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Personajes Históricos
Durante la historia de la República Dominicana se han ido sucediendo una
serie de héroes y personalidades destacadas por sus obras y acciones.
En este subsitio dominicano se presenta una lista de estas celebridades
que van desde el inicio y el desarrollo de su vida republicana.
Entre estas personalidades se destacan sus tres Padres de la Patria,
Juan Pablo Duarte y Díez, Francisco Sánchez del Rosario y Matías Ramón
Mella;
Benito González
Felipe Alfau
Félix María Ruiz
Fancisco del Rosario Sánchez
Jacinto de la Concha
José María Serra
Juan Isidro Pérez
Juan Nepomuceno Ravelo
Juan Pablo Duarte y Diez
Matías Ramón Mella.
Pedro Alejandrino Pina
Benito González
Nació
en Santo Domingo en 1811. Fue de los fundadores de la organización
secreta La Trinitaria, independentista, estuvo presente en la Puerta del
Conde la noche del 27 de febrero de 1 844.
Participó activamente en actividades independentistas junto a Francisco
del Rosario Sánchez. Lograda la Independencia, se retiró casi totalmente
de la actividad política. Ocupó algunos cargos de escasa relevancia.
Muere en Santo Domingo en 1883.
Tomado de: Enciclopedia Dominicana, Tomo 3, Pag. 249.
Felipe Alfau
Si
bien fue un hombre de valor y acaso rivalizó con Santana como conductor
de tropas y como estadista de voluntad enérgica, parece haber sido un
político de temperamento rebelde.
Después de haber recibido toda clase de distinciones del héroe del 19 de marzo, se disgustó por un motivo sencillo de su protector y le miró desde entonces con rencor.
Luchó con arrojo frente a los haitianos en «El Memiso» y en «Sabana Larga», donde su dirección influyó poderosamente en el triunfo de las armas dominicanas. Pero no amó al país, y a lo que en realidad servía, cuando peleaba contra Haití, era a sus sentimientos españolistas furibundamente arraigados. Tenaz, como buen aragonés, aunque accidentalmente nacido en territorio dominicano, empleó desde el primer día todo su poder de fascinación y todo el prestigio vinculado a su apellido para inclinar a Santana en favor de la reincorporación de la República a España.
Después de haber recibido toda clase de distinciones del héroe del 19 de marzo, se disgustó por un motivo sencillo de su protector y le miró desde entonces con rencor.
Luchó con arrojo frente a los haitianos en «El Memiso» y en «Sabana Larga», donde su dirección influyó poderosamente en el triunfo de las armas dominicanas. Pero no amó al país, y a lo que en realidad servía, cuando peleaba contra Haití, era a sus sentimientos españolistas furibundamente arraigados. Tenaz, como buen aragonés, aunque accidentalmente nacido en territorio dominicano, empleó desde el primer día todo su poder de fascinación y todo el prestigio vinculado a su apellido para inclinar a Santana en favor de la reincorporación de la República a España.
Al hijo de Julián Alfau se debió en gran parte que el futuro Marqués de
las Carreras, un déspota cegado por la codicia y el orgullo, aceptara la
reanexión a España en vez de negociar, como parecía desearlo la
corriente de opinión más respetable del país, un simple protectorado.
Por egoísmo o por un sentimiento de rabiosa y estúpida adhesión a la
tierra de sus antepasados, Felipe Alfau señaló desde el primer momento a
su jefe el partido menos digno y menos aconsejable: el del sacrificio
total de la independencia solución repudiada por la casi universalidad
de los dominicanos, que deseaban la ayuda de España para sostener su
libertad, pero que no querían esa protección a trueque de una
servidumbre absoluta.
Todos los trinitarios vieron desde entonces como un desertor a este
malvado. La siguiente anécdota pinta el grado de rechazo que le cobró
Sánchez al perjuro. En las postrimerías de 1844, después de una corta
estancia en lrlanda, llegan a Nueva York algunas de las víctimas del
decreto que condenó a destierro perpetuo a Duarte y a los principales
caudillos de la Puerta del Conde.
Un día en que Francisco del Rosario Sánchez, Ramón Mella y Pedro
Alejandrino Pina, quienes figuraban entre ese grupo de inmigrantes,
acosados de su país por el despotismo naciente de Santana, atravesaban
una de las calles portuarias de la gran urbe, tropezaron inesperadamente
con Felipe Alfau. Mella y Pedro Alejandrino Pina, desconcertados por
aquel encuentro inesperado, corrieron hacia el compatriota para
abrazarlo con entusiasmo efusivo. Sánchez, en cambio, miró con acritud
al consejero de Santana, al antiguo Simón de las conjuras secretas de
«La Trinitaria», y le volvió orgullosamente la espalda.
