El artista dominicano, Raúl Morilla presenta su exposición “Comiendo Ansias " en Portugal

Este viernes culmina

El artista dominicano, Raúl Morilla presenta su exposición  “Comiendo Ansias " en Portugal

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(+) Click para ampliar  (+) Click para ampliar  (+) Click para ampliar   Grabar artículo Imprimir artículo Escribir comentario Enviar a un amigo Santo Domingo.- Catapultando su consagrado éxito en República Dominicana, el dibujante, escultor, instalador y arquitecto dominicano, Raúl Morilla, trasladó ahora las “fronteras de su arte” a Lisboa, Portugal, donde desde el pasado 26 de febrero, y hasta este viernes 15 de marzo, presenta su exposición de dibujos “Comiendo Ansias”, en el Instituto Camoes, de la capital portuguesa. La muestra del artista dominicano en Lisboa, organizada por la Embajada de República Dominicana en Portugal y el Instituto Camoes, cuenta con 12 dibujos en formatos medianos, elaborados en la técnica mixta sobre papel kraft, así como la proyección de tres videos-arte. En los dibujos, Morilla expresa su preocupación por la “sociedad caníbal” en que nos desenvolvemos actualmente. Además, pretende retratar la “deshumanización que percibimos en todos los ámbitos de nuestras vidas desde lo laboral hasta lo familiar”, asegura el también escultor.  “El animal está siendo más persona y viceversa”, de ahí que las formas grotescas y semi humanas en agonía estén presentes en los dibujos del artista, nacido en 1972 en la ciudad de La Vega. “El arte y la educación artística deben tener la finalidad de sensibilizar al ser humano para así tener mejores ciudadanos y un mundo mejor”. La muestra, del también arquitecto dominicano, se lleva a cabo en uno de los principales espacios de la cultura y arte portugués. El Instituto Camoes es una institución cuya función es la cooperación de la cultura y la lengua portuguesa. Su sede central se encuentra en el Palacete Seixas de la Ave. Liberdade, frente a la rotonda del Marqués de Pombal, en pleno centro de Lisboa. En este importante espacio han desfilado innumerables artistas plásticos de talla mundial, por ello, la presentación de Morilla es un verdadero privilegio, “sólo para algunos”, como lo destaca el reconocido poeta y crítico portugués, Fausto Marsol.  “Morilla es un pintor maduro, con un estilo muy bien marcado, que muestra en los dibujos que exhibe una notable uniformidad, trazo y colores. Personalmente, percibo algunos rasgos de africanidad y algunos de surrealismo en el dibujo de las figuras. Es una excelente muestra, la recomiendo”, señala Marsol.   “El dibujo es donde nace todo, por eso, soy un amante del dibujo” Actualmente, este consagrado artista dominicano asegura que disfruta “todo lo que hago artísticamente. El dibujo, la pintura, las instalaciones, la escultura. El dibujo puedo decir que es el papá de todo lo que germina, ya que con el dibujo es que uno esboza para desarrollar las ideas de los proyectos, ya sean escultóricos, pictóricos o de instalaciones. Claro que cada quien tiene su proceso creativo individual elige esa manera, o sea, el dibujo es donde nace todo, por eso, soy un amante del dibujo. El dibujo es como el esperma de todo, porque de ahí es que nace todo. Esta exhibición de dibujos me permite llevar a otras fronteras mis planteamientos y criterios sobre el mundo de hoy. El dibujo para mí es esencial, ya que lo considero más espontáneo. La expresión del dibujo está sin contaminación, y más en mi caso, donde los trazos son más bien como croquis a mayor escala”, indica Morilla.  Este hijo ilustre de la ciudad de La Vega revela que se ha “desarrollado en escultura, dibujo y video instalaciones dentro de las artes visuales. Cada una de estas manifestaciones tiene sus propias maneras de transmitir con caracteres propios y creo que cada una de ellas cumple un cometido diferente, aunque el macro planteamiento sea el mismo. Es como una escala. El dibujo bidimensional transmite desde un ángulo y la escultura desde varios puntos, mientras que la instalación interviene el espacio desarrollando la idea dentro de un micro universo, donde el espectador se hace partícipe de todo lo que acontece”.      