lunes, 14 de mayo de 2012

El éxito del "Homo sapiens" se debió a sus capacidades simbólicas y espaciales



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El éxito del "Homo sapiens" se debió a sus capacidades simbólicas y espaciales

Vía: Université de Montreal| 8 de mayo de 2012 (Traducción: G.C.C. para Terrae Antiqvae)

Si bien la desaparición de los neandertales sigue siendo un misterio, los paleoantropólogos tienen una mayor comprensión de lo que permitió a sus jóvenes primos, el Homo sapiens, conquistar el planeta.

De acuerdo con 
Ariane Burke (izquierda), profesora del Departamento de Antropología de la Universidad de Montreal, y según un estudio publicado en Quaternary International, la rápida dispersión de los humanos anatómicamente modernos no se debió tanto a una inteligencia superior o a mejores técnicas de caza y recolección, sino más bien a la creación de objetos simbólicos que les permitieron ampliar sus relaciones sociales a través de vastos territorios.

Simbolismo e intercambio social
El
 Homo sapiens llegó a Europa hace unos 45.000 años, procedente de África. En menos de 15.000 años se las arregló para ocupar la totalidad de Europa y Eurasia, una expansión extremadamente rápida. Los neandertales, por el contrario, nacieron de Europa, apareciendo en el continente hace más de 250.000 años, después de que sus antepasados, el
 Homo ergaster, se hubiera establecido 600.000 años antes. Aunque fisiológicamente bien adaptados al clima frío de los períodos glaciales y postglaciales, ¿por qué los neandertales no tuvieron tanto éxito como sus recién aterrizados rivales en la colonización del continente?
 "Los neandertales eran capaces de cazar animales de manada, de realizar caza mayor", dijo la investigadora.
 "También sabían cómo alimentarse de crustáceos, plantas y frutos secos".

Por otra parte, ocuparon diversos territorios con variedad de climas, que van desde la Península Ibérica hasta Oriente Medio y las montañas de Altai. Sin embargo, nunca ocuparon las llanuras del norte de Europa, donde habrían sido capaces de sobrevivir bastante bien.

Con base a estos hechos, y teniendo en cuenta que los territorios ocupados por los neandertales eran pequeños y distantes entre sí, Burke especula que la superioridad del
 Homo sapiens se encontraba en su organización social, la cual se desarrolló durante el Paleolítico Medio entre 200.000 y 35.000 años atrás. Este organización social "moderna" se caracterizaba por el mantenimiento de relaciones personales, a pesar de la ausencia de las personas implicadas y de las largas distancias.

La extensión de estas relaciones fue posible gracias a la invención de objetos culturales y simbólicos, los cuales facilitaron el intercambio entre grupos.

Imagen cortesía del usuario de Flickr mharrsch

"Los objetos de valor simbólico, tales como adornos, ornamentos personales, dientes de animales y collares de conchas, armas decoradas, e incisiones estéticas sobre piedras, abundan durante la rápida dispersión del 'Homo sapiens' en Eurasia", dice la investigadora. La presencia de estos objetos a través de vastos territorios indica que los intercambios se llevaron a cabo; "estos objetos permitían a aquellos que los poseían recordar el vínculo social que habían establecido y, a su vez, el desarrollo de una obligación de reciprocidad".

Estos contratos sociales, consolidados por matrimonios intergrupales, trajeron nuevos territorios, promovieron el intercambio de información útil para la supervivencia y permitieron confiar en aliados en el caso de condiciones ambientales adversas.

Los neandertales también hicieron objetos culturales simbólicos, posiblemente destinados al intercambio, pero mucho más tarde, en el período paleolítico superior (hace unos 30.000 años).
"Probablemente fue demasiado poco y demasiado tarde", dice Burke.


Habilidades de orientación
La expansión de estos intercambios sociales durante milenios ejerció una presión selectiva sobre las capacidades cognitivas del
 Homo sapiens. De hecho, la ocupación de un vasto territorio requería de habilidades especiales de orientación. También, de acuerdo con Burke, fue durante este período que los humanos desarrollaron su sentido de la orientación a través de una brújula interna, o mapa cognitivo, lo que les permitía la proyección espacial. Este modo de locomoción es especialmente adecuado para viajar a largas distancias a través de las llanuras, donde los nómadas tienen pocas pistas visuales. Por otro lado, la orientación usando puntos de referencia topográficos se adaptaba bien a los pequeños espacios ocupados por los neandertales.

Para Burke, sin embargo, fue la plasticidad del cerebro lo que más benefició este efecto selectivo. Según la antropóloga, los dos modos de orientación estaban basados en habilidades por separado; las diferencias intersexuales que se observan hoy en día en esta área, en la que los hombres tienen más éxito en la proyección espacial y las mujeres en la memorización de puntos de referencia, son, en su opinión, habilidades de una conducta social separada y sexualmente diferenciada.

Si bien estos elementos puede explicar la rápida dispersión del 
Homo sapiens, son menos capaces de explicar la desaparición de los neandertales. Burke culpa de esto a la gran cantidad de estrés localizada en los neandertales: estrés ambiental, estrés climático y estrés demográfico, causado por la competencia de sus rivales, los cuales podían hacer mejor frente a ello debido a sus redes sociales más amplias.

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