Tomado de: Enciclopedia Dominicana, Tomo 1, Pag. 40.
Félix María Ruiz
Prócer febrerita. Nació en Santo Domingo en 1815. Fue, junto a Juan Pablo Duarte, Ramón Matías Mella y Francisco del Rosario Sánchez uno de los fundadores de la sociedad secreta La Trinitaria, el 1 6 de julio de 1 838, constituida en la casa de Juan lsidro Pérez, situada frente a la Iglesia del Carmen.
La Trinitaria fue el más importante instrumento para la lucha
independentista. Después de la proclamación de la independencia en la
que Félix María Ruiz tomó parte, participó como militante de los
intereses trinitarios, en los planes que buscaban llevar a Duarte a la
presidencia de la República lo que fue impedido por Pedro Santana en
junio de 1844.
Perseguido desde entonces por el gobierno de Pedro Santana, quien tomó
el control de la Junta Central Gubernativa, Félix María Ruiz fue
encarcelado, juzgado como traidor a la patria, y expulsado del país a
perpetuidad junto a los líderes trinitarios. A partir de 1889 recibió
una pensión del Estado Dominicano, en reconocimiento de su labor
patriótica.
Se estableció para siempre en Venezuela, pero se mantuvo fiel al ideario
Duartiano. Envejecido y enfermo falleció en Venezuela en 1891.
Posteriormente sus restos fueron trasladados a la República Dominicana,
reposando en la Capilla de los Inmortales, de donde fueron llevados al
Panteón de la Patria.
Tomado de: Enciclopedia Dominicana, Tomo 6, Pag. 168.
Francisco del Rosario Sánchez
Es
uno de los grandes próceres republicanos de la historia dominicana.
Héroe del 27 de febrero de 1844, hombre de acción y, como Duarte, Mella,
Cabral, Pimentel, Manzueta, Adón y otros, expresión auténtica de
dominicanidad y de vocación patriótica, republicana y revolucionaria. Su
vida como hombre público fue honesta, incorruptible e inmaculada y fue
marcada por su Comportamiento valiente, temerario e ingenuo.
Nació en Santo Domingo el 9 de marzo de 1817, durante los últimos años
del período colonial conocido como la España Boba. Fue el primer hijo de
la unión de Narciso Sánchez, tablajero de profesión, y Olaya del
Rosario, ambos personas de color. En el acta bautismal de Olaya del
Rosario aparece como parda libre, lo que implica su ascendencia
africana. Cuando se unió a Narciso, ya era madre de un hijo a quien su
compañero le dio su apellido. Francisco nació antes de que sus padres
contrajeran matrimonio.
Poco sabemos de su niñez y adolescencia sino que, en los primeros años
de su juventud fue peinetero en concha y, a los 22 años, escribiente del
Estado Civil. Fue discípulo del padre Gaspar Hernández.
No se conoce cuando comenzó su relación con Juan Pablo Duarte pero el
hecho de que no figuró entre los fundadores de la sociedad secreta La
Trinitaria en 1838, hace pensar que se conocieron después de esa fecha.
De todas formas, al ampliarse los trabajos de esa organización
patriótica, Sánchez se convirtió en un trinitario en quien Duarte
confiaba plenamente. Poco tiempo después de iniciados los trabajos que
persiguen la Separación y la independencia, pasó a ser el segundo jefe
del movimiento. Extiende sus actividades de proselitismo e información
fuera del ámbito de la ciudad de Santo Domingo.
Luego del triunfo del movimiento reformista que derrocó el gobierno de
Boyer, cuando Charles Herard viaja a la parte Este, Sánchez, perseguido,
sale de Los Llanos y se dirige a Santo Domingo, cruzando a nado el río
Ozama y avisa a Duarte de la llegada de Herard. Buscado por las
autoridades se esconde y logra evadir la persecución haciendo correr el
rumor de que había muerto a consecuencia de una enfermedad repentina.
Ausente Juan Pablo del país, asume la dirección del movimiento
independentista que había entrado en su última y más peligrosa etapa.
Desde su escondite dirige con serena actitud los preparativos del
proyecto. Preside las reuniones del grupo y amplía contactos con
representantes del sector social más importante de la ciudad. Mella le
presta efectiva y oportuna colaboración. Para los primeros días de enero
de 1844, redacta Sánchez el Manifiesto de independencia que será
publicado con fecha del 16 de ese mes y, a petición de Mella, es enviado
a Tomás Bobadilla para su corrección.
