nos mata y nos brinda como triste sepultura la
quietud degradante de una aldea que tiene como límites de sus aspiraciones lo
que alcanza la corta visual de su ridículo campanario.
A pesar de
que desde la década de los setenta del
pasado siglo XX, se iniciaron unos movimientos en pos de darle un lavado de
cara es las ruinas; en 1970 las autoridades
vegana realizaron obras de limpieza de las ruinas, asesorada por la Oficina de Patrimonio Cultural, estos
trabajos estaban dirigidos por Arq. José González Balcácer del Instituto de
Cultura Hispánica y el Sr. Ricardo Alegría, Director
del Instituto de Cultura Puertorriqueña.
El 5 de julio de
1976, se crea la Comisión Coordinadora
para la puesta en valor del Sitio Histórico de La Vega, por el Decreto No.
2151, presidida por el Obispo de La Vega, Mons. Juan Antonio Flores Santana,
con la participación de la
Dirección Nacional de Parques y el Museos de Las Casas Reales.
Se inician los primeros pasos para el
recate de las ruinas, realizándose estudios aerofotograficos de la zona,
comprendiendo las comunidades de; Pueblo
Viejo, San Francisco, Carrera de
Palmas, y el Santo Cerro, todas las
inmediaciones del Sitio Histórico.
Se actualizan
las mediciones de las parcelas que se
encuentran en un área de 881/2 tareas,
donde están ubicadas las ruinas del
Fuerte y la Iglesia, se construyen oficinas,
talleres y destacamento militar. El 19 de diciembre de 1976 inician las excavaciones arqueologías de los asesores del
proyecto, Ing. Elpidio Ortega y Manuel García Arévalo. Los trabajos de
excavaciones se ven limitados a los caminos que conduce al Fuerte y con la
intención de ampliar la Zona de trabajo fueron declarados de utilidad pública y
de interés social, 20 parcelas contiguas que se consideran primera etapa del
proyecto, mediante el Decreto No. 2841
de fecha 2 de mayo de 1977.
El Decreto No. 2924,
del 17 de junio de 1977, en efecto
declara: Art. 1ro. se declara
Parque Nacional
Todo lo que se
ha expresado sobre la reconstrucción de las
edificaciones de: La Catedral La Concepción, el Convento de San
Francisco, y el Cementerio, han sido toda propaganda demagógica, de
funcionarios que llegan a la Ciudad de
La Vega, decir mentiras, sobre las ruinas de La Vega Vieja, y su entorno, la
llamada ruta de la Fe, es un cuento de
camino, no es realidad, no hay ninguna ruta de la Fe, si no se inicia en este
lugar cuna del cristianismo en América, es de ahí que hay que partir. La actual
situación, es deprimente, desolador, incomprensible como un monumento
arqueológico, cuna de la civilización en América se encuentre en esta
situación. Solamente se le ha puesto un poco de atención a la Fortaleza, no
a los verdaderos enclave que son; La
Catedral La Concepción, el Convento de San Francisco, y el Cementerio, ya que
las autoridades tratan de ocultar esta barbaridad
Por Ubaldo Solis Ureña.
ubaldosolis11@gmail.com
ub.solis.u@hotmail.com
DESDELAVEGARD/Ub.Solis. com.
La Vega, Rep. Dominicana
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