Origen y Evolución de la actual ciudad de La Concepción de
La Vega
La actual ciudad de la Concepción de La Vega, fundada a
orilla del que fuera en un tiempo el
caudaloso Río Camú, él que bordeaba como
guitarra arabesca todo el entorno de
esta urbe. Surgió de un caserío de improvisadas casuchas de chagua, tablas de
palma y tejas, levantado por familias sobrevivientes de la destrucción del
terremoto de diciembre de 1562, que
destruyo la abandonada Villa de la Concepción.
Otra parte de los
aterrorizados pobladores huyeron hacia Santiago, sin darse cuenta que también la Villa de Santiago
corrió la misma suerte que la Concepción.
Estos pobladores, se apropiaron socialmente
de un espacio donde reprodujeron
las costumbres, valores y usos de sus antepasados. Dedicaron
todos sus esfuerzos de sobreviviente a la actividad agropecuaria, como consecuencia de ellos ésta población y sus alrededores se
consagraron a este importante renglón de
la producción.
Pese a la marginación, la opresión y los anquilosamientos dentro del contexto en
que vivía la colonia. Los cuales los pobladores de la antigua
metrópolis no tenían recursos para avanzar más allá de lo que la autarquía
impone
El proceso evolutivo, fue muy lento y sus moradores tuvieron que soportar las embestidas de la naturaleza que como
un presagio le perseguía, nuevos
terremotos, incendios y destrucción caían sobre sus residentes constituyendo
a provocar la emigración o la dispersión
de la población.
Pasando los años, y en el tiempo de la dominación haitiana,
el poblado principal de la Ciudad de La Vega, se encontraba concentrado al rededor de la Plaza de Armas lo que hoy es el Parque Duarte. Décadas más tarde, sus
pobladores habían participado en los
hechos gloriosos de la proclamación de la
Independencia Nacional y su
participación activa en los sucesos de la Primera República. Estos da a
indicar que sus habitantes estaban
relativamente cohesionados en torno a intereses comunes.
Para el 1871, en una ilustración que publicara
Samuel Harzard, sobre La Vega de entonces, muestra un caserío de bohíos
muy pobres, aunque él encontró que las
casas de maderas estaban muy bien
construidas y la disposición en ángulos rectos de las calles la que le daba una impresión de
urbana.
Sin embargo el grabado presenta, que estaba rodeadas de
insalubres lagunas, no quitando que hubieses un grupo de personas acomodadas y
de ricos comerciantes, pues en 1846 los veganos se habían quejado ante el
Presidente Santana, por la competencia de los comerciantes judíos.
El historiador H. Hoetink, en su obra “El Pueblo Dominicano 1850-1900.
Apunte para la Sociología Histórica, segunda educción UCMM, Santiago,
Rep. Dom, julio 1972, pág. 85, dice “Un ejemplo típico de estancamiento de una ciudad en este periodo, lo constituye la
muy antigua ciudad de La Vega, a pesar
de su situación en el fértil Cibao. En 1871 hizo con su (demasiado) grande
Catedral, sus avenías de acceso
sembradas de gramas, sus calles que
se cruzaban en ángulos rectos, sus casas
de maderas bien construida. Le ocasionó a
Hazard, una verdadera impresión
.
Su población en ese entonces de 3,000 habitantes, y treinta
años después, cuando contaba con 21 calles paralelas y 73 manzanas, no tenias
más de 3,406 pobladores,( Listín Diario, 8 de junio de 1899; el censo de 1898.)
Este estancamiento
fue atribuido a un castigo del
Gobierno Presidente Heureaux (Lilí), a
la ciudad, por el papel que esta juzgó en la revolución de 1886 bajo el
liderazgo de un miembro de la
distinguida familia de Moya. (Obra,
Hostos en Santo Domingo, cit. I. 291)
pero contra ideas de la ciudad vencida, puede deducirse el hecho que fue en la
administración de Ulises Heureaux fue La Vega, escogida como punto de partida
del Ferrocarril Sánchez-La Vega
Una explicación más probable del estancamiento de La
Vega, el hecho de que en el Cibao,
la función de Santiago como centro regional no necesitaba ser duplicada; mientras que en
la región circundante a La Vega, el papel del centro de menor escala le
correspondió a Moca, la cual situada
entre La Vega y Santiago, podía
abátasele más fácilmente de Santiago.
Así la mano del progreso distribuía
automáticamente sus dádivas de
manera aparentemente caprichosa
Fuentes:
El historiador H. Hoetink, en su obra “El Pueblo Dominicano 1850-1900.
Apunte para la Sociología Histórica, segunda educción UCMM, Santiago,
Rep. Dom, julio 1972, pág. 85
Alfredo
R. Hernández, “Visión General del Carnaval Vegano”, Documento para Discusión s/f. pág. 5
Listín
Diario, 8 de junio de 1899.
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