Culminan en febrero los preparativos, y en reunión celebrada la noche
del 24, en la que se toman las decisiones finales, el grupo de valientes
elige a Sánchez, Comandante de Armas con el rango de coronel, 0 que
constituyó un reconocimiento expreso a su jefatura política y militar. A
esa reunión asistieron además de Francisco del Rosario, Mella, Vicente
Celestino Duarte (hermano de Juan Pablo), los hermanos Puello y Ios de
la Concha (Jacinto y Tomás), Juan Alejandro Acosta y otros. A
proposición de algunos de sus compañeros entre los cuales figuraron
Félix Mercenario, Manuel María Valverde, Manuel Jimenes y Mariano
Echevarria, se convino que Sánchez presidiera la Junta de Gobierno que
debía dirigir los destinos de la naciente república. Es significativo
señalar que los proponentes y la totalidad de los que aceptaron, en
términos sociales, tenían más categoría que Francisco del Rosario, pero
eso no les impedía reconocer las condiciones de liderato del joven
conjurado.
Investido de esa autoridad, comparece la noche del 27 a la puerta de El
Conde y encabeza todas las actividades. En la madrugada del 28 sus manos
juveniles (apenas tiene 27 años), izan la bandera nacional al amparo
del lema de i Dios, Patria y Libertad ! En ese momento inmortal,
presidida por Francisco del Rosario Sánchez, quedó fundada la República
Dominicana.
Jacinto de la Concha
Jacinto
de la Concha nació en Santo Domingo en 1819. Trinitario y febrerita.
Fundada la Republica Dominicana se barajo entre los hombres de acción,
pero del lado de quienes no olvidaban los sacrificios engendradores de
la nacionalidad. Era miembro del ejército. Por los primeros meses del
año 49 desempeño el cargo de Tribuno. Luego el Presidente Jiménez le
confió el Ministerio de Hacienda. Participo en la defensa de la plaza,
sitiada por Pedro Santana después de la victoria de Las Carreras; y
caído el gobierno, fue de los desterrados.
Tiempo después de reintegrarse a la patria se vio enredado en la
conspiración revolucionaria que puso a Pelletier al borde de la tumba el
año 1855. Logro asilarse oportunamente al irse al extranjero. Lo amparo
la amnistía dada por el Presidente de Regla Mota el año 1 856; y al
volver a pisar el suelo patrio, o acaso antes, ajustó su vida pública a
una nueva trayectoria. Los contratiempos padecidos, mas la dolorosa
impresión ocasionada por la muerte del hermano Tomas, con quien se fue
cruel, influyeron en su decisión por el lado practico de las cosas. Se
convencía de la inutilidad material de tanto sacrificarse por la
expresión ideal de la patria soñada en el seno de La Trinitaria.
Mientras se mal vivía, la realidad social se mostraba cada día mas
irónicamente cruel.
Trillando la nueva fase, ignoraba, como ocurrió con otros compañeros, la
gloria que confería, con su consiguiente responsabilidad, el haber sido
esforzado luchador por el advenimiento de la Republica. Cuando la
Revolución del año 57 era Comandante de Armas de Baní. Depuesto del
mando, los insurrectos le llevaron preso a Santiago, pasada la revuelta,
quedo a las órdenes del Gobierno. Abrazo la causa de la Anexión, y el
cambio de régimen le fue grato. A la hora de surgir la protesta del
pueblo, defendió con las armas el orden legal. Estuvo en la Fortaleza
San Luís, de Santiago, al lado de Buceta, y asistió a la dolorosa y
sangrante retirada del Ejercito Español a Puerto Plata, pero al
abandonar el territorio los españoles, se adhirió a la República.
Tan pronto surge Báez, halla en el caudillo su centro de gravedad
político. Tocóle ser Delegado del Gobierno en el Cibao, junto con
Manuel Rodríguez Objío. Derrocado Báez, se hizo a un lado hasta que
volvió el hombre el año 1 868. Seis años arriba, como se dice en
política, disfrutando de todas las ventajas proporcionadas por el mando,
y apoyando ciegamente, en calidad de miembro del Senado Consultor,
todos los actos del Poder Ejecutivo, por antipatriótico que fuesen.
Después del año 1878 no hubo mas posibilidades favorables al retorno de
la bandería al poder, y cerrado para él ese capitulo de los beneficios
del partidarísmo, saco afuera su antigua postura de prócer, y haciendo
remune¬raciones en torno a ella, poniéndola en alto como titulo de
gloria, paso los años finales de su existencia, muere en Santo Domingo
en 1886.
Rufino Martínez. Diccionario Biogrófico Histórico Dominicano (1821-1930)
José María Serra
Nació
en Santo Domingo en 1819. Uno de los nueve fundadores, junto a Juan
Pablo Duarte, de La Trinitaria. Participó en la proclamación de la
República Dominicana, el 27 de febrero de 1844.