De la misma forma, Morilla recalca que el privilegio de exhibir su arte en el extranjero no es menor, ya que “el tener la oportunidad de poder presentar tus creaciones en otros puntos geográficos, y culturalmente diferente, te da la oportunidad de ver el gran abanico de interpretaciones que puedan tener tus piezas, lo que  enriquece grandemente tu trabajo. La experiencia de Lisboa ha sido excepcional, no tan sólo por la acogida de la muestra, sino también por la serie de conexiones que se establecen con los centros especializados de esta ciudad en beneficio del arte nacional. Poder exhibir otras expresiones de nuestra cultura, donde muchas veces sólo se piensa en que República Dominicana es playa y que el arte no pasa de unos pocos cuadros con paisajes costumbristas bien coloridos, creo que es excepcional, y aporta mucho a cambiar la visión particularista de nuestro país”, explica Morilla. “Los artistas tienen que esforzarse” Para el también profesor de la Universidad Católica Tecnológica del Cibao (UCATECI), “la vida de un artista en República Dominicana me parece que no es muy diferente a la que sería en cualquier parte del  mundo. Los artistas tienen que esforzarse por el factor económico que tanto que nos aqueja. La diferencia radica en que otros países tienen una política cultural definida, enfocada a defender los intereses culturales y sobre todo a los artistas”, dice Morilla.  “Aquí (República Dominicana), lamentablemente, tenemos que laborar en otro tipo de oficio que nos remunere el dinero necesario para el sustento de nuestras vidas, lo que resta tiempo para la creatividad. El pluri-empleo, como se llama aquí, emplearnos en varios trabajos para así poder sustentarnos económicamente. Vivir en los afanes de la búsqueda de oportunidades, tratando de hacer su trabajo dignamente dentro de los pocos espacios disponibles en nuestro país. Aunque debo asegurar que las cosas han ido mejorando a medida de que ha pasado el tiempo”, agrega el dibujante. Pero para Morilla, “siempre hay una luz al final del túnel”, pues República Dominicana “está viviendo el momento del despegue hacia la internacionalización de sus artes visuales. Hemos visto como un grupo de colegas, en las diferentes vertientes, se han ido abriendo espacios en importantes circuitos internacionales, lo que en un futuro contribuirá enormemente en el reconocimiento de la riqueza de nuestra expresión visual. Claro, todo esto debe ir acompañado de una política pública que avale todo este esfuerzo, cosa que actualmente no está sucediendo”. Una carrera plagada de éxitos Raúl Tamayo Morilla Rodríguez estudió en la Escuela Municipal de Bellas Artes Francisco Soñé y, además, es arquitecto de la Universidad Tecnológica de Santiago de Los Caballeros (UTESA). También realizó cursos y talleres artísticos en la Escuela de Diseño de Altos de Chavón, así como en Santo Domingo y Cuba. Se graduó también en Historia del Arte y, desde 1994, es docente en UCATECI. Entre sus principales reconocimientos, destacan: Premio Único Concurso de Escultura Prats Ventós, Centro Cultural de España, Santo Domingo, República Dominicana (1996); Premio XXIV Bienal Nacional de Artes Visuales Santo Domingo (2007); Premio II Bienal Paleta de Níquel, Museo Cándido Bidó, Bonao (2007); Premio XXII Concurso de Arte León Jiménez, Santiago de los Caballeros (2008); Mención Especial I Trienal Internacional del Caribe, Santo Domingo (2010). En mayo de 2012, Morilla culminó, luego de casi siete meses de ininterrumpida exhibición en el Museo de Arte Moderno de Santo Domingo, la muestra“Ensimismados”, exposición que tuvo una enorme acogida en el mundo del arte de República Dominicana, y que marcó récord en audiencia de público, así como una excelente crítica de los expertos.  Las obras de Raúl Morilla forman actualmente parte de las colecciones del Museo de Arte Moderno de Santo Domingo; del Centro León, en Santiago de los Caballeros; de la Universidad Tecnológica del Cibao (UCATECI), La Vega; del Museo Cándido Bidó, en Bonao; del Palacio Municipal, la Alcaldía del Municipio de La Vega y el Museo del Diseño, en Holon, Israel