http://www.elmundo.es/internacional/2014/08/09/53e667c7e2704eba0d8b4581.html
La 'Zona Cero' del ébola, desierta
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Muere la hermana Chantal en el hospital de San José, abandonado por el Gobierno
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El padre Miguel será tratado con el 'suero milagroso' experimetal creado en EEUU
Enfermeros liberianos trasladan los cuerpos de dos víctimas de ébola para su entierro en Banjor (Monrovia
EFE
El padre Miguel, que se recupera en España tras ser evacuado a mediados de esta semana, será tratado con el medicamento experimental ZMapp, que ya ha sido administrado con éxito a los dos cooperantes norteamericanos que fueron repatriados desde Liberia.
El Gobierno español ha autorizado la medida porque es el único tratamiento viable ahora mismo, si bien no se ha probado en humanos de forma sistemática y es demasiado pronto para saber si realmente funciona.
El ZMapp, desarrollado por la biofarmacéutica estadounidense Mapp Bio, es un cóctel de tres anticuerpos que se fabrican utilizando plantas de tabaco de rápido crecimiento y tiene la capacidad de bloquear el virus. Aunque algunos ya lo apodan el "suero milagroso", el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EEUU, Anthony Fauci, ha advertido que aunque el "fármaco podría haber funcionado en ellos dos, no hay garantías de que pueda funcionar en más pacientes" ni existe "información sobre posibles efectos secundarios".
La declaración del ébola como "emergencia sanitaria universal" ha llevado a numerosos países a intensificar los controles en sus fronteras. En las últimas hora un paciente maliense ha sido ingresado de forma preventiva en Senegal porque tenía fiebre alta acompañada de fuertes dolores de cabeza. Según parece habría estado en contacto con ciudadanos guineanos tras un viaje a Mali. En Kenia otro paciente también fue internado por precaución, aunque su test de ébola salió negativo.
Mientras tanto, el Hospital San José de Monrovia (Liberia) sigue con su particular lucha contra el ébola, aunque es posible que dentro poco no quede nadie ni para luchar ni para contarlo. "La hermana Chantal falleció durante la noche [del viernes al sábado]", confirmó ayer a EL MUNDO William Erekum, un enfermero que ha acudido de forma voluntaria al centro y que ahora mismo es la única esperanza de los que siguen ahí. "La situación es dramática, aún hay 7 infectados".
La muerte de Chantal no ha cogido por sorpresa a los pocos que aún quedan allí. "Si no las evacúan pronto no van a durar mucho", explicaba hace unos días la hermana Juliana, que hasta el último momento intentó encontrar una solución para Chantal y Paciencia, que a pesar de no ser españolas eran hermanas de la Congregación de la Inmaculada Concepción, igual que ella.
Por su parte, el Gobierno liberiano mandó hace unos días a un equipo médico para hacer la prueba del ébola a los que se habían quedado en el hospital, pero hasta ahora solo han llegado los resultados de 3 personas y todas han dado positivo. "No sé qué está pasando ahí fuera. Antes tardaban 8 horas para dar los resultados y ahora ni siquiera se comunican con nosotros", se queja el enfermero. El hermano George se encuentra entre los que han dado positivo en la nueva ronda de análisis.
En la burbuja del hospital, con malas comunicaciones y demasiado por hacer, es posible que William no sea consciente de que Liberia está en situación de emergencia y de que las autoridades están desbordadas por el rápido avance del virus.
Tanto Paciencia como George fueron trasladados a última hora ayer al centro de Elwa, el único del país que todavía funciona con cierta normalidad. En el hospital aún quedan al menos otras siete personas que no han mostrado ningún síntoma, pero si la situación no cambia pronto el riesgo de contagio seguirá aumentando. "No sabemos qué va a pasar con ellos", lamenta William. Una vez más, el problema es que nadie del Gobierno les ha dado instrucciones y no saben qué pasará con el resto de infectados una vez se confirme su positivo, ya que Paciencia y George han estado una semana enfermos antes de ser evacuados.
Con algo de suerte los que permanezcan en el Hospital de San José aguantarán el tiempo suficiente para que Juan Ciudad ONGD reabra las instalaciones, tal y como ha prometido su director, Juan María Viadero. "Estamos trabajando a contrarreloj para enviar un equipo sanitario que pueda llegar lo antes posible al hospital para atender a las personas que están ahí".
Más suerte tuvo la hermana Catherine, que ahora descansa en una habitación de un centro médico en Togo, su país natal. "Me dio mucha pena tener que abandonar a Chantal y Paciencia pero tenía que salir de ahí para intentar hacer algo por ellas", confiesa a este periódico. De momento no ha desarrollado ningún síntoma, pero las autoridades togolesas han preferido internarla para evitar cualquier riesgo.
Tras la evacuación del hermano Miguel no podía aguantar más y decidió buscar la manera de salir de Liberia. "Fui al aeropuerto sin billete porque había venido a Monrovia para estar un par de semanas pero la muerte del hermano Patrick Nshamze y la infección de los otros cambió mis planes".