Fue de los que junto a Juan lsidro Pérez, Remigio Castillo, Pedro
Antonio Bobea, Félix María del Monte y otros trinitarios, salió a las
tablas de la Cárcel Vieja, convertida en teatro, y participó en las
presentaciones dramáticas de la Sociedad La Filantrópica.
Fundó, a poco de creada la nacionalidad, el periódico El Dominicano para
fomentar las ideas patrióticas y se mantuvo fiel a los ideales de los
trinitarios.
Simpatizó con el gobierno de Manuel Jimenes de 1848, pero al instaurarse
el gobierno de Buenaventura Báez, en 1 849, fue señalado como
partidario del derrocado presidente y expuesto a grandes sinsabores.
Abandonó el país hacia Saint Thomas de donde pasó a Puerto Rico. En
Mayagüez, donde residió, ejerció el periodismo y la educación.
Muchas de las informaciones históricas de la formación de La Trinitaria
se han conocido gracias a que José María Serra escribió en 1887, a
instancia de Femando Arturo de Meriño, una breve historia (Apuntes), de
la organización secreta independentista a la que perteneció.
Falleció en Mayagüez, Puerto Rico en 1 888, pero sus restos fueron
traídos al país en 1915, por gestiones de la Sociedad Académica
Colombina.
Tomado de: Enciclopedia Dominicana, Tomo 7, Pag. 42.
Juan Isidro Pérez
Nació
en la ciudad de Santo Domingo el 19 de noviembre de 1817. Estudió
latinidad y filosofía con el presbítero Gaspar Hernández, y fue de los
nueve fundadores de La Trinitaria, en cuya casa, el 16 de julio de 1838,
quedó constituida la patriótica sociedad secreta.
Considerado el primer espadachín de la época, tomó parte en el
Movimiento de la Reforma que contra Boyer estalló en Praslin, a
principio de 1843. Juan lsidro Pérez fue de los que en Santo Domingo, el
24 de marzo de ese año, tomó parte activa y se destacó tanto que fue
nombrado por aclamación capitán de una de las compañías de la Guardia
Nacional y Juan Pablo Duarte propuesto coronel comandante del mismo
cuerpo.
Ante la persecución desatada por los nuevos gobernantes haitianos que
invadieron Santo Domingo para consolidar su permanencia, Juan Pablo
Duarte, Pedro Alejandrino Pina y Juan lsidro Pérez salieron del país,
regresando a bordo del Bergantín Leonor, ya proclamada la independencia
de febrero de 1844.
Fue Secretario de la Junta Central Gubernativa desde el 9 de junio hasta
el día 12 del citado mes, cuando Pedro Santana, después de ocupar
militarmente la capital, disolvió la Junta y se hizo proclamar jefe
supremo de la nación. Ese día una turba de campesinos seguidores de
Santana intentó asesinar a Juan lsidro Pérez, que se protegió en el
consulado francés.
El 22 de agosto fue declarado junto a Duarte y otros trinitarios como
traidor a la patria y extrañado a perpetuidad de la República
Dominicana. Estando en el exilio comenzó a dar muestras de demencia,
regresando al país en 1848, durante el gobierno de Jimenes. Aún bajo la
lamentable condición de enfermo, el ilustre Loco, como lo llamaron, fue
varias veces prisionero.
Falleció el 7 de febrero de 1868 atacado de cólera, en el Hospital Militar de la ciudad de Santo Domingo.
Tomado de: Enciclopedia Dominicana, Tomo 5, Pag. 222.
Juan Nepomuceno Ravelo
Nació
en Santo Domingo en 1815. Fue de los fundadores de la organización
secreta La Trinitaria, independentista, Coronel del ejército libertador
en 1844.
En 1843 estuvo vinculado al movimiento político de La Reforma,
encabezado por los liberales haitianos para poner fin a la dictadura de
Boyer. En esa condición estuvo prisionero en Haití. Aunque trinitario,
muy pronto se alejó de aquella agrupación patriótica para integrarse a
las luchas políticas internas.
Después de la Independencia de Febrero, Juan Nepomuceno Ravelo sirvió
indistintamente a los gobiernos de Pedro Santana, Manuel Jimenes y
Buenaventura Báez ocupando el Ministerio de Guerra y Marina, y
Procurador Fiscal del Tribunal de Primera Instancia de Santo Domingo,
entre otros cargos públicos.
Apoyó en 1861 la anexión a España, encontrándose entre Ios que en 1865,
luego del triunfo de la Guerra R3stauradora, abandonó la República
Dominicana junto a las tropas españolas para irse a residir a Santiago
de Cuba, donde falleció en 1885.
Tomado de: Enciclopedia Dominicana, Tomo 6, Pag.98.
