viernes, 7 de febrero de 2014

¿Es la libertad “presencia” de algo?

 

por Mora Torres
 http://blogs.monografias.com/editorial/2014/02/05/%C2%BFes-la-libertad-presencia-de-algo/#more-5526

¿Es la libertad “presencia” de algo?

José Itriago opina que “las grandes piedras no necesitan caminos” (El camino de las palabras…).No obstante, yo soy una gran piedra que mira buscando y buscando algo parecido al techo de un laberinto, por donde se podría salir (Los laberintos de Borges).
La ansiedad me devora, cuando debería estar quietísima como la piedra que soy, como cualquier piedra que no puede volar (Trastornos de la ansiedad).
Sólo los libros me hablan en esta casa (Saber leer).
Llevo y traigo libros de la mesa de luz al escritorio, del diván que está en el piso de arriba al sofá que está en el piso de abajo.
No todos los textos que extraigo con rara urgencia de mi biblioteca tienen nombre o renombre.
Hoy mi capricho me condujo a escuchar hablar a los libros sobre la libertad.
Escogí tres: Ensayos, de Emerson (El filósofo y la construcción democrática de la sociedad); El miedo a la libertad, de Erich Fromm (El concepto de libertad en Erich Fromm), y Manual para estudiantes de primer año, de la Fundación Hastinapura -la Fundación Hastinapura tiene entre sus principios cultivar el estudio de las religiones, ciencias, artes y filosofías que lleven a “la elevación espiritual del hombre”. Yo iba allí a clases de hatha yoga, cuando vivía en Buenos Aires.
Los Ensayos de Emerson, en los que siempre encuentro alguna cosa que me responde claro, esta vez no me entregaron nada. Seguro busqué mal.
Abrí El miedo a la libertad, yo que había abandonado a Fromm hacía demasiados años.
Pensé en la persona que me había regalado ese libro, ¿dónde estará? ¿Estará? En algún lugar del cielo o de la tierra anda Miguel (Breve ensayo sobre el afecto, amor y amistad), seguro, perorando sobre:
El miedo a la libertad
Por ahora, apenas si leí el primer capítulo, “La libertad como problema psicológico”. Y tal vez por mis apuros para ponerle etiquetas a mi desazón, me pareció comprender que eso bastaba para abrirme la puerta. Al pensamiento de la libertad; a una definición de libertad que todavía no he aprehendido.
Por supuesto, no resultó así, al menos no resultó del todo así.
Tengo a mi lado el libro. Unas líneas finales de ese primer capítulo lo resumen y son tal vez la causa de que persista la ambigüedad de mi postura frente a la palabra, o a la idea, de libertad:
“…el hombre, cuanto más gana en libertad, en el sentido de su emergencia de la primitiva unidad indistinta con los demás y la naturaleza, y cuanto más se transforma en ‘individuo’, tanto más se ve en la disyuntiva de unirse al mundo en la espontaneidad del amor y del trabajo creador o bien de buscar alguna forma de seguridad que acuda a vínculos tales que destruirán su libertad y la integridad de su yo individual”.

¿Condiciones para la libertad?
Yo pensé siempre en los condicionamientos. La libertad condicionada no es libertad, es el velo de ilusión de una novia aterida.
Prisioneros de necesidades fisiológicas, de límites intelectuales, emocionales, económicos y, también, de dogmas morales, deberíamos desterrar la palabra libertad a lugares exóticos del pasado, donde existían en nombre del deseo o del terror vocablos tales como Atlántida, Utopía, Cíclope.
Pero está bueno razonar con Fromm que el modo de vida de cada uno de nosotros está determinado por todas esas necesidades que mencioné y, además, por las singulares características de un sistema económico que nos obliga, para sobrevivir, a aceptar estas condiciones de vida. Lo cual no significa, según mi autor, “que no pueda intentar, juntamente con otros individuos, la realización de ciertos cambios políticos y económicos; no obstante, su personalidad es moldeada por obra del tipo de existencia especial que le ha tocado en suerte…”
Poder intentar: ¿es un gran consuelo o una real posibilidad? Puesto que si la suerte nos condiciona…
No, no creo en la libertad, no sé si al final del libro Fromm abrirá otros panoramas. Lo que sí creo es en una evolución humana tan dramática –como cuando el primer simio se puso de pie por varias horas- que la conquiste.
Mientras tanto me sigo preguntando con mi querido inspirador: “¿Es la libertad solamente ausencia de presión exterior o es también presencia de algo?
Otra cita
Iba a dejar a Fromm en el párrafo anterior, pero me volví y comprendí que más allá de cualquier opinión, quiero compartir con ustedes este extracto un poco largo pero necesario –a mis fines, claro.
Antes debe saberse que este libro fue escrito durante o casi al fin del la Segunda Guerra:
“¿No existirá tal vez, junto a un deseo innato de libertad, un anhelo instintivo de sumisión? Y si esto no existe, ¿cómo podemos explicar la atracción que sobre tantas personas ejerce actualmente el sometimiento al ‘líder’? ¿El sometimiento se dará siempre con respecto a una autoridad exterior, o existe también en relación con autoridades que se han internalizado, tales como el deber, o la conciencia, o con respecto a la coerción ejercida por íntimos impulsos, o frente a autoridades anónimas como la opinión pública?
“Todo intento por comprender la atracción que el fascismo ejerce sobre grandes pueblos nos obliga a reconocer la importancia de los factores psicológicos.
“La imagen familiar del hombre, durante los pasados siglos próximos, había sido la de un ser racional cuyas acciones se hallaban determinadas por el autointerés y por la capacidad de obrar en consecuencia
“Cuanto mayor era el éxito alcanzado por la clase media en el quebrantamiento del poder de los antiguos dirigentes políticos y religiosos, cuanto mayor se hacía el dominio de los hombres sobre la naturaleza y cuanto mayor era el número de individuos que se independizaban económicamente, tanto más se veían inducidos a tener fe en un mundo sometido a la razón y en el hombre como ser esencialmente racional. Las oscuras y diabólicas fuerzas de la naturaleza humana eran relegadas a la Edad Media y a períodos históricos aún más antiguos, y sus causas eran atribuidas a la ignorancia o a los designios astutos de falaces reyes y sacerdotes.
“Se miraban esos períodos del modo como se podría mirar un volcán que desde largo tiempo ha dejado de constituir una amenaza.
“Cuando el fascismo llegó al poder la mayoría de la gente se hallaba desprevenida tanto desde el punto de vista práctico como teórico. Era incapaz de creer que el hombre llegara a mostrar tamaña propensión al mal, un apetito tal de poder, semejante desprecio por los derechos de los débiles o parecido anhelo de sumisión.
“Tan solo unos pocos se habían percatado de ese sordo retumbar del volcán que precede a la erupción”.
Además de que es posible aplicar las máximas de Fromm a este tiempo, encuentro una respuesta en el hirviente cráter, y la encuentro en el Manual para Estudiantes de Primer Año de la Fundación Hastinapura:
“La libertad es sólo una idea de la razón, cuya realidad objetiva en sí misma es dudosa”.
Envío
Esta “libertad comparada” que les envío me provoca una tenue sonrisa. He copiado más de lo que he escrito y he reflexionado menos que nunca; sin embargo, siento que queda ese algo flotando más intensamente que en mis “ficciones” anteriores, y eso es lo que les quería ofrendar.
¿Alguien podrá alumbrar mi noche demasiado oscura? Los espero
Mora

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