Sin embargo, salir de Liberia fue toda una odisea. Tras una escala en Sierra Leona y otra en Costa de Marfil, siempre con el miedo en el cuerpo de que no la dejaran pasar los controles fronterizos, finamente pudo llegar a Togo. Ahora, tumbada en la cama del hospital, solo piensa en que será de Chantal y Paciencia mientras afronta dos semanas en las que se preguntará, una y otra vez, si pudo haber hecho más para ayudarlas.
El Gobierno español ha autorizado la medida porque es el único tratamiento viable ahora mismo, si bien no se ha probado en humanos de forma sistemática y es demasiado pronto para saber si realmente funciona.
El ZMapp, desarrollado por la biofarmacéutica estadounidense Mapp Bio, es un cóctel de tres anticuerpos que se fabrican utilizando plantas de tabaco de rápido crecimiento y tiene la capacidad de bloquear el virus. Aunque algunos ya lo apodan el "suero milagroso", el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EEUU, Anthony Fauci, ha advertido que aunque el "fármaco podría haber funcionado en ellos dos, no hay garantías de que pueda funcionar en más pacientes" ni existe "información sobre posibles efectos secundarios".
La declaración del ébola como "emergencia sanitaria universal" ha llevado a numerosos países a intensificar los controles en sus fronteras. En las últimas hora un paciente maliense ha sido ingresado de forma preventiva en Senegal porque tenía fiebre alta acompañada de fuertes dolores de cabeza. Según parece habría estado en contacto con ciudadanos guineanos tras un viaje a Mali. En Kenia otro paciente también fue internado por precaución, aunque su test de ébola salió negativo.
Mientras tanto, el Hospital San José de Monrovia (Liberia) sigue con su particular lucha contra el ébola, aunque es posible que dentro poco no quede nadie ni para luchar ni para contarlo. "La hermana Chantal falleció durante la noche [del viernes al sábado]", confirmó ayer a EL MUNDO William Erekum, un enfermero que ha acudido de forma voluntaria al centro y que ahora mismo es la única esperanza de los que siguen ahí. "La situación es dramática, aún hay 7 infectados".
La muerte de Chantal no ha cogido por sorpresa a los pocos que aún quedan allí. "Si no las evacúan pronto no van a durar mucho", explicaba hace unos días la hermana Juliana, que hasta el último momento intentó encontrar una solución para Chantal y Paciencia, que a pesar de no ser españolas eran hermanas de la Congregación de la Inmaculada Concepción, igual que ella.
Por su parte, el Gobierno liberiano mandó hace unos días a un equipo médico para hacer la prueba del ébola a los que se habían quedado en el hospital, pero hasta ahora solo han llegado los resultados de 3 personas y todas han dado positivo. "No sé qué está pasando ahí fuera. Antes tardaban 8 horas para dar los resultados y ahora ni siquiera se comunican con nosotros", se queja el enfermero. El hermano George se encuentra entre los que han dado positivo en la nueva ronda de análisis.
En la burbuja del hospital, con malas comunicaciones y demasiado por hacer, es posible que William no sea consciente de que Liberia está en situación de emergencia y de que las autoridades están desbordadas por el rápido avance del virus.
Tanto Paciencia como George fueron trasladados a última hora ayer al centro de Elwa, el único del país que todavía funciona con cierta normalidad. En el hospital aún quedan al menos otras siete personas que no han mostrado ningún síntoma, pero si la situación no cambia pronto el riesgo de contagio seguirá aumentando. "No sabemos qué va a pasar con ellos", lamenta William. Una vez más, el problema es que nadie del Gobierno les ha dado instrucciones y no saben qué pasará con el resto de infectados una vez se confirme su positivo, ya que Paciencia y George han estado una semana enfermos antes de ser evacuados.
Con algo de suerte los que permanezcan en el Hospital de San José aguantarán el tiempo suficiente para que Juan Ciudad ONGD reabra las instalaciones, tal y como ha prometido su director, Juan María Viadero. "Estamos trabajando a contrarreloj para enviar un equipo sanitario que pueda llegar lo antes posible al hospital para atender a las personas que están ahí".
Más suerte tuvo la hermana Catherine, que ahora descansa en una habitación de un centro médico en Togo, su país natal. "Me dio mucha pena tener que abandonar a Chantal y Paciencia pero tenía que salir de ahí para intentar hacer algo por ellas", confiesa a este periódico. De momento no ha desarrollado ningún síntoma, pero las autoridades togolesas han preferido internarla para evitar cualquier riesgo.
Tras la evacuación del hermano Miguel no podía aguantar más y decidió buscar la manera de salir de Liberia. "Fui al aeropuerto sin billete porque había venido a Monrovia para estar un par de semanas pero la muerte del hermano Patrick Nshamze y la infección de los otros cambió mis planes".
Sin embargo, salir de Liberia fue toda una odisea. Tras una escala en Sierra Leona y otra en Costa de Marfil, siempre con el miedo en el cuerpo de que no la dejaran pasar los controles fronterizos, finamente pudo llegar a Togo. Ahora, tumbada en la cama del hospital, solo piensa en que será de Chantal y Paciencia mientras afronta dos semanas en las que se preguntará, una y otra vez, si pudo haber hecho más para ayudarlas.
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