Juan Pablo Duarte y Diez
Nació
en la ciudad de Santo Domingo el 26 de enero de 1813, durante el
período conocido como el de la España Boba. Sus padres fueron Juan José
Duarte, oriundo de Vejer de la Frontera en la provincia española de
Cádiz, y Manuela Diez Jiménez, oriunda de El Seibo, hija a su vez de
padre español y madre dominicana.
Luego de que las tropas del haitiano Toussaint Louverture llegaron al país en 1801, tomando posesión de la ciudad de Santo Domingo, los Duarte salieron hacia Puerto Rico, residiendo en Mayagüez, Puerto Rico, donde ha debido nacer su hijo primogénito Vicente Celestino, pero hasta ahora no se ha encontrado constancia de ello.
La familia regresó al país luego de terminada la guerra de la Reconquista en 1809, cuando el país volvió a ser colonia española. Su padre trabajó tesonera y provechosamente en su negocio de efectos de marina y ferretería, único en su género en la ciudad de entonces, situado en la margen occidental del río Ozama, en la zona conocida con el nombre de La Atarazana.
En esta época nacieron, además de Juan Pablo, dos de los cinco hijos llegados a mayores: Filomena y Rosa. Nacierón otros que murieron jóvenes: Francisca, Sandalia y Manuel. El padre de Duarte murió en la ciudad de Santo Domingo el 25 de Noviembre del 1843, estando Duarte ausente del país y su madre en Caracas en el 1858, durante el destierro que le impuso Santana, en unión de sus hijos.
Juan Pablo fue bautizado en la iglesia de Santa Bárbara el 4 de febrero de 1813. Sus primeras enseñanzas las recibió de su madre y, más tarde, asistió a una pequeña escuela de párvulos dirigida por una profesora de apellido Montilla. De allí pasó a una escuela primaria para varones, donde desde muy temprano dio muestras de una gran inteligencia.
Fue admitido más tarde en la escuela de don Manuel Aybar, completando sus conocimientos de lectura, escritura, gramática y aritmética elemental. Siendo casi un niño recibió clases sobre teneduría de libros para pasar, ya adolescente bajo la tutoría del doctor Juan Vicente Troncoso, uno de los más sabios profesores de entonces. Con él estudió Filosofía y Derecho Romano, mostrando, una vez más, su gran deseo de superación y el amor por los estudios.
En 1828 o en 1829, con apenas quince años de edad, y acompañado del señor Pablo Pujols, comerciante ligado a su familia, sale vía Estados Unidos, lnglaterra, y Francia rumbo a España, radicándose en Barcelona, donde tenía parientes. Para 1831 ó 1832 aparece de nuevo en Santo Domingo y trabaja en el negocio de su padre. Realiza una intensa vida social que le liga a importantes sectores de la pequeña burguesía urbana.
Es testigo de matrimonios, apadrinada bautizos y asiste a reuniones de carácter cultural.
Esa vivencia de la sociedad es la que le permite percibir que existe un sentimiento patriótico que rechaza la presencia de los haitianos en el país.
Apegado a la lectura y ávido de conocimientos, traducía del francés al español, así como del latín. El 16 de julio de 1838, después de haber realizado una discreta labor de proselitismo, fundó la sociedad secreta La Trinitaria para que asumiera la responsabilidad de dirigir las actividades. Esta sociedad, que respondía a una estructura celular, tenía por lema Dios, Patria y Libertad y sus primeros miembros fueron Juan Pablo Duarte, Juan isidro Pérez, Pedro Alejandro Pina, Jacinto de la Concha, Félix María Ruiz, José María Serra, Benito González, Felipe Alfau y Juan Nepomuceno Ravelo.
Más adelante surgió otra sociedad La Filantrópica destinada a realizar una importante labor de propaganda mediante la representación de piezas teatrales. Duarte tenía antes de la independencia un definido concepto de la nación dominicana y de sus integrantes. En su proyecto de constitución dice con claridad que la bandera dominicana puede cobijar a todas las razas, no excluye ni da predominio a ninguna. Su concepción de la República era la de un patriota, republicano, anticolonialista, liberal y progresista.
Cuando se inició en 1 843 la revolución contra Boyer que repercutió en la parte oriental de la isla, Duarte encabeza el movimiento reformista en la ciudad de Santo Domingo. Juega un papel decisivo que 10 llevó al liderato de Ios republicanos que luchaban por la independencia. Las circunstancias 10 obligaron, más tarde, junto a otros compañeros a abandonar el país. Pero al ausentarse del territorio nacional sus compañeros, encabezados por Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella, llevaron a cabo las gestiones finales del movimiento.
Redactaron el Manifiesto del 1 6 de enero de 1 844 en el cual quedaron plasmados los principios republicanos y liberales que Duarte predicó durante años y ratificaron, en el cuerpo de ese documento, la firme voluntad de crear un Estado soberano. Después del 27 de febrero regresó a su patria, y se incorporó a la Junta Central Gubernativa dominada por los sectores más conservadores que no tenían fe en la viabilidad de la República.
Se inició un proceso de luchas internas que culminó con la expulsión del territorio nacional de los patriotas fundadores del Estado dominicano. Falleció en Caracas, Venezuela, el 15 de julio de 1876 a los 63 años de edad.
Luego de que las tropas del haitiano Toussaint Louverture llegaron al país en 1801, tomando posesión de la ciudad de Santo Domingo, los Duarte salieron hacia Puerto Rico, residiendo en Mayagüez, Puerto Rico, donde ha debido nacer su hijo primogénito Vicente Celestino, pero hasta ahora no se ha encontrado constancia de ello.
La familia regresó al país luego de terminada la guerra de la Reconquista en 1809, cuando el país volvió a ser colonia española. Su padre trabajó tesonera y provechosamente en su negocio de efectos de marina y ferretería, único en su género en la ciudad de entonces, situado en la margen occidental del río Ozama, en la zona conocida con el nombre de La Atarazana.
En esta época nacieron, además de Juan Pablo, dos de los cinco hijos llegados a mayores: Filomena y Rosa. Nacierón otros que murieron jóvenes: Francisca, Sandalia y Manuel. El padre de Duarte murió en la ciudad de Santo Domingo el 25 de Noviembre del 1843, estando Duarte ausente del país y su madre en Caracas en el 1858, durante el destierro que le impuso Santana, en unión de sus hijos.
Juan Pablo fue bautizado en la iglesia de Santa Bárbara el 4 de febrero de 1813. Sus primeras enseñanzas las recibió de su madre y, más tarde, asistió a una pequeña escuela de párvulos dirigida por una profesora de apellido Montilla. De allí pasó a una escuela primaria para varones, donde desde muy temprano dio muestras de una gran inteligencia.
Fue admitido más tarde en la escuela de don Manuel Aybar, completando sus conocimientos de lectura, escritura, gramática y aritmética elemental. Siendo casi un niño recibió clases sobre teneduría de libros para pasar, ya adolescente bajo la tutoría del doctor Juan Vicente Troncoso, uno de los más sabios profesores de entonces. Con él estudió Filosofía y Derecho Romano, mostrando, una vez más, su gran deseo de superación y el amor por los estudios.
En 1828 o en 1829, con apenas quince años de edad, y acompañado del señor Pablo Pujols, comerciante ligado a su familia, sale vía Estados Unidos, lnglaterra, y Francia rumbo a España, radicándose en Barcelona, donde tenía parientes. Para 1831 ó 1832 aparece de nuevo en Santo Domingo y trabaja en el negocio de su padre. Realiza una intensa vida social que le liga a importantes sectores de la pequeña burguesía urbana.
Es testigo de matrimonios, apadrinada bautizos y asiste a reuniones de carácter cultural.
Esa vivencia de la sociedad es la que le permite percibir que existe un sentimiento patriótico que rechaza la presencia de los haitianos en el país.
Apegado a la lectura y ávido de conocimientos, traducía del francés al español, así como del latín. El 16 de julio de 1838, después de haber realizado una discreta labor de proselitismo, fundó la sociedad secreta La Trinitaria para que asumiera la responsabilidad de dirigir las actividades. Esta sociedad, que respondía a una estructura celular, tenía por lema Dios, Patria y Libertad y sus primeros miembros fueron Juan Pablo Duarte, Juan isidro Pérez, Pedro Alejandro Pina, Jacinto de la Concha, Félix María Ruiz, José María Serra, Benito González, Felipe Alfau y Juan Nepomuceno Ravelo.
Más adelante surgió otra sociedad La Filantrópica destinada a realizar una importante labor de propaganda mediante la representación de piezas teatrales. Duarte tenía antes de la independencia un definido concepto de la nación dominicana y de sus integrantes. En su proyecto de constitución dice con claridad que la bandera dominicana puede cobijar a todas las razas, no excluye ni da predominio a ninguna. Su concepción de la República era la de un patriota, republicano, anticolonialista, liberal y progresista.
Cuando se inició en 1 843 la revolución contra Boyer que repercutió en la parte oriental de la isla, Duarte encabeza el movimiento reformista en la ciudad de Santo Domingo. Juega un papel decisivo que 10 llevó al liderato de Ios republicanos que luchaban por la independencia. Las circunstancias 10 obligaron, más tarde, junto a otros compañeros a abandonar el país. Pero al ausentarse del territorio nacional sus compañeros, encabezados por Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella, llevaron a cabo las gestiones finales del movimiento.
Redactaron el Manifiesto del 1 6 de enero de 1 844 en el cual quedaron plasmados los principios republicanos y liberales que Duarte predicó durante años y ratificaron, en el cuerpo de ese documento, la firme voluntad de crear un Estado soberano. Después del 27 de febrero regresó a su patria, y se incorporó a la Junta Central Gubernativa dominada por los sectores más conservadores que no tenían fe en la viabilidad de la República.
Se inició un proceso de luchas internas que culminó con la expulsión del territorio nacional de los patriotas fundadores del Estado dominicano. Falleció en Caracas, Venezuela, el 15 de julio de 1876 a los 63 años de edad.
Matías Ramón Mella
,
(por error, anteriormente se le llama Ramón Matías) nació el 25 de
febrero de 1816 en la ciudad de Santo Domingo, hijo de Antonio Mella y
Álvarez y Francisca Castillo Álvarez. En Santo Domingo creció y vivió,
adquiriendo para su adolescencia y primera juventud fama de hombre de
valor. Se le reputaba como muy diestro en el uso de la espada y el
sable.
Como de otras figuras de la historia dominicana, poco sabemos de la vida
de Mella en sus primeros tiempos. En 1835, a los diecinueve años, es
nombrado Preposé, o encargado de la común de San Cristóbal. Al parecer
allí se dedicó también al negocio del corte de madera, actividad de la
que se ocupaba Antonio Duvergé 10 que supone que se conocieron desde
entonces.
Contrajo matrimonio a los veinte años con la joven María Josefa Brea,
perteneciente a una familia burguesa importante, aunque ninguno de los
dos aportó grandes bienes al matrimonio, según hace constar en el
testamento fechado 5 de mayo de 1859. Fue ya casado, cuando al parecer
adquirió sus bienes y propiedades, parte de ellos por vía hereditaria
tras el fallecimiento de su padre en febrero de 1837.
No se sabe tampoco cuando conoció a Juan Pablo Duarte pero, fundada la
sociedad secreta La Trinitaria, se adhirió a ella en calidad de
comunicado, junto a Francisco del Rosario Sánchez y Félix María Del
Monte. Duarte vio en Mella un discípulo de condiciones excepcionales y
lo designó para sustituir a Juan Nepomuceno Ravelo cuando éste fracasó
en las gestiones que le encomendara, de llegar a un acuerdo con los
dirigentes haitianos cuando se organizara el movimiento de la Reforma
(paso previo para alcanzar la independencia).
Todavía en 1842 residía o visitaba con frecuencia a San Cristóbal ligado
al negocio del corte de madera. En enero de 1843 fue comisionado por
Duarte para trasladarse a la villa haitiana de Los Cayos de San Luís, al
sur de la isla, para hacer contactos con los revolucionarios
reformistas adversarios del presidente Boyer. La táctica correcta de
Duarte de aliarse con los enemigos de Boyer, encontró en Mella un agente
capaz de sumar a los militares y civiles que encabezados por Charles
Herard, querían el derrocamiento del presidente de la república que
tenía más de veinticinco años gobernando, y cuyo mandato se había
convertido en una represiva dictadura, situación que facilitaba los
planes de Duarte frente al régimen.
A su regreso de Los Cayos, luego del derrocamiento de Boyer, Mella se
trasladó al Cibao Central como agente propagador del ideal republicano.
Cuando Charles Herard, como Presidente de la República, visitó la parte
oriental, a su paso por esa región ordenó la prisión de Mella, Rafael
Servando Rodríguez y el sacerdote Juan Puigbert, acusándolos de querer
destruir el ejército y los remitió a Puerto Príncipe donde permanecieron
dos meses detenidos, regresando en septiembre a la parte oriental.
Los sucesos se precipitaron y, en ausencia de Duarte, junto a Sánchez,
activaron los preparativos revolucionarios. En enero de 1844 ayudó a
Sánchez, jefe del Movimiento, a redactar el Acta de Independencia y, a
sugerencia suya, se le llevó a Tomás Bobadilla para su revisión.
En la noche del 27 de febrero de 1844 es de los primeros conjurados en
llegar a la Puerta de la Misericordia. Exhorta a unos pocos temerosos a
no abandonar el lugar y, audaz e impulsivo, Mella dispara su famoso
trabucazo en la Puerta de la Misericordia, partiendo desde allí los
conjurados hacia la Puerta del Conde, donde es proclamada la República e
izada la Bandera Dominicana.
Proclamada la República, forma parte de su primera Junta Central
Gubernativa, presidida primero por Sánchez y luego por Tomás Bobadilla,
convertido en la figura determinante de la misma. Para los primeros días
de marzo parte para el Cibao como Gobernador del Distrito de Santiago y
Delegado de la Junta Central Gubernativa, pero en realidad es el jefe
político y militar de la región más importante del país. Ostenta el
rango de Coronel del naciente Ejército Nacional, que será el Ejército
Libertador. Hace venir a José María lmbert, de Moca, y 10 nombra su
segundo en el mando militar.
El general Mella, mientras rendía sus útiles servicios a la causa, fue
atacado de disentería y exhaló el último aliento en extrema pobreza el 4
de junio de 1864. Vivía entonces en una mala casita, de las
improvisadas después del incendio, sita al pie del fuerte San Luís, en
Santiago de los Caballeros. Murió con la singular distinción de ser dos
veces prócer de la República. Pidió que 10 enterraran envuelto en la
Bandera Nacional y, así se hizo.
Pedro Alejandrino Pina
Nació
en la ciudad de Santo Domingo el 20 de noviembre de 1820.
Independentista y miembro de La Trinitaria. Aficionado a la literatura y
la poesía, tuvo el privilegio de estudiar con el presbítero Gaspar
Hernández.
Al quedar constituida La Trinitaria en 1838, Pina fue uno de los
primeros en integrarse a la organización política patriótica. Lanzados
los trinitarios a la participación en la revolución de Prasline, que
teniendo por programa de reforma de las instituciones vigentes y el
derrocamiento del gobierno Jean Pierre Boyer, Pina promovió junto a
otros trinitarios, la tarde del 24 de marzo de 1843, una poblada para
dar el grito de Reformas en la plazuela del Carmen.
Impedido por el nuevo presidente haitiano Charles Herard los planes separatista de los trinitarios, fue de los perseguidos y obligados a embarcarse clandestinamente para el extranjero en compañía de Juan Pablo Duarte y Juan lsidro Pérez.
Impedido por el nuevo presidente haitiano Charles Herard los planes separatista de los trinitarios, fue de los perseguidos y obligados a embarcarse clandestinamente para el extranjero en compañía de Juan Pablo Duarte y Juan lsidro Pérez.
Encontrándose en Curazao conoció la noticia de la proclamación de la
independencia del 27 de febrero de 1 844, y junto a Duarte y Pérez
regresó de inmediato a la patria.
Fue miembro de la Junta Central Gubernativa y en su condición de patriota impidió junto a Duarte y otros independentistas, la concesión de Samaná a Francia y el triunfo de los planes contenidos en el Plan Levasseur y participó en el fallido motín militar del 9 de junio, que buscaba limpiar el gobierno de antinacionales y llevar a Juan Pablo Duarte a la presidencia.
La acción de los trinitarios llevó a Pedro Santana, amparado en su
poderío militar, a declarar disuelta la Junta Central Gubernativa y
proclamarse jefe supremo de la nación. Su nombre figuró entre los
señalados por Santana como traidores a la patria y fue obligado a
embarcarse junto con Duarte y varios de sus compañeros, para salir al
involuntario exilio a perpetuidad a que fue condenado.
Regresó en 1848 amparado en la amnistía decretada por el presidente
Manuel Jimenes, ocupando la Secretaría del Ministerio de Guerra y
Marina, con el rango de coronel del ejército.
Con el retorno de los antinacionales al poder, Pina volvió a Venezuela a
engrosar la fila de los exiliados de la patria, pero la anexión a
España en 1861 lo sacó de su retraimiento y fue de los que ingresó al
país por la frontera dominico-haitiana acompañando a Francisco del
Rosario Sánchez. Acompañó a José María Cabral en su marcha victoriosa
hasta las Matas de Farfán. Junto a Sánchez estuvo Pina en EI Cercado y
estuvo a punto de ser víctima de Ios intereses antinacionales cuando
Timoteo Ogando pudo sacarle con vida hacia Haití, regresando nuevamente a
Venezuela.
Con el fin de la Anexión en 1865, regresó al país y se integró al
gobierno de Cabral y fue diputado de la Asamblea Nacional Constituyente,
gobernador de la provincia de Santo Domingo y Ministerio de Interior y
Policía. Disuelta la Constituyente y con la ascensión de Buenaventura
Báez a la presidencia, Pina ocupó la dirección de la Suprema Corte de
Justicia, en cuya condición permaneció retraído de la política activa,
pero ya en 1866 se encontraba sirviendo al movimiento revolucionario
iniciado en Santiago de los Caballeros el 24 de abril. En 1869, cuando
Báez gestionaba la anexión a los Estados Unidos de Norteamérica, Pedro
Alejandrino Pina estuvo acompañando a Cabral en la región Sur,
intentando impedir el triunfo de los intereses antinacionales.
En esas actividades nacionalistas estaba cuando falleció en Las Matas de Farfán, el 24 de agosto de 1870.
Tomado de: Enciclopedia Dominicana, Tomo 6, Pag. 16.
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